Comercio: horario corrido sí, horario corrido no
El 42% de la población argentina no tiene los ingresos necesarios para absorber la canasta básica, una situación que se no solo se da en un contexto de pandemia con pérdida del poder adquisitivo y retracción de la economía, sino donde también la inflación juega un rol preponderante.
El precio de los alimentos cada vez más caro: ''''la gente empieza a endeudarse para comer''''. Sin embargo, no es la única batalla que libran los comerciantes, otro sector con trabajadores y trabajadoras esenciales expuestos desde el inicio de la pandemia.
Luchan en dos frentes más, por un lado la competencia de los comercios mayoristas del sector que venden al público en general a precios más bajos, una realidad que se ve cada vez más y que perjudica de manera notable.
Otra cuestión pasa por el debate del horario corrido y que vuelve a reflotarse ahora a partir de la presentación de un proyecto de ordenanza por parte del presidente del bloque del Frente de Todos, Guillermo Santellán.
Todo mediante "un acuerdo con comerciantes, sindicatos y cámaras del sector" que fije un horario de apertura y cierre "escalonado por rubro o tipo de establecimiento que permita el desarrollo adecuado de las actividades comerciales, respetando la jornada laboral de 8 horas".
A la par, desde la asociación Comerciantes Unidos de Olavarría se lanzó hace unos días una encuesta virtual para sondear en los distintos rubros las opiniones respecto al establecimiento de un horario corrido, por lo menos durante el invierno y en el marco de una segunda ola de casos positivos de Covid.
Creemos que no es momento para realizar estos cambios
En este contexto, desde el Centro de Almaceneros de nuestra ciudad se presentará una nota al Concejo Deliberante en las próximas horas. "No estamos negados, simplemente creemos que no es momento para realizar estos cambios, quizás en un futuro cuando todo esto pase podríamos sentarnos todos los sectores a conversar y analizar qué es lo más conveniente", sostuvo Luis Sosa en diálogo con EL POPULAR.
"La despensa es la que mantiene la economía del barrio. Si un vecino no tiene efectivo para comprar le fiamos, si sale de trabajar pasa por la despensa a hacer unas compras antes de llegar a su casa. El funcionamiento es así", apuntó en referencia a este rol que cumple el comercio minorista fuera de las cuadras que conforman el centro y microcentro de la ciudad.
A modo de ejemplo, y con 18 años de dedicación al ramo, Sosa contó que desde su autoservicio "le estamos llevando alimentos a los vecinos que están aislados por Covid, esta función la estamos haciendo nosotros, las despensas y almacenes. Nos hacen el pedido y le dejamos las cosas en la puerta. Este es el vínculo que tenemos".
En medio de una segunda ola de casos positivos que no da tregua y con una inflación que va por encima de los incrementos salariales que se traduce en una baja de consumo, la situación para el rubro no es de las mejores. "Somos un sector que nunca paró de trabajar porque somos esenciales, pero estamos trabajando a un 40, 50 o 60 por ciento según cada realidad", cerró.