Se recibió en la Universidad de Buenos Aires en 1998. Por supuesto, Ricardo Antonio Nattero (fallecido hace tres años), su papá, también era bioquímico por lo que se dio algo habitual en cualquier familia cuando los hijos siguen la misma carrera que la de sus padres porque desde muy pequeños comienzan a conocerla. "Mi viejo era de Buenos Aires, pero se vino a Olavarría por mi mamá (Elizabeth Chaves), que era olavarriense. Mi mamá ahora está paseando en Chile visitando a uno de mis hermanos, Santiago (es economista y tiene una consultora), tengo también a mi hermana Lía, que es médica (endocrinóloga), una capa total está radicada en Madrid, España, desde hace 18 años y no volvió más, y trabaja en el hospital Ramón y Cajal, mientras que Diego (farmacéutico) es el que más cerca tengo porque está viviendo en Buenos Aires" cuenta Matías Nattero, quien hoy celebra el Día del Bioquímico y es, también, presidente del Colegio de Bioquímicos de nuestra ciudad, y en el comienzo de la charla hizo un breve comentario de su familia.

"Yo me fui a estudiar bioquímica, me recibí y mi papá estaba trabajando con Pepe Valenza, y quería abrir un laboratorio conmigo. Me dijo que le daba orgullo que trabajásemos juntos. Me vine en el ?99 para Olavarría, aunque estaba trabajando y hacía algunas guardias, pero me incorporé al Hospital enseguida y le ayudaba a mi viejo. Pero justo nos agarró la crisis en ese momento y era un laboratorio nuevo, la estábamos remando, así que la pasamos mal. Pero de a poco fuimos saliendo de la situación y luego se incorporó al labotatorio José Luis Vitale. Fue en 2003, lo recuerdo porque fue cuando nació mi hijo Tomás que está estudiando el profesorado de educación física" siguió contando Matías. "Mi papá trabajó a la par nuestro, pero luego comenzó con algunos problemas de salud y a los 65 años se jubiló, así que seguimos solos con José Luis", agregó.

Respecto de la actualidad, Nattero señaló que "tenemos un equipo de trabajo, con técnicas y administrativas. Hacemos la extracción y luego ya nos instalamos y nos dividimos las tareas, aunque se dio naturalmente porque no especificamos qué hacía uno y qué hacía otro, sino que nos encargamos de hacer un trabajo cada uno, organizado, más allá de que cuando nos tenemos que reemplazar en vacaciones hacemos todo. Digamos que por afinidad él hace más lo relacionado con hematología y la parte de hormonas, yo me dedico más a la médica clínica, orina, microbiología. Después todo se hace muy rutinario y ya es como un reloj, todo programado, pero tenemos un equipo que atiende a la gente y está todo organizado. En un laboratorio privado hay que hacer de todo, hay que saber hacer todo, por supuesto" siguió diciendo.

En tanto que la aparición de la tecnología, desde hace unos años, en todo lo relacionado con la bioquímica hizo que se modificaran algunas formas de trabajo. "Todo lo que es tecnología minimiza los errores de pipeteo. En esto hay mucha estadística, mucho error sistemático y error aleatorio, pero todo se fue minimizando en cuanto a lo que es automatización. Las pipetas evalúan volúmenes súper bajos con una exactitud impresionante y antes, en la época de mi viejo, tenía otras herramientas y se podía dar algún error. Además, la tecnología aceleró los tiempos de una manera asombrosa. En la previa del trabajo hay que preparar el equipo y dejarlo perfecto, y una vez que está perfecto se pone a laburar y no hay error. Se hacen controles internos, que son bajo, medio y alto. Es lo que se hace primero, a primera hora de la mañana, y después ya comenzar a trabajar y se hace cada día para tener un estándar de calidad de excelencia, teniendo el respaldo de la Fundación Bioquímica que nos envía el PEC (Programa de Evaluación de Calidad), que es una especie de Norma ISO para los laboratorios" continuó explicando Nattero.

"Lo más negativo de la situación de los laboratorios está relacionado con que las mutuales, las prepagas y las obras sociales no nos acompañan con los aumentos que hay en salarios, por lo que cada vez estamos un escalón más bajo respecto de los sueldos. Es que aumenta todo, inclusive los reactivos que están aumentando más y más, por lo que se hace complicado para cualquier propietario de laboratorio mantener todo en orden desde el punto de vista económico. Uno analiza lo que se pagan los reactivos y lo que paga PAMI, y la diferencia es abismal, y hay mutuales que bajan aranceles muy bajos. Eso es lo más complicado" analizó.

Luego de la pandemia también hubo conductas que cambiaron, respecto de los pacientes y también en el aspecto laboral, por lo que Nattero comentó que "a muchos pacientes les costó muchísimo salir de ese cansancio que les dejó el Covid, por ejemplo, y ha pasado que tenían tiroides normales y después tuvieron trastornos. Y en cuanto a los análisis, por el tema de la pandemia no querían aparecer por el laboratorio y ahora están reapareciendo esas personas que durante dos años no se hicieron controles, por lo que poco a poco estamos casi en la normalidad y la pandemia ya no es excusa para hacerse los controles anuales. Otro tema que ha cambiado es el tema de los turnos, que se dan de manera más organizada porque lo piden a través de Internet, y ahora saben que están en la hora indicada y a los diez minutos ya se les hizo la extracción de sangre y se van a su casa. Vienen 7.30 y a las 7.40 se van. Ese trabajo con turnos, por la normativa que tuvo que aplicarse, hizo que los pacientes se acomodaran mejor a eso de solicitar el turno y ahora está contenta con eso. Por supuesto, si la gente viene sin turno se la atiende igual, no hay problemas, pero ya nos hemos organizado todos de otra manera".