Construcción del hospital veterinario: dos anuncios truncos y una promesa para 2021
Un repaso por los últimos cinco años mostró que las políticas públicas para controlar y contener la fauna urbana son de tipo espasmódicos. Se hace mucho en materia de zoonosis desde Bromatología, pero aún así no alcanza y muchas veces, se ve interrumpido. El Hospital Veterinario de Día es uno de esos ejemplos. "Seguramente el año que viene se empiece con la obra" dijo Andrés Castro.
Josefina Bargas // Romina Reser
La política sanitaria dirigida al área de zoonosis tiene bastante de intermitente en Olavarría: los anuncios más resonantes se asocian a etapas de campaña electoral y no se concretan después del cierre de las mesas de votación. No es algo que suceda sólo con esta gestión. La consecuencia se ve hoy en la estimación de 70 mil animales que deambulan por la ciudad , tanto los que tienen dueños como los callejeros y los que "cuidan entre los vecinos de la cuadra".
La temática se engloba en una cuestión de salud pública, y recae en la Dirección de Bromatología. El año pasado cambió el titular de la dependencia y, en esos momentos, una situación que expuso las condiciones en las que estaban decenas de perros abandonados puso el foco de la ciudad otra vez "en los perros" y en las políticas que se llevan adelante desde el Estado para contener la situación.
La designación de un veterinario cambió el enfoque general del área y la atención de zoonosis cobró mayor protagonismo. No obstante, la declaración de la pandemia y de la emergencia económica derivaron en limitaciones también para la gestión esta dependencia.
Desde hace cinco años
Hacia el 20 de octubre de 2015 la gestión municipal anunció la construcción de un Hospital Veterinario. En aquel momento, días de plena campaña electoral y cuando se acercaba el final del segundo mandato de José Eseverri, la novedad era que dicho centro realizaría -tal como se presentó- "atención clínica veterinaria y medicina preventiva (vacunación y desparasitación). También contará con asistencia de dos vehículos que realizarán tareas de traslado y atención de urgencias de animales callejeros en la vía pública".
Pasaron las elecciones, Ezequiel Galli asumió la Intendencia y a un mes de la gestión confirmó no sólo que no estaba en funcionamiento sino que tampoco lo estaría: se dio a conocer que el edificio que se iba a destinar a tal fin estaba vacío y sin avance de obra. La decisión del Municipio fue instalar un consultorio veterinario.
"No desconocemos la problemática de los animales callejeros, al contrario, la reconocemos y en base a ella estamos trabajando en una solución".
La cuestión no quedó ahí, llegó la apertura de sesiones ordinarias del año 2016 y en su discurso el Intendente incluyó la gestión de Bromatología: "vamos a poner en funcionamiento el hospital veterinario" anunció. Pero nada de eso se tradujo en concreto y el tema quedó en el olvido. La propia directora de Bromatología, Mirta Alcobedo, aclaró por qué pasaba esto: "sería muy ambicioso y se requiere una estructura que estamos lejos de implementarla" dijo en enero de 2018 en una entrevista que cedió a El Popular.
A mediados de marzo de 2019 Alcobedo dejó su cargo. Diez días después se hizo público un reclamo por decenas de perros abandonados en una cava: era un predio fiscal que la Municipalidad iba a arrasar para realizar una obra y corría el plazo para ubicar a los animales. Las proteccionistas pusieron el grito en el cielo y hallaron camino para canalizar la situación en la comisión de Salud del Concejo Deliberante.
Cuando las aguas de este conflicto habían bajado, y ya con el veterinario Andrés Castro al frente de la Dirección de Bromatología, llegó otro anuncio del Municipio. Eran fines de septiembre de 2019 y, otra vez, se desplegaba una campaña electoral: Ezequiel Galli buscaba la reelección. "Se construirá un Hospital Veterinario Municipal" fue el título de la gacetilla oficial.
Definido como "un ambicioso proyecto que contempla una inversión de cinco millones de pesos, a costear con recursos municipales", el anuncio convocó a numerosos funcionarios del Gabinete y se mostró un proyecto de obra a las proteccionistas que fueron invitadas al acto. Esta vez, el anuncio se enmarcó en una política más amplia: se dio a conocer un proyecto de ordenanza para reafirmar a Olavarría como "municipio no eutanásico". Tras valorar el impulso de las castraciones desde la asunción de Castro, Galli dijo en aquel acto "no desconocemos la problemática de los animales callejeros, al contrario, la reconocemos y en base a ella estamos trabajando en una solución".
Este anuncio parecía encaminarse a la concreción: con la presentación del proyecto de Presupuesto 2020 a fines de octubre de 2019 -y Galli ya reelecto- se incluyó la construcción del Hospital Veterinario como una de las obras previstas por el área de Obras Públicas. En enero, cuando el presupuesto ya estaba aprobado, se preveía licitar la construcción en marzo. No obstante, no dejaba de subrayarse la importancia de sostener y avanzar en las castraciones para lograr el control de la población. En ese contexto, los datos oficiales resaltaban que en 2018 se habían realizado 2.463 intervenciones, en 2019 fueron 4.511 y la proyección para 2020 era llegar a 6.000, según el propio Galli. "Comenzaremos con la construcción del Hospital Veterinario de Día, una de las obras más esperadas por la comunidad" dijo el jefe comunal en la apertura de sesiones del Concejo Deliberante el 3 de marzo pasado.
Fue uno de los pocos anuncios de obras que incluyó ese discurso. Pero días después, se declararon la pandemia y la emergencia financiera municipal. La primera hizo virar las prioridades de destino de los recursos; la segunda implicó que ninguna obra pública prevista iba a llevarse adelante. El proyecto del Hospital Veterinario que estaba por dar el paso a la licitación quedó en nada.
- Un año después del último anuncio en plena campaña electoral, la mirada está en destacar lo logrado a lo largo de este 2020 con las castraciones y la puesta en marcha de la campaña de vacunación antirrábica, a pesar de todo lo sucedido con el Covid, que incluso dejó prácticamente paralizada a Bromatología por los contagios de su personal el mes pasado.
La estimación de la cantidad de animales que viven en la ciudad es impresionante: 70 mil. Implica 1,7 animales por cada habitante de Olavarría. Y el número escala si las políticas no se sostienen de manera continua. Quizás, como dijo Castro a Canal Local desde el barrio Pickelado "seguramente el año que viene se empiece con la obra" que se anunció ya más de una vez.