En un plazo inusual para los tiempos en los que la Justicia dispone resoluciones en la actualidad, el Juzgado de Garantías Nº 1 de nuestra ciudad resolvió ayer que Raúl Orfel "Chacho" Mendizábal quede detenido. Esta vez por el episodio ocurrido el miércoles que incluyó amenazas, lesiones, una persecución desde Loma Negra hasta el barrio Norte de Olavarría y daños en dos móviles.

Mendizábal, con sólo 48 años, ha sido protagonista de un número incierto de enfrentamientos y peleas, algunas de las que terminaron de la peor manera, en la muerte. En cierta oportunidad se refirieron a él como una "leyenda". Estuvo vinculado y fue investigado por la Justicia por al menos 4 homicidios, entre fines de la década del ''80 y el año 2001, pero fue condenado sólo por dos de estos crímenes. Por el último de estos estuvo prófugo por cerca de una década, hasta que lo capturaron en un campo de Pirovano, partido de Bolívar.

"Actúa siempre a traición y es un experto en manejar el cuchillo; eso lo hace un hombre peligrosísimo", refería un policía que trabajaba en la búsqueda de Mendizábal, quien finalmente fue detenido en el año 2011 por el homicidio de Juan Carlos Bruschini, que había ocurrido una década antes.

Las crónicas donde se relatan los episodios que tienen como autor material al "Chacho" refieren que se trata de un hombre con la capacidad de infundir un gran temor a vecinos y conocidos, lo que se sumaba a su "destreza" con el cuchillo y sus enfrentamientos con la policía en cada oportunidad que se lo intentaba capturar. Parte de este miedo fue lo que provocó que se tardaran 10 años para encontrarlo por el crimen ocurrido en el año 2001, por el que terminó llorando al frente de los jueces en los Tribunales de Azul y aseguró: "Si no hubiera hecho lo que hice, yo iba a estar muerto, él acá, en mi lugar".

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