Mientras que en Olavarría, las bibliotecas populares ya habían comenzado a transitar el camino de "reinventarse", la flamante directora de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), María del Carmen Bianchi, acaba de anunciar que "vamos a poner a las bibliotecas populares en sintonía con las redes sociales".

En una nota realizada por la agencia Télam, Bianchi aseguró que tiene, sobre todo que "mirar para adelante, reconstruir, ponernos de pie", al referirse al principal desafío que enfrentará su gestión al frente del ente que representa a más de mil bibliotecas y centros de lectura comunales, populares y barriales de todo el país.

"Tenemos, sobre todo, que mirar para adelante, como en 2003. Poder prever lo que ocurrirá en materia de libros, de lectura y de necesidad de capacitarse de los bibliotecarios. Proveer equipamiento y actualización. Ocho años después de irme, lo que vamos a hacer es poner a las bibliotecas populares en sintonía con lo que está ocurriendo en las redes sociales, en otros soportes, y resolver las situaciones urgentes que tengamos que resolver".

Psicóloga, educadora, dos veces presidenta de Conabip (en 2003 y en 2011) que trabajó para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de los Estados Americanos (OEA), Bianchi asume por tercera vez al frente de la Conabip, enmarcada en una de las crisis más fuertes de la industria editorial que vivió Argentina, combinada con políticas empobrecidas de promoción del libro y la lectura entre 2016 y 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri.

"La Conabip, como todos los organismos de Cultura, sufrió desfinanciamiento -repasó-. Por eso la obstaculización del desarrollo de las políticas que se venían implementando. La situación de las bibliotecas populares se vio afectada por los tarifazos, por la inflación, el no pago de subsidios para sueldos en el caso de algunas provincias. Sé lo que los bibliotecarios me plantearon en este tiempo, por lo que me escriben y dicen".

Profundizada por la degradación del Ministerio de Cultura a Secretaría, Conabip perdió la compra anual de 1.200 ejemplares (a editores que respondían al tema que anualmente proponía a través un comité especial), mientras que uno de sus caballitos de batalla, el Programa Libro%, se mantuvo sin actualizar el subsidio por inflación, que en diciembre último alcanzó el 54%.

Esto hizo que de unos 350 libros que cada biblioteca podía comprar en 2015, al 50 por ciento de su precio, se disminuyera a unos 70 en 2019. En ese lapso el presupuesto para el programa creció, de 15 millones a 24 millones, pero en un porcentual mucho menor al de la inflación. Y el subsidio, que en 2016 alcanzaba a 1.500 bibliotecas y 3.000 bibliotecarios; en 2019 alcanzó a 880 bibliotecas y 880 bibliotecarios.

"Trataremos de cumplir con el Programa Libro% y con la venida de las bibliotecas a la feria -consignó Bianchi en referencia a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que se realizará del 30 de abril al 18 de mayo-; también trataremos de cumplir con el libro, la lectura y con las políticas que los favorezcan, así que, manos a la obra. Como dice Alberto: ''No nos quejamos, vinimos para hacernos cargo''".

"Los subsidios han ido bajando, así como la cantidad de bibliotecas y bibliotecarios que los reciben -repasó-. Veremos cómo hacemos para buscar alternativas en poco tiempo. Hay muchas prioridades urgentes, pero el Presidente tiene especial inquietud por la lectura, lo hemos visto cuando presentó el Plan de Lecturas", en el Museo de la Casa Rosada, el 30 de diciembre.

Bianchi, quien reemplazará a Leandro de Sagastizábal, puntualizó finalmente que "respeto y amo lo que hacen las comisiones directivas de las bibliotecas populares, son más de mil organismos dedicados a la cultura y, por ese esfuerzo que hacen en todo el país, merecen que nosotros hagamos lo nuestro. Es un mundo de riqueza lo que aportan", concluyó.

En Olavarría

A fines de noviembre último, este Diario reflejaba la realidad de las instituciones existentes en Olavarría. Reinventarse o reperfilarse, decía este matutino en aquel momento, parece ser el máximo desafío para las Bibliotecas Populares de Olavarría, que suman 13 en todo el Partido. Sus gestores buscan abrirse a la comunidad y hacer más atractivas y variadas sus propuestas para seguir vigentes, al tiempo que intentan sumar nuevos asociados.

"Debemos reformularnos desde una concepción muy antigua de la biblioteca; porque todo ha avanzado tanto, que debemos apostar a propuestas interesantes para que la gente se acerque. Tenemos que buscarles otra utilidad, reinventarnos, abrirnos a la comunidad para otras cuestiones, más allá del préstamo de libros", argumentaba la presidenta de la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular "Armando Collinet" y, simultáneamente, referente de esas entidades culturales ante la Municipalidad de Olavarría, Gloria Touceda.

Desde el barrio Pueblo Nuevo, la responsable de la Directiva de la Biblioteca Coty Laborde, Nora Montero, asumía que la institución tiene "una proyección social muy significativa, que supera el simple hecho de prestar libros. Buscamos reperfilarnos, como se dice ahora, y abrirnos a los contactos educativos y comunitarios, al tiempo que vamos incorporando tecnología".

La Comisión

La Conabip es un organismo dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación que fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares en tanto organizaciones de la sociedad civil e impulsa su valoración pública como espacios físicos y sociales relevantes para el desarrollo comunitario y la construcción de ciudadanía.

Su función es orientar y ejecutar la política gubernamental, a través de un modelo de gestión asociado que favorezca la consolidación del carácter autónomo de este movimiento social único conformado por casi 2.000 bibliotecas y 30.000 voluntarios que, a lo largo y a lo ancho del país, despliegan sus acciones desde el año 1870.

Las bibliotecas en números

En total, las trece bibliotecas locales reúnen unos 180 mil volúmenes y suman unos 3.000 socios en todo el Partido. Particularmente la Collinet, la más antigua de la ciudad y privilegiada por su ubicación céntrica, incorpora unos 500, engrosados con unos 80 que se incorporaron durante el año pasado, según el balnace 2019 difundido por esa entidad. En el mismo lapso, se concretaron 4300 préstamos de volúmenes y se adquirieron 280 nuevos libros para engrosar el fondo bibliográfico más importante de la ciudad.

Mientras tanto, la Biblioteca Independencia o la de Hinojo, por citar algunas, tienen una masa societaria de 200 almas cada una, mientras que la institución que recuerda al tenor Coty Laborde, en Pueblo Nuevo, trabaja con unos 280 asociados.