Darío Machado - dmachado@elpopular.com.ar

Aunque aseguró ser una persona que no estaba acostumbrada a hablar, Micaela Alvarez se hizo un tiempo para acercarse a EL POPULAR y relatar cómo se sentía este lunes, pocas horas después de que le confirmaran que el hombre que abusó de su hija cuando tenía 4 años estaba detenido. El hombre resultó ser su padre, el abuelo de la víctima, una pequeña que hoy se lamenta no tenerlo.

Acompañada de Liliana Cuenca y Georgina Randazzo, integrantes de la agrupación Animate, Micaela dice sentir todavía "tristeza y dolor", pero su mirada muestra una fortaleza única. Sin decir nunca la palabra "papá", se refiere al abusador por su apellido. Pero se lamenta: "Hoy en día me siento bien, que pague por lo que hizo, aunque es mi padre, y por ese lado también es la tristeza. Pero ahora es cuestión de empezar a sanar".

La semana pasada la Fiscalía 7 de nuestra ciudad fue notificada del doble conforme de la Cámara de Casación, que revalidaba en una segunda instancia la sentencia que condenó a Jorge Federico Alvarez a 4 años de prisión. En el fallo de la jueza Alejandra Raverta que se conoció a fines de junio del año 2018, no se dispuso la detención inmediata. Sin embargo, con la resolución de Casación, Raverta ordenó la captura inmediata de Alvarez, que se resolvió el fin de semana.

Producto de la medida inicial de la justicia, por la que Alvarez continuaba en libertad, "yo tenía que llevar a la nena a la escuela y verlo porque el andaba por toda Olavarría pintando. Y yo tenía que pasar con mi nena por un negocio y verlo a él y mi nena llegaba llorando y tenía que estar luchando con eso", relata Micaela sobre cómo fueron los últimos meses.

Alvarez fue denunciado en el año 2015 por los hechos que ocurrieron a fines de 2014 en una vivienda de Antártida al 4600, hogar del acusado, cuando la víctima tenía 4 años. El caso fue visibilizado en varias oportunidades a través de Animate. Poco antes de realizarse el juicio, la defensa y la fiscalía acordaron realizar un juicio abreviado. La intervención de Animate permitió que el proceso se realice a través de un juicio oral, a mediados de 2018.

"Mi hija hoy tiene 9 años y está pudiendo sanar", refiere Micaela. Destacó sobre todo la manera en que la cuidaron y protegieron en el colegio al que asiste, donde mientras se encontraba en jardín de infantes le relató a su maestra lo que le había sucedido. Desde la entidad educativa realizaron la denuncia y luego le dieron aviso a ella. El día en que se enteró de que su padre había abusado de su hija, "me hizo un click para poder cortar la cadena de mi familia", porque, como denunció después, Alvarez también la había atacado sexualmente a ella de niña.

Sin dudas la fortaleza que demuestra Micaela, quien recientemente se recibió de acompañante terapéutica, es la misma que tiene su hija, de 9 años. "Yo les conté, tengo un nene de 13 años también, en los términos que uno puede hablar con un niño, que se hizo justicia, y me dice ella: ''Mamá por un lado me saqué la mochila de encima, y por el otro lado me duele porque yo tendría que tener un abuelo''. Es lo mismo que ahora siento yo, que todavía no caigo pero tengo una mezcla de dolor, en realidad porque se me viene todo lo vivido y lo que pasamos", expresó Micaela.

En varias oportunidades reitera sentir tristeza, por lo que fue, por su familia que decidió quedarse con su padre, por lo que le pasó a su hija. "En realidad a mi mamá, mis hermanos, mi familia, calculo que los voy a amar toda la vida. Lo bueno que siempre tuve es que nunca sentí ni odio ni rencor, porque no te ayuda a sanar. Y hoy en día me siento bien. No debemos olvidar y el dolor te va a quedar para toda la vida, pero se puede convivir con ese dolor sanándolo".

La lucha desde Animate

"Estuve como 3 meses para poder denunciar. No podía porque estaba sola en realidad", cuenta Micaela. "Desde ese momento es como que yo no sabía para dónde disparar, qué hacer. Lo primero que atiné fue a buscar una psicóloga, porque se me vino toda mi mochila encima, todo lo que había pasado y después de 15 años lo que menos me iba a imaginar es que se iba a atrever a tocar a mi hija, y siendo tan chiquita".

Cuando habló con un tío le recomendó que se acercara a una ONG, en la que estaba Liliana Cuenca, y con ese contacto inicial se forjó el nacimiento de Animate. "Hicimos este grupo, acompañamos y siempre que me caía me sirvió ayudar a otra mamá que estaba pasando por la misma situación que yo, sabiendo que yo podía tener esa resiliencia constante que la tuve toda la vida desde chiquita. Cuando mi progenitor me abusaba salía a defender siempre a mis hermanos, a mis amigas, que nadie me tocara a nadie. Y lo más lindo es que yo no tenía resguardo, pero no quería que a nadie le sucediera nada malo porque sabía que a mí sí me estaba sucediendo. Era como que siempre acobijaba al otro, y creo que ahora estoy haciendo lo mismo, pero con la diferencia de que tengo apoyo de todos lados, de gente que no conocía y que hoy en día es mi familia adoptiva", relata.

Al cierre, Micaela vuelve a agradecer el apoyo de sus compañeras de Animate, e invita a las víctimas a denunciar, "porque con tu denuncia por más que prescriba evitás que ese abusador que está suelto siga abusando de otras niñas. Y en poder denunciar, en poder contar, en poder hablar, saca su mochila de encima, es una terapia. Mi terapia era eso, el poder ayudar a mí me ayudaba mucho más, el poder decir: ''mirá yo pasé por esto, yo te entiendo, yo sé lo que sentís''. Y a veces que te digan un gracias o que solamente con una mirada ya sabés que los estás ayudando, a mi llenaba el alma".