La combinación del contexto recesivo y la pérdida de poder adquisitivo plantean serias dificultades a la mayor parte del espectro de la actividad económica y las farmacias no son ajenas a esa situación, que durante el año pasado y en enero de 2019 se vio reflejada en los mostradores, como atestiguan referentes locales. La estanflación de los últimos meses no pasa inadvertida para el sector, aquejado por una caída de ventas de alrededor del 6 por ciento en el nivel nacional durante 2018.

Además, con costos de la mayoría de los insumos atados al valor dólar, la devaluación de abril y mayo de 2018 elevó los precios por encima de la inflación, y esa coyuntura influyó en un cambio de hábitos de los pacientes, quienes para afrontar los tratamientos comenzaron a recurrir a segundas marcas o a envases más pequeños. Otra cuestión que complica es la pérdida de la fuente laboral, cuyo efecto inmediato redunda en el corte de la obra social y el acceso acotado a los medicamentos.

Alberto Gómez, titular del Colegio de Farmacéuticos de Olavarría, al analizar la situación determinó que "no me extraña, la verdad pensaba que (la caída) era un poco más. Obviamente que eso se ve reflejado (en el mostrador)".

Así, expuso que "en cuanto a las unidades vendidas, que ellos lo discriminan en mercado ético y mercado popular, la venta cayó un 6 por ciento en el comparativo de enero a enero. La caída más fuerte fue desde febrero o marzo de 2018 a septiembre de 2018. Después, en noviembre y diciembre más o menos se estabilizó. Pero la caída, en promedio, es del 6 por ciento", confirmó.

La pérdida de ventas viene aparejada con los aumentos de precios. En ese sentido, "la caída no fue tan grande en pesos por el tema de la devaluación, que tuvimos una devaluación del 50 por ciento". Así, los incrementos de precios "en promedio entre enero de 2018 y diciembre de 2018 debe estar en un 50 por ciento, más o menos como la devaluación. No olvidemos que son insumos que están atados al dólar", recalcó Gómez.