Olavarriense, pero con residencia en Bahía Blanca, Rodolfo forma parte de una organización presente en una zona importante del país, que va desde Olavarría hasta Viedma. En todo ese territorio existen unos 90 productores de seguros que trabajan con La Segunda (de los 1.300 que hay en todo el país), a través de los cuales "nosotros administramos exclusivamente la mediación entre los intereses de La Segunda y los intereses de los agentes que, a su vez, representan a los asegurados", define.

Y destaca que "si no fuera por la actividad del productor de seguros las aseguradoras con la actividad de venta directa no existirían". Quienes realizan esa actividad en nuestra ciudad son conocidos en nuestro medio por su trayectoria, compromiso y seriedad. Mario Qiaquinta que hoy trabaja junto con su hijo Bruno y con Agustín Guido, dos jóvenes que van abriéndose camino en esta actividad; Javier Green; Juan Carlos Mingari; Liliana de la Canal; Juan Gelmi y Sergio Pascal.

El grupo asegurador La Segunda cuenta con casi 85 años de trayectoria en el mercado del seguro. Su actividad en la ciudad está desarrollada a través de productores-asesores que son personas físicas y un agente institorio como el caso de la Cooperativa Agraria.

En el caso puntual de nuestra ciudad, "Olavarría cuenta con una diversidad importante de aseguradoras que, al igual que La Segunda, la mayoría está canalizada a través de los productores, quienes actuamos como intermediarios", apunta Mario Giaquinta al tiempo que resalta que "la gente tiene bastante conciencia al momento de contratar una cobertura. Mayoritariamente, además de los seguros obligatorios y más comunes, se dan mucho las coberturas en el sector industrial y agropecuario. Además, de a poco la gente está tomando conciencia respecto de cubrir sus vidas y darle una cierta protección económica a la familia".

Herramienta imprescindible

La Segunda está conformada por cuatro empresas: Seguros Patrimoniales, Riesgos del Trabajo, Seguros de Vida y Seguros de Retiro. "Es un abanico muy grande el que ofrece la aseguradora", remarca Juan Carlos Mingari desde la Cooperativa Agraria. Y dice que en su caso particular, a los seguros tradicionales suma mucho aquellos ligados a la actividad agrícola.

La demanda más frecuente está centrada en aquellos seguros que son obligatorios, aunque van sumándose otros servicios que la gente empieza a buscar. En el orden de la lista, el seguro automotor es el más frecuente, sobre todo a partir de la instrumentación del seguro obligatorio. "Ese seguro ocupa hoy entre el 60 y 70 por ciento de las carteras de todas las aseguradoras del país", apunta Rodolfo.

Le sigue otro seguro obligatorio y que "tiene una especial trascendencia" que es el seguro de riesgos o accidentes de trabajo. "Esas dos cosas conforman prácticamente el 85 ó 90 por ciento de la actividad aseguradora de la Argentina. Lo cual es una gran deformación porque naturalmente tendría que existir una preponderancia de aquellos riesgos que protegen a la vida de las personas en primer lugar y como en todos los lugares del mundo. Aquí es al revés producto, particularmente, de la falta de moneda estable. La gente no ahorra, no invierte ni protege su vida, ni la de su familiares, ni la de sus empleados a veces por esta falta de moneda constante que impide que a través del tiempo y en el momento que sea necesario el pago del siniestro, esa moneda haya sido constante y signifique una auténtica indemnización", explica Rodolfo.

De esta manera, en un contexto de crisis e inflación, el gran problema que tienen los aseguradores es "el tema de los desfasajes que se han producido por el aumento del dólar y la inestabilidad económica", describe Javier Green. Y expone el caso de las carteras que están compuestas por vehículos de automotores donde "el aumento excesivo que ha habido en las sumas aseguradas de los vehículos produce que, de no actualizar esas sumas aseguradas, la gente queda con un riesgo cubierto inferior a lo que es el valor del mercado del vehículo actual".

Esta realidad se traslada a otro tipo de seguros como el de viviendas conde "el aumento del valor de los equipos electrónicos o de los valores de las propiedades también se dificultan porque la inflación ha generado que haya gente que tenía un tipo de seguro, pero por no poder acceder por una cuestión de costos a esa cobertura, tenga que reducir la cobertura para achicar los números".

Es en este sentido que Rodolfo Espeluse plantea que "el seguro es una herramienta imprescindible de la vida económica y personal, y hoy adquiere una relevancia muy particular dado que las distintas circunstancias en las que se desenvuelve la economía hace que todos debamos tener una confianza absoluta en el productor de seguros que hoy está sumamente profesionalizado porque, además de asesorar e intermediar en la contratación de seguros, tiene la enorme responsabilidad de cuidar el patrimonio de las personas y de las empresas".

Las pólizas, por su parte, "están tomadas en moneda nacional, en pesos argentinos. Por lo tanto, hoy el asegurado debe entender que debe estar más en contacto que nunca con su productor y debe confiarle a su productor la vigilancia de la buena cobertura de sus bienes porque la mayor problemática a la cual nos enfrentamos todos los que estamos vinculados al seguro, ya sea la aseguradora, los asegurados y los intermediarios, es a la permanente desvalorización de los capitales de los asegurados".

Primera línea y con respaldo

"La regla básica es contratar en una aseguradora de primera línea con respaldo patrimonial, con capacidad de servicio en la respuesta al momento de un siniestro", enfatiza Mario Giaquinta en una clara diferenciación en cuanto a aquellos seguros que son contratados vía web por ejemplo, o telefónicamente o a través de una entidad bancaria. El plus que ofrecen los productores de seguros "es ese nexo directo para resolver cualquier situación a través de nuestro asesoramiento, nuestro seguimiento y nuestro permanente contacto con el asegurado. Esa es nuestra función", dice desde su experiencia en la organización que se inició con su padre, hace 60 años y que continúa hoy con Mario y su hijo Bruno.

Desde su experiencia, define que "la póliza es un contrato entre el asegurado y la aseguradora. Nosotros tenemos que encargarnos de transmitir con la máxima claridad posible todo lo que está normatizado en esa relación aseguradora-asegurado. En esta realidad de estar por debajo de los valores del bien que se asegura sucede porque muchas veces el asegurado olvida controlar este contrato que tiene con la aseguradora en resguardo de sus intereses. Entonces somos los productores quienes muchas veces asesoramos en este sentido".

De ahí que "nosotros estamos continuamente enfocándonos en personalizar la atención al cliente, más allá del medio tecnológico que utilicemos para comunicar las cosas de manera ágil, como por ejemplo enviar un mensaje para recordar que se vence el pago de una cuota", expone Agustín Guido.

Y remarca que "creo que es importante tener un asesor productor que pueda brindar desde un consejo hasta sacar de un apuro al asegurado un domino a las 9 de la mañana. Contratar una póliza sin el productor mediando puede ser más ágil, pero al momento de reclamar no tienen una cara visible o un teléfono al que llamar. Al momento de un siniestro es donde se ve la diferencia de un servicio y otro".