Luis Tolosa, es ayudante mayor y parte del cuerpo de reserva de Bomberos Voluntarios de nuestra ciudad. Hace más de 60 años que integra la institución, que tiene 70 de historia. Sobre sus inicios contó que se inició "entre los años 1959/1960. Ahí me dí cuenta de que yo quería ser bombero, pero todavía no tenía la edad, tenía que sacar permiso con mis papás. Me firmaron el permiso, traje la planilla al cuartel y a partir de ahí, ingresé al cuartel como aspirante. Y en 1961 ya era bombero".

Respecto de cómo se relacionó con lo que significa ser bombero y servir a la comunidad, recordó que a sus casi 17 años "trabajaba a una cuadra del viejo cuartel, entre Coronel Suárez y Alsina, entonces salía la unidad y yo la seguía en bicicleta porque me gustaba, no sé porque, pero la seguía. Yo seguía a la unidad, a los muchachos. Y ahí me entusiasmé con bomberos, yo dije: "quiero ser bombero".

Me contaron que mi mamá gritaba: "¡ese es mi hijo!" 

"En mi casa no, ni mi mamá ni mi papá querían. Y yo entonces, me pude anotar por un engaño que les hice a mis papás para que me firmen los papeles de inscripción, diciéndoles que eran para presentarlos en empleados de comercio, pero en realidad era para presentarme en bomberos. No se enteraron hasta que un día me vieron, cuando ya era bombero, colgado del autobomba. Me contaron que mi mamá gritaba: "¡ese es mi hijo!". Y bueno, desde ahí ellos empezaron a hacerse a la idea de que iba a ser bombero".

¿Cómo recordás vos que fueron los primeros años?

Y no teníamos nada, teníamos un mameluco y un casquete y salíamos con eso. Por eso yo ahora miro y es emocionante cómo se trabaja ahora, con el equipo que tienen. Para mí es un lujo verlos a los chicos. Ahora tengo a mi nieto dentro de bomberos. Es emocionante, es lindo, bomberos es lo mejor que puede haber acá. A mi no me lo sacan, 80 años tengo y acá estoy. Y quiero seguir.

¿Cuáles son las anécdotas o recuerdos que te quedaron grabados de tus años de servicio?

Y muchas veces me tocó rescatar gente de incendios de grandes proporciones. Una vez me acuerdo que me tocó sacar a una chica embarazada de un edificio por la escalera, justo por donde había uno de los focos grandes de incendio. Era el único medio que tenía para sacarla, porque por la ventana no la podía bajar por su condición. Entonces me arriesgué, la envolví con una frazada mojada y le dije: "bueno ahora vamos a salir por la escalera, y si podemos tranquilos, porque somos vos, yo y el bebé". Y ahí bajamos nosotros, junto con dos compañeros bomberos que venían atrás nuestro, por si acaso.

¿En qué es lo primero que pensabas cuando salías corriendo para un rescate o asistencia?

No pensas. Cuando vos te vestís y te subís al autobomba vos lo que tratas es que lo que sea que vayas a hacer o enfrentar, lo hagas bien. Yo en ninguna salida que tuve me puse a pensar en el peligro, nunca jamás. Al contrario, después de ayudar en algún rescate me ponía a pensar, pero antes no.

¿Qué son para vos hoy los bomberos voluntarios?

Para mi bomberos es todo. Yo acá aprendí a tratar con la gente, aprendí a respetar a la gente. Todo gracias a bomberos. Además tengo recuerdos muy lindos con la institución, de esos hay un montón. Reuniones, juntadas. El compañerismo en el cuartel es fundamental. Acá nos cuidamos la espalda los unos a los otros, es lo mejor que puede haber. Trabajamos todos unidos en todo momento. Bomberos es así, y es lo mejor que hay. 

Fuente: Oficina de prensa de Bomberos Voluntarios de Olavarría