Frente al crecimiento del número de infectados con el nuevo coronavirus, que se da sin solución de continuidad en Olavarría desde hace varios meses, el intendente Ezequiel Galli anunció un decreto con severas multas para aquellos que realicen reuniones sociales.

Las penalidades podían llegar hasta diez sueldos mínimos, esto es aproximadamente un millón 600 mil pesos.

¿Cómo está el panorama dos semanas después?

Hoy las denuncias son múltiples y no siempre los efectivos de control urbano y tránsito municipal pueden corroborar la infracción.

Desde el punto de partida del decreto punitorio establecido por la administración Galli, se han labrado tres infracciones: en domicilios particulares de la calle Ituzaingó, la Calle Nº 12 y la calle Dean Funes, más cerca de otra media docena no identificados por la fuente municipal.

La oficina de Control Urbano ha transitado días complicados.

El contagio extendido en sus instalaciones ha significado más finitud aún en recursos que de por sí eran finitos, y nunca fueron entrenados para afrontar una pandemia de esta magnitud.

La oficina fue cerrada, desinfectada por la detección entre su personal de casos compatibles con COVID-19 y recién se reabrirá este lunes.

"Por ojos en alerta, por monitoreo han entrado denuncias de reuniones sociales", indicó una fuente municipal.

Muchos de los contagiados con COVID positivo no están cumpliendo el aislamiento.

"El miércoles entraron cinco o seis, pero son de difícil verificación, porque si del otro lado no abren la puerta no podemos hacer nada. La policía no puede hacer uso de la fuerza para entrar a un domicilio", explicó.

"Si no los tomamos in fraganti no tiene validez el operativo", acotó.

  • La fuente a la que consultó este Diario lamentó que "el comportamiento de la gente" no varió demasiado antes y después del decreto firmado por el intendente Galli para desalentar estos encuentros nocivos.

Donde sí se notó el cambio fue en pubs y restaurantes.

"Nosotros hacemos inspecciones, a un promedio de 15 locales, y la presencia de gente está muy, pero muy acotada. Extremadamente acotada después del anuncio del intendente", comentó.

Las reuniones sociales tienen como protagonistas principales a los más chicos, un dato que preocupa de sobremanera a las autoridades municipales, porque este lunes se celebra el "Día de la Primavera", con todo lo que ello ha implicado históricamente en cuanto a la movilización de jóvenes y adolescentes.

"Esperemos que no se nos desbande, que los chicos entiendan que este año lo mejor es guardarse" pidió.

En otro sentido, el nexo estrecho entre el centro de monitoreo y los médicos que se desempeñan en epidemiología del Hospital "Dr. Héctor Cura" reveló otra estadística inquietante en esta pandemia, sobre la falta de respeto a la enfermedad que se verifica en sectores de la sociedad.

"Muchos de los contagiados con COVID positivo no están cumpliendo el aislamiento. Hemos recibido denuncias, vamos con los móviles y con los recursos que tenemos a verificar esas situaciones, y la gente de epidemiología está muy preocupada en este sentido", aseguró la fuente.

Este Diario se puso en contacto también ayer con otros ámbitos comunales, que se manifestaron sobre la cuestión y alertaron que a los médicos muchas veces se les hace imposible el seguimiento telefónico de los contagiados.

"No atienden, o clavan el visto y no responden. Es complejo verificar que están cumpliendo el aislamiento", confirmaron sobre la cuestión.

  • "La gente no se queda en la casa, sale a hacer los mandados. Hemos tenido que salir a inspeccionar a algunos dueños de comercios con COVID-19, porque los vecinos denunciaron que estaban atendiendo al público".

Aunque ha perdido protagonismo en el último tiempo, también hay efectivos y funcionarios en los dos retenes de control instalados en los accesos a la Ciudad.

"Eso también nos lleva mucho personal en lo cotidiano" precisaron desde el Municipio.

De acuerdo con el organigrama, la policía se enfoca en un nivel de "violación de COVID" orientado a partidos de fútbol en zonas periféricas o complejas de la ciudad, y control urbano se desdobla en control de aislamiento, tránsito y violación de horarios comerciales de atención al público.