Cellini, quien fue discípulo por un breve tiempo de Miguel Angel, realizó las más diversas obras de arte gracias a sus habilidades como medallista, escultor, cincelador y joyero. Entre sus trabajos más importantes aparece el crucifijo de El Escorial que esculpió en 1562 y que Francisco de Médicis le regaló a Felipe II de España.

Asimismo, entre otras de sus creaciones, se destacan un busto en bronce de Cosme; la estatua, realizada con el mismo material, de Perseo y un salero de oro y esmalte, que le encargó Francisco I de Francia y que hoy forma parte del patrimonio del ex Museo Imperial de Viena.

Los joyeros y relojeros durante esta fecha, celebran su día mostrándoles a sus clientes todos sus conocimientos y objetos más delicados, desde un reloj para todos los días hasta una pieza de lujo.

En muchos casos, el joyero mantiene un perfil familiar y Joyería Luna es un ejemplo de ello, pues allí el apellido continúa con su tradición a través de las generaciones.

Claro que los tiempos han cambiado desde el inicio de este oficio. Y hoy, las joyerías conjugan lo moderno con lo clásico, lo más avanzado en tecnología con aquellos que son tradicionales y que aún permanecen vigentes.

El desafío, entonces, está en adaptarse a los avances tecnológicos sin resignar ese toque de distinción que marca la diferencia.