Las temperaturas extremas soportadas por las plantaciones e invernaderos y la bimonetización están afectando la producción y comercialización de flores justo cuando se acerca una de las fechas más atractivas del calendario: la celebración de San Valentín, como todos los años, este 14 de febrero.

Según fuentes del sector la ola de calor de la primera quincena del mes pasado, en torno de los 40 grados, quemaron flores y pimpollos que debían terminar en presentes para amigos, para celebrar el amor o también para recordar a los seres queridos que ya no están.

Además, el alto valor de los insumos implica una queja habitual en los productores: "Compramos a valor dólar y luego tenemos que vender las flores en pesos. En el medio también aparecen los aprovechadores en la cadena de comercialización".

Por datos que manejan en la Cooperativa Argentina de Floricultores, las pérdidas que generó el clima del mes pasado, montado sobre una situación de sequía con cerca de dos meses sin lluvias importantes, alcanzaron entre el 40 y el 50 por ciento de la producción de temporada.

Foto: Claudio Martínez para el Popular Medios

"Es difícil dimensionar, pero en el caso de la astromelia llega al 90 %. En enero no se pudo sacar nada. En otras flores, puede llegar al 50 por ciento. Rosas se perdió mucho" declaró Juan Carlos Fernández, el presidente de la Cooperativa, en declaraciones que reproduce el diario "El Día" de la Plata, que llega a una de las regiones más importantes de la floricultura nacional.

En esa parte de la provincia de Buenos Aires, medio millar de campos de producción mueven la aguja en el mercado nacional, donde la producción se hace en invernáculo casi en su totalidad.

 La calidad está viniendo muy fea y las flores muy caras.

Sin embargo, el ambiente controlado para la cura, el riego y la temperatura no llegaron a menguar los efectos adversos de las altísimas temperaturas.

"Este año con semejante calor y tiempo tan seco, gran parte de la plantación en el invernáculo no floreció y se afectó mucho el pimpollo" mencionó Fernández.

La situación en Olavarría 

Las réplicas de todos estos factores se hacen sentir en Olavarría reconoció María, propietaria de la Florería Iris - Santa María.

"La verdad es que estamos siendo muy perjudicados todos los del sector florerías. La calidad está viniendo muy fea y las flores muy caras. Somos los que ponemos la cara ante el público, le explicamos que no hay flores, que no vienen claveles, los precios" reflejó.

Foto: Claudio Martínez para el Popular Medios

"Para San Valentín ya no vamos a tener rosas importadas, y las nacionales están casi al mismo precio que las que vienen del exterior, y la calidad no se puede comparar" expresó María.

"El importado representa más calidad, más variedades y la gente se queda conforme porque también tiene mayor durabilidad" comparó.

Certificó la incidencia de las altas temperaturas de enero en este fenómeno estacional, pero además atribuyó al valor del dólar otros pesares de la industria nacional.

"Me pongo en la piel de los pobres cultivadores y los fertilizantes están por las nubes; los gastos son muy altos y los que terminan ganando sólo son los intermediarios, como siempre. Eso se traslada al costo de las flores y a veces cuesta hacerle entender a la gente" analizó.

Gráficamente dijo "no es que pongo una plantita, sale el clavel y listo. El proceso es muy complejo, requiere fertilizantes, fertilizantes de maduración, mantenimiento de los invernaderos. Hay que estar para darse cuesta de las inversiones necesarios para la producción de flores".

Confirmó que se perdieron por completo las plantaciones de astromelia. "Son unas flores muy finas que se usan para todo y la comunidad de floristas estamos desamparados ante esto, porque no hay nadie que les ponga frenos a los intermediarios" resaltó María.

La astromelia es símbolo de la amistad duradera. Contiene seis pétalos y cada uno de ellos simboliza una faceta muy importante de la amistad: entendimiento, paciencia, compromiso, empatía, respeto y humor.

Foto: Claudio Martínez para El Popular Medios

María reveló que para ser florista hay que poseer un carnet especial para ingresar al mercado de flores.

Somos los que pagamos por 50 claveles y vienen 10 quebrados, pero la gente siempre nos apunta a nosotros

"No es fácil, atrás de todo esto hay gente a la que no le gusta que el florista salga a buscar sus flores y estoy hablando de los intermediarios y los viajantes. Los que tiramos del carro somos los más perjudicados, o sea los productores y los floristas; somos los que pagamos por 50 claveles y vienen 10 quebrados, pero la gente siempre nos apunta a nosotros" afirmó.

"Compramos 10 mil pesos en flores, llovió y esos 10 mil pesos fueron tirados a la basura y no los recuperamos nunca más. El público exige calidad y está en lo correcto, como nosotros exigimos calidad para darle a la gente" sostuvo.

María habló de cotizaciones.

En la docena de rosas de producción nacional tiene un valor de 4.000 pesos y la importada 6.000.

"En Buenos Aires a la importada la están cobrando 8.400 pesos y la nacional 6.000. A veces viene la gente y nos dice que en los puestitos de calle las encuentra más barato y yo no sé cómo hacen, porque esos valores son imposibles de explicar" observó.

Una docena de claveles arranca en 1.200 pesos, asciende a 1.500 pesos y el clavel importado trepa hasta los 1.800 pesos para las doce unidades.

Foto: Claudio Martínez para el Popular Medios

El mercado también reclama para regalos solaris, nardos, gerbera, astromelias. 

"Hay mucha variedad y opciones. Un ramo arranca de 1.000 pesos en adelante, pero viene gente y nos pide ramos de 800 pesos y tratamos de complacerlos" señaló.

Un crisantemo sale 120 pesos, 150 y 200 el grande, que es importado. La docena, de 2400 pesos para abajo.

"Atrás de las flores hay un montón de gastos, pero en nuestra florería el verde no lo cobramos" puntualizó.

Hay de todo; también para los románticos que van por rosas y champagne: "Agregamos la botellita de colección y va de regalo. Si el cliente lo quiere comprar aparte está a 550 pesos".

Las orquídeas han perdido terreno en la competencia con otras especies: "Nosotros las traemos en casos muy especiales, porque es muy cara. Una florcita de orquídea hay que arrancar en los 1.000 pesos y puede llegar hasta los 4.000 pesos. La planta es diferente, es más barata, está en cinco y seis mil pesos, pero trae un montón de flores".

Hay flores que se adquieren para recordar a los que ya no están.

"Peleamos y recontrapeleamos el precio de flores para cementerios con los viajantes para poder venderles a un precio accesible a nuestros clientes" expuso María.

"Nadie va a regalar nada a un cementerio, sino a ponerles flores a un ser querido, a llorarlos, y hay que tener conciencia de ello" pidió.

"En este momento es muy delicado el tema florería" recalcó María, como tantos y tantas, mientras dan pelea en este sector que no se resigna a marchitarse a pesar de la dureza de su contexto.