Carina Palpacelli, de su Roberts querido a Olavarría
Roberts, partido de Lincoln. Un pueblo pequeño, de apenas tres mil habitantes, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Mucho campo, por donde se mire. Allí nació Carina Palpacelli.
Roberts, partido de Lincoln. Un pueblo pequeño, de apenas tres mil habitantes, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Mucho campo, por donde se mire. Allí nació Carina Palpacelli. "Yo nací en el campo, fui a escuela de campo hasta que cuando llegó el momento de ir a la primaria nos mudamos a la ciudad, a Lincoln. Y después la secundaria y posteriormente me fui a La Plata para ser escribana" cuenta Carina (36), quien hace ya unos años está radicada en Olavarría junto con su esposo Jorge Guallán y son padres de dos niños: Renata (8) y Fermín (5).
"¿Por qué escribana?...no sé si es difícil explicarlo, pero en la secundaria tuve una materia que era Derecho y no estaba orientado el colegio en sociales sino en economía, pero me gustaba esto de la gente, de las relaciones y en el último año del secundario nos preguntaron y yo dije abogacía. Teníamos que hacer prácticas y las hice en una escribanía, así que en ese momento era todo papel, nada digital y ni celular había. Hacíamos muchas fichas, me encantó y con mucho esfuerzo mis viejos me mandaron a estudiar a La Plata. Allá estaba mi hermano (Lucas) estudiando ingeniería, así que me fui a estudiar abogacía" siguió contando Carina.
"Al principio me costó. Desde un pueblo chico pasar a una ciudad tan grande al cambio lo sentí. También aprender a estudiar, era todo diferente por supuesto. Era otra cantidad, otra forma, otra exigencia, pero fueron pasando los años y mientras estudiaba también trabajaba, ya que era difícil mantenernos. Y me recibí a mediados de 2010" agregó Palpacelli, quien agregó que "allá también hice las prácticas notariales en un estudio jurídico tributario, del doctor Condorelli. Me fue muy bien y como estaba de novia y mi pareja se volvió a Olavarría, porque se había recibido de odontólogo, entonces yo lo seguí y me vine. Era marzo de 2011. Acá fue difícil al comienzo, para los dos".
"Fue complicado porque tenía que arrancar de cero y no conocía a nadie. Pero de a poco fui haciendo cosas y comencé a trabajar en un estudio jurídico, a ejercer Derecho. En 2012 la conocí a Norma Sanz y trabajaba con ella, por la tarde, ya que a la mañana estaba en el estudio jurídico. Conocer a Norma fue clave en mi vida, fue el puntapié para que me animara y encarara esto de la escribanía, así que me acompañó para que me inscribiera como aspirante, también hice el curso de ética que exige el Colegio de Escribanos y después surgió que se abrieron vacantes en Olavarría para rendir. Hice el curso, pero no quise rendir y justo fui mamá, nació Renata. Pero un día me llamó Matías Castro con quien había hecho el curso y nos conocíamos, y me invitó a trabajar con él" siguió contando Carina.
Entonces Matías me ofreció trabajar con él. Y fui aprendiendo muchísimo obviamente, porque se sale de la facultad con todo el conocimiento pero con la práctica todo es diferente y se aprende absolutamente todo. Te forma de otra manera y te lleva a tener muchísimo más conocimiento de la profesión. Luego me propuso ser adscripta y así estoy hoy, por lo que estoy súper agradecida ya que esto es lo que quería, realmente", afirmó la lincoleña.
"Este viernes 30 de septiembre se cumplió un año de mi juramento. Matías juró en mayo de 2015 y aquí comencé a trabajar en 2016. Me encanta el trabajo y acá hacemos de todo, como donaciones, compraventa, cesiones, poderes, se abarca todo lo que hace un escribano. La profesión me encanta y con la pandemia cambiaron algunas cosas porque ahora se hace mucho de manera virtual, también se hicieron cursos desde la Delegación, del Colegio de Escribanos así como de la Universidad Notarial, cuando antes había que viajar y tenía otros costos, pero desde la computadora se accede a todos esos cursos y nos permiten estar actualizados. Hasta la forma de trabajar cambió" explicó, para afirmar que "queremos que el cliente se vaya conforme, uno lo asesora legalmente también y nos ponemos en su lugar, para entender, comprenderlo y darle una solución, o indicarle las opciones que más le convienen".
"Claro que cumplí mi sueño -dijo Carina- y estoy súper agradecida a Matías (Castro) y a Norma (Sanz), quien fue la me dio el gran empujón, y también Nora Meringer me ha ayudado muchísimo, porque hay que nutrirse de todos los que sasben", para recordar siempre a sus padres (Rubén Palpacella e Iris Lambertuci), "quienes siguen viviendo en el pueblo" aclara. "Ellos trabajan en el campo, les gusta. Volvemos de visita. Mi hermano Lucas es ingeniero y está radicado en Puerto Madryn, pero regresamos al pueblo" dijo, porque nunca se olvida -ni se olvidará- de sus raíces.