El aislamiento y cierto relajamiento horario sobre todo durante los primeros meses de pandemia jugaron su papel en este escenario y quienes son consumidores de esta bebida han encontrado nuevas ocasiones para disfrutarla en el hogar.

Los datos surgen de un relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), entidad que informó que durante el año pasado el consumo de vino aumentó 6,5% en el 2020, registrando la mayor suba en cinco años.

Propietario de la tienda de vinos El Secreto de nuestra ciudad, Daniel Alonso analizó que lo que se vio "es un mayor consumo diario por parte de la gente.

En tiempos de normalidad y de pre-pandemia, muchos consumidores reservaban el vino para los fines de semana o como acompañante de la cena. Ahora también han sumado el mediodía".

Este consumo diario hizo equilibrar la ausencia de ventas para fiestas y eventos sociales, actividades suspendidas en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio. "No tuvimos nada de eso y nosotros trabajamos mucho con servicio de catering, pero no hubo cumpleaños, casamientos y tampoco las peñas", acontecimientos hacían crecer el volumen de venta.

A pesar del 2020 atípico, el consumo se incrementó, pero además "también notamos que la gente se orienta hacia vinos un poco más caros. Si antes gastaba 300 pesos ahora gasta 500 pesos en una botella", contó a modo de ejemplo Gastón Domínguez desde la Bodega de Don José.

De acuerdo al organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el año pasado se registró una marca en el consumo de vino que no se daba desde hacía cinco años.

Los registros marcan que en 2017comenzó a notarse una caída en la elección de esta bebida, con una marca de 20,2 litros por persona, una cantidad que se acentuó en 2018 cuando pasó a ser de 18,9 litros por persona.

En tanto que en 2019 el consumo mejoró tenuemente, con 19,63 litros por persona, y en 2020 pasó a ser de 21 litros, un volumen similar al de 2016. El informe del INV destacó que en 2020 recuperaron terreno los vinos tintos, con un crecimiento de 9% respecto al año anterior.

Tendencia

Si bien el trabajo en pandemia "no fue malo", desde las distintas vinotecas de nuestra ciudad coincidieron en que el modelo delivery que se profundizó en pandemia "no es lo mismo".

Daniel Alonso contó que "si bien las vinotecas estuvimos muy afectadas porque no eramos comercio esencial, sobre todo durante los dos meses que estuvimos cerrados en pleno aislamiento, notamos un mayor consumo diario de la gente".

Por contrapartida, "se perdió la venta vinculada a las fiestas y eventos sociales, razón por la cual el consumo en el hogar equilibró un poco la balanza".

La ausencia de reuniones y fiestas también se notó en la caída de la venta de champagne, un dato que arrojó Gastón Domínguez desde el tradicional comercio del rubro que lleva ya seis décadas en Olavarría.

En El Secreto, y con diez años de experiencia, aseguran que los hábitos en cuanto a las elecciones no cambiaron. "El tinto siempre tiene prioridad sobre el blanco. En verano, el vino blanco tiene más demanda pero nunca al nivel de lo que es el vino tinto". La ecuación da que cada 8 tintos se consumen 2 blancos y en verano esa proporción se reduce a en cuatro por cada seis o tres por cada cuatro.

La tendencia es la misma en todo el país y de acuerdo al estudio del INV, los vinos tintos explican el 78% del consumo, mientras que los blancos el 22%. Y las botellas de vidrio, en especial los botellones, fueron las estrellas de este repunte con 35% de aumento, aportando 49 millones de litros.

Al igual que lo sucedido en el resto del mundo a causa del coronavirus, los espumantes sufrieron la falta de festejos y eventos y marcaron caídas cercanas al 15% respecto a 2019.

Aislamiento, flexibilidad horaria y más tiempo en casa resultaron ser un combo que favoreció al consumo de vino, aunque en términos económicos la pandemia "nos afectó tanto como a la mayoría de las otras actividades", planteó Daniel Alonso al tiempo que definió que "seguimos con mucha cautela porque fue un año inédito".

Al mayor consumo y se sumaron problemas de abastecimiento, incluso hoy "seguimos teniendo algo de problemas en la entrega. En plena pandemia hubo provincias que estuvieron totalmente bloqueadas y los pedidos demoraban mucho en llegar", recordaron. Mientras tanto, los productos importados como el wisky todavía escasean.

Martín Hinojosa, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, dijo que "desde el ministerio de Agricultura apostamos fuertemente a la industria vitivinícola, economía regional de diversas provincias argentinas".

Sin dudas, "el vino fue el elegido por los consumidores en el 2020, un año tan particular atravesado por una pandemia mundial", destacó.