Marcelo Fabián Pethes es parte del cuerpo de reserva de Bomberos Voluntarios de Olavarría, de sus 55 años, hace 40 que es bombero. Sus inicios en el cuartel se remontan a 1982 a la edad de 15 años. Sobre su pasión por ser bombero, recuerda "tener 10 años y estar con hepatitis en cama. Estaba solo en mi casa porque mis papás trabajaban. Y un día escuche la sirena de bomberos, mientras que veía una columna de humo negro cerca de mi casa. Agarré la bicicleta y salí siguiendo el humo".

Sobre su acercamiento al cuartel recuerda que: "El primer recuerdo que tengo con la asociación es el día que me vine a anotar para ser bombero. En esa época se escuchaba mucho radio Olavarría en las casas, y se hizo el llamado a inscripción para aspirantes, y decidí anotarme por cuenta mía".

-¿Como es tener desde tan chico responsabilidades como las de un bombero?

Yo creo que bombero se nace y no se hace. Es como que ya naces con un don y dentro de ese don esta responder a una responsabilidad. Obviamente a la edad que entré, en plena adolescencia, no tenía idea de muchas de las cosas que pasaban y fuí aprendiendo con el tiempo. Fue algo que me atrapó desde siempre.

Recuerdo que el jefe que estaba en ese momento, me advirtió que si me llevaba materias en la escuela me iba a sacar del cuartel. Hoy se que era una amenaza mentirosa pero eso me encarriló para poder centrar mis responsabilidades, las de la escuela y las del cuartel. Porque si era por mi, yo podía pasar el día entero acá adentro. Me pasaba que esta dedicación que yo tengo por bomberos, en una etapa, desplazó otras actividades como el estudio.

A lo largo de mi trayectoria tuve 5 jefes/comandantes. Todos ellos siempre resaltaron la importancia de cuidar a la familia, el trabajo, el estudio, además de ser bomberos. Ese es lema, aunque después llevarlo adelante es otro tema. En mi caso, fue muchísimas veces primero bomberos, después lo demás.

-¿Te acordás de tu primera salida?

Fuí a un incendio de pastizales me acuerdo. Fuimos con un camión, la unidad 3 más precisamente. Esa unidad además tiene historia. Nunca pudimos hacer que anduviera como escalera mecánica y entonces decidimos usarla como autobomba únicamente. Nos subíamos todos juntos ahí arriba e íbamos a los incendios. Con esa unidad asistimos a un montón de lugares. Desde mi inicio en bomberos hasta acá siempre seguí en la institución, haciendo diferentes cosas, pero seguí.

No te despegas más de acá, no querés irte. De hecho, yo al pasar a la reserva, es decir, que dejas de formar parte del cuerpo activo y dejas de tener ciertas responsabilidades, no abandoné el cuartel. La frase de que esto es como nuestra segunda casa, es verdad. Siempre me gusta pasar por acá, al menos un ratito, a saludar, tomarme unos mates siempre que se pueda. Ni hablar si en algún momento te dan la posibilidad de ir a algún servicio o incendio, porque podemos seguir haciéndolo. A veces se da que justo estas acá y te toca subirte a un camión y salir, es adrenalina pura.

¿Como se siente después de varios años seguir formando parte de bomberos?

En mi caso siento un gran reconocimiento por parte de quienes están hoy a cargo de la institución, para con quienes hemos dejado parte de nuestra vida acá adentro. Hoy en día incluso, me han dado la responsabilidad de liderar el grupo del cuerpo de reserva. Y la verdad que es un placer muy lindo ver la cara de bomberos de la reserva, y de que manera disfrutan el simple hecho de venir a un acto, a una formación o que simplemente se los nombre y reconozca. Los llena mucho de orgullo, y eso es una forma de recibir el agradecimiento de la institución por todos los años que uno le dio y le sigue dando, porque mientras se pueda, uno siempre está a disposición para lo que la institución precise.

¿Tenes muchos recuerdos con la asociación en estos años de servicio?

Tenemos miles de anectodas, buenas y malas. Por ejemplo cuando suena la alarma, uno se sube al camión y sale a un siniestro, siempre pensando que va a un incendio o accidente. Pero lo que nunca pensas es que algún familiar tuyo puede ser el involucrado, porque tu familia básicamente es parte de la sociedad donde vos estás prestando servicio. Me pasó tener que asistir a un accidente vehicular, y que las personas a asistir sean mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos. Estaba a cargo de la dotación, llegué ahí y me paralicé. Entonces mis compañeros rápidamente tomaron el mando y me ayudaron a mi también. Y es que eso también está bueno, la capacitación, el estar preparados para todo. Yo siempre puse mucho énfasis en eso.

Después anecdotas tenemos miles, muchas graciosas también, de compartir el día a día incluso. Porque son muchas horas compartidas acá adentro, y a través de eso se va formando una relación de amistad; en muchos casos, terminás encontrando acá adentro ese hermano que no tuviste. Con los compañeros terminas compartiendo toda tu vida, las cosas buenas, malas, todo.

Fuente: Oficina de prensa de Bomberos Voluntarios de Olavarría