Si bien la decisión de pasar a una presencialidad plena y cuidada ya venía siendo noticia, el lunes llegó el comunicado oficial y ayer se reunieron inspectores con el Jefe Distrital Julio Benítez, y luego con los directores de las instituciones educativas de la ciudad para concretar la nueva disposición.

Esto quiere decir que queda atrás el sistema bimodal por el cual había clases presenciales semana por medio y a partir de ahora se habilita todos los días.

El nuevo protocolo establece que la distancia entre los estudiantes se reduce de 1,5 metros a 90 centímetros. El ingreso y egreso continuará siendo escalonado, mientras que continúan vigentes las medidas de bioseguridad. El desafío ahora es "volver a conformar la grupalidad", dijo el Jefe Distrital de Educación Julio Benítez.

Las medidas que rigen a partir de esa fecha fueron definidas conjuntamente entre las carteras de Educación y Salud de la Nación y de las provincias con el asesoramiento continuo de expertos.

En ese sentido, destacaron "el descenso sostenido durante ma?s de tres meses de la cantidad semanal de casos positivos y la intensificacio?n de la campan?a de vacunacio?n, que ha alcanzado una cobertura del 90% de la poblacio?n mayor de 18 an?os vacunada con al menos una dosis y del 40% con el esquema de vacunacio?n completo".

Nuevo protocolo

"En consonancia con los acuerdos alcanzados por las jurisdicciones en la 109° Asamblea del Consejo Federal de Educación y contenidos en la Resolución 400/2021 de dicho organismo, la provincia de Buenos Aires da inicio a una nueva etapa de la presencialidad cuidada en todas sus instituciones educativas a partir del 1º de septiembre", sostiene el comunicado.

En este contexto, "cambiaron dos cosas fundamentales –dijo Julio Benítez-. Ahora estamos hablando de aforo, es decir que la cantidad de personas que entran en el aula depende de que dispongan de un metro cuadrado. La otra cuestión que cambió es la distancia. Las escuelas que con un metro y medio garantizan que esté presente toda la sección deben seguir manteniendo esa distancia o la mayor distancia posible. Si aun reduciendo la distancia a 90 centímetros el aforo no se puede concretar se pondrá en práctica lo que ya veníamos teniendo que es la asistencia programada: si dos o tres chicos no pueden ingresar porque no da el espacio se programa su asistencia. Esos tres alumnos irán un día, al otro día otros tres, y así sucesivamente. Es cambiar la frecuencia de asistencia, pero no es una bimodalidad".

Con aforo y distanciamiento establecido, "se reforzarán las medidas de cuidado a partir de una estrategia de vigilancia epidemiológica activa en las escuelas para la detección de casos asintomáticos que comprenderá tanto a trabajadoras y trabajadores de la educación como a estudiantes. De esta forma, cada semana se realizará en esos establecimientos educativos un testeo muestral con un procedimiento no invasivo y de resultado inmediato para el que se requerirá el previo consentimiento informado de las personas adultas responsables de cada estudiante".

Por otra parte, el nuevo protocolo indica que "esos establecimientos educativos deberán mantener la adecuada ventilación de las aulas, para lo cual será fundamental el uso de medidores de dióxido de carbono. También contarán con fondos disponibles para adquirir tapabocas con la composición de capas y el ajuste adecuado, posibilitando una mayor protección a las y los estudiantes que lo requieran".

El desafío

La nueva actualización del protocolo educativo "debe instrumentarse a partir del 1 de septiembre", puntualizó Julio Benítez.

Esto debe ser así, pero "no significa que alguna escuela no tenga un auxiliar o la cantidad de bancos suficientes, aunque la mayoría de ellas están en condiciones", expuso.

Además, destacó que continuará el ingreso y egreso de manera escalonada. En tanto se mantienen las medidas establecidas por el Plan Jurisdiccional para el regreso seguro a las clases presenciales. De esta manera, continúa siendo obligatorio el uso de tapaboca por parte de la comunidad educativa durante toda la jornada, la ventilación adecuada permanente de las aulas y espacios comunes, la distancia mínima de dos metros con las y los docentes, la higiene personal y la limpieza y desinfección de los espacios físicos y la distancia de dos metros entre los diferentes grupos de estudiantes en los espacios comunes.

Más allá del regreso a las aulas todos los días, "hay un desafío mayor –analizó Julio Benítez-. La cuestión de aprendizaje y pedagogía del cuidado sigue estando obviamente, pero una cuestión que se presenta es esto de volver a estar juntos. La tradición de burbujas se instaló en el aula, ahora hay que volver a conformar grupalidad. Hay que trabajar en cómo volvemos a instalar la idea de grupo total y a desafiarnos con los aprendizajes de este grupo que vuelve completo con distintos aprendizajes, distintas formas y logros, con distintos lugares donde está posicionado en relación a contenidos. Estamos hablando de otro grupo nuevo. Y obviamente lo vincular también cambia".