Combate Medieval en el siglo XXI, el deporte que recrea luchas legendarias
Entre el viernes pasado y hasta hoy, se lleva a cabo en la localidad de Aldo Bonzi, partido de La Matanza, este encuentro deportivo y social que revive la Edad Media a través de su música, gastronomía, indumentaria y luchas.
Más de 20 clubes de Combate Medieval de la Argentina comenzaron el viernes su Torneo Nacional en la Ciudad Deportiva Don Bosco, en el que legendarias peleas cuerpo a cuerpo tomaron vida con un riguroso recreacionismo histórico de armaduras, cascos y armas dignas de una película épica en la que también se invitó al público a vivir un viaje en el tiempo con propuestas de entretenimiento y gastronomía típica durante todo este fin de semana largo.
Cientos de visitantes, en su mayoría familias y grupos de amigos jóvenes, asistieron desde el primer día al evento "Torneo Edad Media", que comenzó el viernes y se realizará hasta hoy de 11 a 21, en la localidad bonaerense de Aldo Bonzi.
La propuesta invitó a viajar en el tiempo y vivenciar la Edad Media desde su música, gastronomía, indumentaria, luchas y campamentos militares. A través del recreacionismo histórico, en los campamentos, los personajes medievales tomaron vida y se encontraron con el público curioso del siglo XXI, a quienes iluminaron sobre cómo era la vida en ese tiempo y lugar histórico representado.
En simultáneo, el paseo incluye puestos de artesanías donde ofrecen cuernos, armaduras y armas clásicas y de fantasía, vestimentas, joyería, libros y platos típicos medievales entre los que se destacó el cerdo ahumado, la cerveza artesanal y la hidromiel, primera bebida alcohólica producida en base a la fermentación de la mezcla de agua, miel y levadura, conocida como "el elixir" de los vikingos.
En paralelo, también se presentaron actividades para todas las edades, como arquería, juego de justas a caballo, desafío a un caballero armado o la práctica de softcombat, circo medieval en el que los chicos fueron protagonistas, además de shows musicales en vivo.
Al Torneo Nacional de Combate Medieval se inscribieron para competir más de 140 deportistas, en su mayoría hombres, pocas mujeres y una persona trans.
"La idea es que este deporte ayude a conocer condiciones históricas de los lugares de donde se combate. Las armaduras y las armas son reproducciones fieles de cada segmento geográfico o temporal. Nosotros trabajamos entre el siglo XIII y XV, y cada luchador es libre de elegir dónde imagina que está peleando", dijo a Télam Roberto "Cato" Acosta, un "Marshal" que oficia de árbitro principal del evento que controla, junto a otros personajes de igual autoridad, el cumplimiento de las normas internacionales que regulan la actividad, y que incluye desde control del estado armas y armaduras hasta el cumplimiento de historicidad y el sistema de categorías y puntajes.
Se puede practicar a partir de los 18 años, y las categorías son grupales (Buhurt) e individuales (Duelos uno contra uno) y también Profight, similar al MMA de Artes Marciales Mixtas.
Ezequiel Cavallín (30), es uno de los representantes del Club Draconem Clan de Córdoba Capital que ganó el duelo de aspas el viernes pasado con su armadura británica del siglo XIV.
"El 90% de la armadura la hice yo. Tengo familia metalúrgica y me gusta trabajar el metal. Debe pesar 30 kilos. El casco lo compré cuando fui a Rusia y la espada ucraniana la gané en la final a mi contrincante", dijo a Télam.
Ezequiel estudia profesorado de educación física y practica deportes de contacto desde los 11 años. En combate medieval pelea en la mayoría de las categorías desde 2013 y, en 2019 compitió en Rusia, donde quedó cuarto en la categoría de peso medio.
Sofía Giampietro (25) es luchadora medieval y capitana del Club de Dragones Atlánticos de Mar del Plata hace cinco años. El viernes ganó el duelo de aspas femenino. Para ella, combatir "es la adrenalina en el estado más puro que existe", contó a Télam.
En 2018, fue parte del mundial "Battle of the Nations" que se realizó en la ciudad de Roma, Italia. Ahora se prepara para el torneo internacional de 2022 que será en Rumania, para el que se siente "más segura" que la última vez, y le interesa incentivar a otras mujeres a sumarse al deporte porque "en los torneos el 80% son hombres y el 20% mujeres y cuesta mucho convocarlas".
El Combate Medieval fue creado como deporte en Rusia hace más de 13 años y ya se practica en 42 países del mundo. Como medida de seguridad, hay partes del cuerpo donde no se puede pegar, como ingle, pies, detrás de la rodilla, nuca y la zona de la cara. Y durante el evento hay equipos de rescate para asistir sanitariamente a los participantes.
El equipo completo para competir puede costar entre 100 y 200 mil pesos, y pesa alrededor de 30 kilos. Entre las armas que pueden utilizar están las astas, espadas y hachas, no pueden estar oxidadas, tener mellas, bordes, filo, ni punta.
El capitán de la selección nacional del Historical Medieval Battle International Association (HMBIA), Ignacio Brunstein (35), contó a Télam orgulloso que "la bandera argentina la representé en Serbia y Ucrania".También explicó que comenzó a practicar la actividad hace cuatro años y que se desempeña en categorías individuales con espada de una mano y grupales.
Ignacio es de la Ciudad de Buenos Aires, forma parte del club Newbery Combate Medieval, tiene una hija de un año y combina este deporte con su trabajo en el área de sistemas.Su armadura es europea del siglo XV. "A la gente le llama la atención vernos en el siglo XXI con armaduras de hace 6 siglos atrás. Es un evento para toda la familia", concluyó.Respecto a los visitantes, se destacan familias y grupos de amigos, en su mayoría jóvenes.
Micaela Di Giorno (24) es cosplayer y streamer del barrio porteño de Nuñez y asistió con dos amigos."Vinimos a sumergirnos en el mundo que está detrás de las pantallas y de los libros. Y también para probar la gastronomía y comprarnos algunas vestimentas", dijo.
"Vine maquillada de una forma particular para sentirme parte y sumergirnos un poco más en la experiencia desde adentro. Mi compañero también se compró una capa negra de lana tejida y vino con orejas de elfo", agregó."Lo que más nos acercó a esta temática es la saga de ‘El Señor de los Anillos’ y ‘Games of Thrones’, también juegos de la época o Ciruelo, que es un artista que trabaja con los dragones y siempre me gustó. Va todo de la mano", concluyó.
Su amigo, Pablo Gardiazabal (30) contó que la capa que se compró y le cubre desde el cuello todo el cuerpo le costó $ 8.000, y que la usará también para otros eventos.
Matías Santos (30), otro de los visitantes de la feria, presenció los combates y contó que se interesó por el evento porque le gusta todo de la Edad Media y aprender historia. "No sabía que existía el combate en Argentina", señaló.
Su amigo Adrián Tauro (33) dijo también que se hizo presente para "estar conectado con el ambiente".
Ambos se compraron dos cuernos de toro, que les costaron alrededor de $1.600 cada uno, en los que bebieron cerveza.
Entre las actividades en simultáneo realizadas en el Torneo Edad Media se destacaron los campamentos de recreacionismo histórico que, con vestimentas tradicionales, armas, escudos, comidas, y herramientas representaron a La Orden de los Caballeros de la Cruz del siglo X y siglo XIII; Berkut, eslavos del siglo IX al XIII; romanos del siglo I; y los Cuervos de Odin Guardia Varega, la guardia del emperador de Constantinopla del siglo X al XV, entre otros.
Para dar vida a los personajes y eventos se basan en fuentes históricas, consultan investigadores y requieren del apoyo de especialistas en distintas artes como la carpintería, cuero, tela, metalurgia, cerámica, idioma, música, religión, filosofía, deportes, ingeniería, para tratar de hacer una reconstrucción "históricamente aceptable" con la condición de que todo lo que se construya cumpla la función con la que fue diseñado.
Roberto Osuna (42) es recreacionista histórico del campamento del imperio romano y vistió una túnica militar de lino y lana denominada "subarmalis", que era utilizada debajo de la armadura, y una capa con capucha llamada pánula.Osuna es porteño, y le apasiona el mundo romano.
"En el siglo XXI soy empleado en relación de dependencia de una empresa de comercio exterior", contó a Télam entre risas, y agregó que tiene un hijo de 13 años llamado Lucio, del cual destacó que su nombre de origen romano, y que comenzó a interesarse en la temática desde chico, con Asterix y Obelix.
"Recreamos experiencias en el uso de los elementos para poder descubrir detalles que no nos cuentan los libros y ponernos en la piel de aquel romano. Difundir conocimiento con sustento vivencial es nuestra felicidad", explicó.
"En el campamento tenemos armas defensivas, herramientas como la dolabra -que tiene doble función con un pico y un hacha- que servía por ejemplo para establecer el perímetro de los castros o fuertes. También tenemos lanzas, el pilum, el arma arrojadiza más conocida del imperio, el gladio, la espada con una hoja de 50 centímetros, armas básicas del soldado legionario romano", explicó.
Fernando Paz (37) forma parte de los Cuervos de Odin Guardia Varega del siglo X al XV.Es de la localidad bonaerense de Avellaneda, docente de educación física y su hobbie es la recreación histórica.
"Verificamos con profesores de historia toda la recreación, y tratamos de reconstruir cómo se vivía en la época, investigamos y también cotejamos todo descubrimiento que haya con agrupaciones de otras partes del mundo".
Francisco Durán (37) es de Moreno y llevó a su campamento, junto a su clan Nórdicos Gaélicos Caballeros de Odin, cascos, cotas de malla, lanzas y estandartes, para recrear la vida vikinga entre el año 800 y el 1100."Nosotros les ofrecemos nuestra historia. Las armas y los cascos son generalmente de acero y hierro fabricados manualmente", concluyó.