Con venta de útiles básicos y muy pocos libros de texto, este año "no hubo temporada escolar"
La gente compró solo lo necesario y desde las escuelas solicitaron los elementos mínimos e indispensables. Las escuelas que pidieron libros de texto son contadas con los dedos de las manos y las editoriales "están en crisis". Presencialidad y virtualidad se conjugarán durante el ciclo escolar, y la posibilidad de un brote de Covid que obligue al cierre de actividades está latente. Así está el panorama que aportaron desde distintas librerías de la ciudad.
"Este año no hubo temporada escolar", coincidieron desde distintos comercios del rubro en nuestra ciudad en un sondeo que realizó EL POPULAR.
Las compras se redujeron sólo a elementos básicos y muy pocos libros de texto, en un 2021 que conjugará presencialidad (con estrictos protocolos) y virtualidad.
En este contexto, en los comercios del rubro se vendió lo indispensable, en sintonía con los materiales básicos que solicitaron desde las escuelas en el marco del protocolo establecido para la presencialidad donde "se recomienda reducir al mínimo el traslado de elementos entre casa y escuela".
A esto se suma la ausencia de libros escolares en la mayoría de los colegios que dicho sea de paso, "este año están más baratos que nunca". Es que las escuelas que pidieron libros de texto son contadas con los dedos de las manos y las editoriales "están en crisis".
Mientras tanto, la posibilidad de un brote de Covid que obligue al cierre de actividades está latente y plantea un escenario con pocas certezas en todos los ámbitos, incluyendo el de la educación.
"Lo que vimos es que la gente compró lo que necesitaba, que es poco en comparación con años normales. Además, los chicos empezaron la escuela en distintos momentos porque dependieron de la burbuja entonces eso hizo que no se notara el movimiento de consumidores al mismo tiempo", explicaron desde la Librería Altamira.
Otro factor que apuntaron es que "el año pasado quedaron cosas sin usar por lo que las familias aprovechan lo que quedó nuevo del 2020". El mayor consumo, entonces, quedó reducido a los estudiantes que comenzaron primer año de Primaria y primero de Secundaria "que son los que arrancan de cero".
El consumo en pandemia
Lejos del cúmulo de gente que solía verse sobre finales de febrero, esta vez los consumidores "fueron cautelosos y prudentes", definieron desde la Librería Aladino.
"Este año viene muy difícil porque la temporada no arrancó nunca", sintetizaron desde este comercio que ofrece útiles y libros de texto escolares.
En la tradicional esquina de Lamadrid y Dorrego analizaron que la llamada temporada escolar no existió por varios motivos: "por un lado, el temor de los padres que no saben si va a valer la pena gastar o no. Y por el otro, el miedo de los docentes de pedir material demás por la misma cuestión que es porque no se sabe cómo se va a desarrollar el año".
Así planteada las cosas, la temporada escolar 2021 "es peor que la del año pasado que parecía malísima porque se cortó de golpe en marzo, pero tuvo esas compras previas al inicio del ciclo escolar que este año no se dio".
En algunas secundarias de la ciudad, los materiales indispensables son lapicera y un block de hojas, nada más. "Esto es lo que le pidieron a mi hijo", dijo un padre.
La premisa en gran parte de las instituciones escolares fue "nada de libros de texto. Lo que se tenga que buscar se hará por Internet", contó una mamá que tiene sus dos hijos en la escuela secundaria.
En Librería Da Vinci solo de comercializan útiles escolares y "este año el movimiento fue más tranquilo que años anteriores", sostuvieron desde el comercio que funciona frente a la plaza central.
Hojas de repuesto y todos aquellos productos que van dentro de la cartuchera fueron los elementos más vendidos. La demanda fue progresiva y "a medida que desde la escuela iban pidiendo, la gente iba comprando".
Elementos tales como mochilas, cartucheras y carpetas no tuvieron este año demasiada salida. "A muchos les quedó nuevo lo de 2020 porque prácticamente no lo usaron entonces en ese aspecto se notó la baja".
Preocupación por los libros
El 2021 propuso una canasta escolar cuyo costo subió alrededor del 40% respecto del año pasado. El incremento en los precios no se dio de un día para el otro, fue paulatino pero se sintió en el bolsillo de los consumidores recién ahora.
Por contrapartida, los libros de texto "están más baratos que nunca en la historia", resumieron desde Aladino, una de las librerías de la ciudad con marcada tradición en este ramo.
Desde Altamira coincidieron en que este año los libros de uso escolar "casi no se venden". Explicaron que "mucha gente está esperando a ver qué pasa, hay padres que vienen y preguntan el precio, pero no los compran por el momento".
En cuanto a los costos, "no han tenido mucha variación respecto de los precios de años anteriores, se ha mantenido bastante el valor aunque la gente prefiere esperar para ver cómo sigue el cronograma de clases porque el año pasado en la virtualidad casi no se han utilizado libros de texto".
En Aladino expusieron que "salvo contadas excepciones de algunas escuelas privadas, el resto no pidió libros y tengo entendido que es a solicitud de Inspección. Pero realmente no se entiende porque el libro viene a fortalecer los contenidos de las clases. Además, los chicos están encerrados en sus casas por lo que en mi opinión el libro es más necesario ahora que nunca".
En este contexto, "las editoriales de libros escolares están en crisis. Venían mal y este año parece presentarse como muy duro porque en la mayoría de las escuelas no se están pidiendo libros cuando es una herramienta súper necesaria, más aún teniendo en cuenta a aquellos chicos que no tienen conectividad o que tienen dificultad para el acceso a Internet".
La pandemia introduce su grado de incertidumbre y aún con la vacunación en marcha desde el área sanitaria oficial ya se habla de la posibilidad de enfrentar una segunda ola de contagios, un escenario que produce temor frente a la posibilidad de tener que vivir un nuevo aislamiento y su consecuente cierre de actividades.
En Aladino aseguraron que la sensación generalizada es que "no se sabe cuánto va a durar la pandemia y estamos atados a lo que vaya a suceder".