La semana pasada, el Municipio de Olavarría dio a conocer a través de su dirección de Prensa que la ciudad formará parte de una red de trabajo global en materia de reciclado, habiendo sido la comuna seleccionada por la fundación Rethinking Recycling para poner en marcha una prueba piloto de tres años.

Esto permitirá diseñar "un modelo general de reciclado, reutilización y gestión de residuos donde podamos generar valor, trabajo, sustentabilidad y economía", había sintetizado a El Popular Medios el secretario de Desarrollo Económico, Julio Valetutto.

Este sábado la Cooperativa de Trabajo Viento en Contra Limitada con la adhesión de UTEP-Olavarría, Olavarría Verde, Guardianes Ecológicos Colonia Hinojo, Corazones de Barro y Construyendo Fortalezas emitió un comunicado donde manifiestan la negativa al desembarco de dicho programa en la ciudad.

El comunicado completo

El sector cartonero organizado de Olavarría se opone al desembarco de la Fundación McKinsey en nuestra ciudad y nos manifestamos en pie de lucha.

El sector de cartoneros nucleados en la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR) y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de nuestra ciudad se opone al convenio llevado adelante por la municipalidad y la Fundación McKinsey bajo el nombre "Rethinking Recycling" (Repensando el reciclado) - Patria SI Colonia NO.

¡Consideramos que la puesta en marcha de este programa es una mentira desde cualquier aspecto que se lo mire, no hay nada que repensar, hay que fortalecer el sector que ya está en marcha!

Hace casi un año llegó una comitiva de la Fundación al predio de la cooperativa junto a representantes de la Dirección de Desarrollo Sustentable municipal para hablar con los/as compañeros/as. Allí les quisieron endulzar las orejas con falsas promesas de que se podría implementar un sistema de reciclado incorporando un poco más de maquinaria como una cinta transportadora y mejorando los implementos de trabajo como la vestimenta de trabajo.

Más tarde, se comunica con uno de los compañeros militantes un agente del área de Desarrollo Sustentable para pedir datos acerca de la cooperativa para informarle a la Fundación. Información que fue denegada porque considerábamos que el municipio era poco claro en los intereses que pretendía respecto a esta Fundación y a nuestra cooperativa. Además, la falta de tacto y formación hacía inviable cualquier tipo de intercambio.

Preguntaba por la cantidad de empleados que tenía la cooperativa, desconociendo que en una cooperativa de cartoneros no existen ni amos ni esclavos. En definitiva, todos los interrogantes giraban en torno al modelo empresarial tradicional, siendo que el desarrollo de nuestra Unidad Productiva encierra un aspecto económico de nuestros compañeros, pero también un espacio de contención social.

A principios de 2020 nos recibió el Secretario de Desarrollo Humano y Calidad de Vida Diego Robbiani para escuchar nuestras demandas y necesidades, que con muchísima paciencia y tranquilidad las hemos esgrimido ante varios agentes municipales en repetidas veces y siempre conseguíamos las mismas respuestas.

Las agendaban, pero nunca fueron ejecutadas. De esa reunión salimos con la obligación de nuestra parte de presentar un informe a entregar a la Directora de Desarrollo Sustentable, lo cual fue realizado sobre manera con lujo de detalles acerca de la integralidad de las actividades que se desarrollaron durante el primer año de actividad en la cooperativa.

El siguiente encuentro fue con el director de Desarrollo Económico, pero más que comentar ese trabajo que servía como base para seguir desarrollando la actividad de manera más seria y acompañando el proceso de trabajo, el objetivo principal era anunciarnos que el municipio tenía una reunión con la Fundación la semana próxima.

Allí adelantamos nuestra postura acerca de la misma y que ésta va en la dirección opuesta a nuestros objetivos, aunque accedimos porque estamos abiertos al diálogo desde el minuto uno de nuestra organización, pero no a subordinarnos ante nada ni nadie.

Llego el día de la reunión. Ya sabíamos que esta fundación no es más ni menos que la cara "solidaria" de una empresa consultora multinacional que venía a lavar sus negociados con proyectos mentirosos y alejados de la realidad como los realizados en la Villa 31 donde hacían trabajar de cartonerxs a gente que tenía programas sociales para otras actividades. Nuestro precepto en cambio, no es inventarle el trabajo a nadie sino más bien ir en pos de la dignificación del trabajo de aquellos que desde hace décadas limpian nuestras ciudades en silencio.

Es más, en esa reunión nos comentaban que en el Barrio Carlos Mujica (Villa 31) habían consolidado unas cooperativas, pero que no tenían ni galpón, ni balanza ni enfardadora. Nos miramos con los compañeros y la transmisión del pensamiento nuestra fue: ¡Estos nos quieren venir a enseñar a nosotros como se hacen las cosas y no tienen ninguno de los medios de producción necesarios para realizar más dignamente nuestro trabajo! También nos proponían ayudarnos en mejorar la comercialización de los materiales, a lo cual nosotros ya estábamos comercializando a través de la FACCYR, herramienta fundamental para la organización y dignificación de este sector de la Economía Popular.

Otra de las propuestas que nos querían vender era la realización puerta a puerta de la promoción ambiental, a lo cual les comentamos que ya estábamos iniciando la rama de Promotoras Ambientales, porque son nuestras compañeras las que pueden explicar mejor que nadie como se recicla porque crecieron haciéndolo, pero lamentablemente en pleno crecimiento de la rama apareció la pandemia del COVID y no pudimos seguir con las campañas puerta a puerta.

Ninguna de sus propuestas era superadora a lo que con mucho esfuerzo y desde abajo se fue alcanzando a pesar de la pequeña mano que al principio nos daba el municipio calculando si nos subordinaríamos a ellos o para tantear si "los cagábamos" como si la disputa política con el Estado por mejoras del sector tuviera que ver con cuestiones personales o manejar una empresa; Más tarde, como corolario a esta reunión apareció el desconocimiento y el destrato del municipio. No nos podemos olvidar de principios de año cuando le sacaron una foto al intendente junto a varios funcionarios municipales y de la Fundación, todos riendo para anunciar este convenio, mientras nosotros debatíamos en asamblea que decisión tomar; para nosotros nunca hubo tiempo, salvo aquella vez que por protocolo de un programa de microcrédito tuvo que abrazarse con nuestros compas y simular felicidad porque la foto vende.

Esa asamblea en la cooperativa tenía como objetivo decidir una toma de posición colectiva. Fue unánime la oposición de los compañeros. "No queremos que una empresa nos venga a quitar de las manos el pan que ganamos caminando las calles, recuperando desde hace décadas lo que la ciudad descarta".

Porque para la idea de Economía Circular de esta Fundación da lo mismo si participan cartoneros/as o que los materiales reciclables vayan del productor al consumidor y de este retorne nuevamente a las recicladoras propias de las grandes empresas para tener menos costos en los insumos de la producción. O lo que en otras palabras significa mayor exclusión económica y social.

Hace más de un año que intentamos a través del diálogo con el municipio pocas cosas justas, ahora vamos a exigir todo lo que le corresponde al sector de manera categórica:

- Exigimos tener acceso y que se haga público la documentación correspondiente, las líneas de acción que se desarrollarán y el convenio firmado entre el municipio de Olavarría y la Fundación McKinsey;

- Reconocimiento del sector como trabajadores de la Economía Popular con los mismos derechos que cualquier trabajador formal.

- Que se dispongan a través de ordenanzas amparadas en las leyes nacionales y provinciales una política pública respecto a la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos con Inclusión Social en la que el actor principal sean los trabajadores del sector.

- Hacer partícipe a la cooperativa de recicladores urbanos en la gestión de los residuos producidos por los Grandes Generadores.

- Que el municipio ceda un predio para avanzar de manera progresiva en la implantación de una planta de reciclado en la que participen exclusivamente trabajadores de la economía popular y específicamente del sector

- Hasta tanto poder avanzar en la construcción de la planta de reciclado, que el Municipio se haga cargo de los gastos de alquiler del predio donde se realiza la actividad de clasificación, enfardado y acopio de materiales;

- Que el Municipio se comprometa en pagar a la cooperativa el mismo monto monetario que lo hace por tonelada de residuos enterrados en el relleno sanitario

Si cartoneras y cartoneros no hay reciclado