Como consecuencia de las restricciones propias de la cuarentena, la producción de cigarrillos se encuentra congelada y los kioscos de nuestra ciudad cuentan con preocupación por estos días los últimos atados. Dado que el aislamiento se ha prolongado ya por 50 días, la situación se ha vuelto propicia para variados comportamientos: en el caso de los clientes, los más osados recurren a armar sus propios cigarrillos, pero también se ha incrementado el contrabando e incluso en Olavarría se han detectado importantes sobreprecios a partir de la escasez.

Asimismo, para el Estado los ingresos por impuestos provenientes de los cigarrillos son importantes. El estudio denominado "Avances en impuestos del tabaco: el caso de Argentina" sostiene que "en mayo de 2016 se promulgó el decreto 626, que estableció un aumento de impuestos internos a los cigarrillos de 60 a 75%, una medida eficaz para aumentar el precio de venta, proteger la salud y aumentar la recaudación, tanto del Estado Nacional como de las provincias. Con esta modificación impositiva, el precio medio del paquete de 20 cigarrillos se aumentó 50% y la presión tributaria llegó a 79,1%".

En Olavarría, Norberto Pendás, kiosquero que también se dedica a la distribución de cigarrillos, planteó que "ya se ve que no hay más, ya tocamos fondo. Me queda muy poquito para vender, y no salgo a distribuirlo porque ya no queda casi nada y no hay en los mayoristas".

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