Rápidamente, en las redes sociales, los seguidores del programa de alto rating comenzaron a postear capturas de pantalla con la figura de la joven artista de nuestra ciudad, que en los últimos tiempos había ganado repercusión por la publicación de sus canciones en Instagram y Youtube, y que también había trascendido por su participación en la última Fiesta Aniversario de Olavarría, en noviembre pasado.

Después de superar los castings previos, anoche llegó el turno del debut oficial de Camila, de 19 años y un futuro promisorio, en el programa conducido por Marley, que cuenta en el plantel de jurados a Soledad Pastorutti, Lali Espósito, Ricardo Montaner y sus hijos Mau y Ricky.

Y su primer paso en el escenario fue como para celebrar: todos los artistas evaluadores se dieron vuelta al oírla cantar y así logró superar un nuevo obstáculo para avanzar a la fase más importante del certamen, que tiene una amplísima repercusión a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

Con 19 años recién cumplidos, Camila pasó de tocar la guitarra y cantar para su familia y amigos a perder la timidez y empezar a mostrar su música en las redes sociales. La aceptación, los comentarios y el aliento de un público que está en pleno crecimiento la animaron a un poco más. Así decidió inscribirse y probar suerte en La Voz, un programa emblemático para la detección de jóvenes talentos que podría ser un trampolín a etapas todavía más importantes.

Anoche, en su debut en las denominadas "audiencias a ciegas", Cami cautivó al jurado con su versión de "A Primera Vista", tema que en la Argentina popularizó Pedro Aznar, recibió comentarios elogiosos y se aseguró un lugar en la próxima instancia: la de las esperadas batallas, una etapa de eliminación donde los cantantes y músicos que siguen en camino comienzan a enfrentarse para que el jurado y el público elijan quién avanza y quién se vuelve a su casa.

Para poder llegar a esta etapa del programa, la cantante olavarriense debió sortear primero exigentes sesiones de selección. Es que para buscar los nuevos talentos, la producción de La Voz realizó castings en ocho ciudades a lo largo de toda la Argentina, incluyendo Salta, Rosario, Córdoba, Bahía Blanca, Mendoza, Corrientes, Río Gallegos y Buenos Aires.

La Voz (o The Voice, como se conoce al programa en otros lugares del mundo) es un formato televisivo que nació en 2010 en los Países Bajos, al año siguiente se realizó la versión estadounidense y al poco tiempo más de 65 países hicieron su propia adaptación local, convirtiéndose en un éxito mundial que traspasa fronteras.

Hoy, respaldada por su talento y sus ganas de triunfar, Camila Pereyra es parte de este mundo.

De la timidez inicial a las luces de la tele

Francisco Ferrari / @panchoferrari

Hace ya un tiempo, no recuerdo bien cuánto, escribí una nota sobre ella, sus primeros pasos, su desembarco en las redes sociales después de vencer la timidez inicial, sus sueños con la música. Mañana es mejor, la titulé, un poco por la letra de Spinetta y otro poco porque en su caso estaba medio cantado, que a los 18 años, con un talento y unas ganas que no le frena nadie era imposible que el futuro no le guardara cosas más lindas, cosas más nuevas, cosas más grandes.

Menos de un año después, esta vez sí puedo decir que el tiempo me dio la razón, que lo que veía en ella lo iban a ver muchos más y que su nombre iba a pasar de ser conocido por su círculo más cercano y algunos afortunados que habíamos descubierto su voz casi por casualidad a llamar la atención de más gente, de más público y, quizás, con un poco de fortuna, por productores de la industria o algo así.

La verdad es que cuando me enteré de la noticia me dio mucha felicidad, no por mi acierto después de tantos fallos, sino por ella. Porque sentí y siento que lo merecía, y porque desde el primer día que la vi en aquel encuentro de bandas de colegios secundarios organizado por Libertas tuve clarísimo que lo suyo iba en serio. Que tenía talento, o carisma, o ángel, o vos, o un poco de todo eso que la hacía distinta, muy distinta, del resto.

Entonces cuando me enteré que Camila había superado no sé cuántos castings e iba a ser protagonista del regreso de La Voz Argentina, por Telefé, no me sorprendió demasiado, pero un poco sí, por la velocidad del ascenso, pero las cosas a veces se dan rápido a quien las busca. Y me dio alegría porque siempre me pasa eso cuando alguien que sale a buscar lo que siente que es para él (para ella, bah) lo consigue.

Camila Pereyra en Telefé, sí, en las luces de la tele grande, sí, en los ojos de una muy buena parte del país que va a seguir, como siempre sucede, este programa que se dedica a mostrar talentos de los rincones más perdidos del país. Y de otros no tan perdidos como de nuestra Olavarría. Sí.

Seguro que muchos todavía no la descubrieron y eso me obliga un poco a contar algunos datos básicos. Que acaba de cumplir 19 años, que canta, que toca la guitarra, que se largó a componer. Que arrancó con aquellas bandas estudiantiles y presentándose ante la familia y que de a poco se animó a más, y ahí un videíto y otro, y un tema, y otro más en las redes, y los comentarios que la empezaron a alentar. Y así se animó otro poco y empezó a pensar por qué no.

Que después de engresar de la Enape decidió estudiar en Buenos Aires. Que en el medio de todo eso la agarró la pandemia. Y que lo que podría haber sido un freno, o una excusa, o una traba, en realidad ella lo agarró le dio una vuelta de tuerca o dos, y terminó haciendo un período muy prolífico, tocando y creando y jugando con las voces y con las guitarras, y el resultado fue fantástico para todos los que la seguimos, que cada vez somos más.

Nadie sabe qué pasará en el camino de este juego del programa, los destinos televisivos son laberínticos muchas veces, hay muchos factores que inciden, hay mucho nervio, mucha exposición, mucha imagen, mucha vidriera. Pero está buena esa incertidumbre, ese no saber lo que vendrá, esa duda por el próximo paso. Más todavía cuando todo es ganancia, cuando nadie te regaló nada para estar adonde estás, y cuando tenés una voz y unas ganas que te van a llevar siempre para adelante.