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Ciudades más, ciudades menos, Olavarría se ha vinculado, se ha proyectado, se ha comparado durante toda su historia con diversas aldeas del interior provincial que hoy también están sufriendo las calamidades de la pandemia de COVID-19.

Este informe es arbitrario en cuanto a la elección de algunas de ellas: apuntó a Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil, Junín, Azul y Bolívar para conocer algunos parámetros, tales como el nivel de contagios, decesos, políticas y marcha del esquema vacunatorio.

La mayor parte de esas ciudades (medianas y grandes) de la pampa húmeda bonaerense responden a ciertos denominadores comunes: casi todas son administradas por intendentes de Juntos por el Cambio, su relación con el gobierno provincial de Axel Kicillof ha oscilado durante la crisis entre la cooperación y el enfrentamiento, cierta laxitud ante la imposición de restricciones y una desvinculación absoluta con la campaña de vacunación contra la COVID-19.

Guillermo Montenegro es el intendente de Mar del Plata.

Fue ministro de Justicia de la ciudad de Buenos Aires, diputado nacional y embajador ante Uruguay durante las gestiones de Mauricio Macri, y en aquella ciudad ironizan con que la gestión que encabeza supervisa una "Fase Mar del Plata".

El partido de General Pueyrredón viene de regresar a Fase III, según la nomenclatura provincial, luego de haber estado en Fase II durante un mes.

Las mini-vacaciones de Semana Santa literalmente habían detonado al distrito desde el punto de vista epidemiológico.

Nunca, como en el post Semana Santa, Mar del Plata había llegado a 4.400 casos activos; nunca había tenido el 75% de ocupación en las camas COVID.

En lo que va de la "segunda ola" la cantidad de muertos representan el 30% del total de la pandemia: Mar del Plata ha debido lamentar en los últimos meses más de 500 decesos y desde marzo del año pasado son más de 2.100 las víctimas por la COVID-19.

Por aquello de la fase "Mar del Plata", si bien durante buena parte de 2020 hubo un alto acatamiento a las medidas restrictivas impuestas por Nación, el verano impulsó un relajamiento por la temporada turística.

Pero desde que se inició el "nuevo confinamiento" las medidas de prevención cayeron en saco roto.

"Relajamiento absoluto por parte de la gente, pero también en los controles del gobierno municipal" afirmó una fuente periodística marplatense.

Jamás se controló que los comercios cerraran a las 19; tampoco la gastronomía. Ambos rubros contaron con vía libre de la comuna para trabajar hasta las 23. Con "aforo", pero con mayor actividad de la permitida por la instancia sanitaria.

Lo único que respondió a la Fase II fue la no presencialidad en la educación, lo que retornará este lunes.

En cambio, Montenegro y su gente encaró un duro combate contra la "clandestinidad", a fiestas que hubo y hay muchísimas en todo en Mar del Plata.

La campaña vacunatoria está en la órbita provincial y sufre la indiferencia absoluta del gobierno municipal.

"Hacen propaganda desde la intendencia con la campaña antirrábica, las castraciones, pero no se le pone una sola ficha a la vacunación anti COVID. Es muy evidente" relataron.

No obstante, la campaña "viene muy bien", según la misma fuente.

Hay 13 postas sanitarias distribuidas en distintos puntos de la ciudad y en los últimos días llegaron en buen número dosis de todas las procedencias.

El jueves Mar del Plata superó las 280.000 dosis aplicadas, para una ciudad donde viven cerca de 800 mil personas. Y con la liberación para los no inscriptos se incrementó considerablemente la asistencia de vecinos a los vacunatorios.

Ello permite proyectar el turismo con buenas expectativas con el arribo de la próxima temporada estival. "Mejor, más abierta y más distendida que la anterior" aseguran.

La otra "gigante" del interior de la provincia de Buenos Aires, Bahía Blanca, se encuentra en una situación sanitaria muy delicada.

El 7 de mayo fue el último día que no se informaron decesos en la ciudad sureña, y desde el comienzo de la pandemia hubo 715 víctimas de esta enfermedad.

Hay 7 grandes efectores de salud: uno provincial (el Hospital Penna), uno municipal (el "Léonidas Lucero"), uno sindical (del Empleados de Comercio) y cuatro privados (Privado del Sur, HAM, Italiano y Español).

Sus autoridades reclaman que están colapsados y que los números oficiales no reflejan lo que sucede puertas para adentro.

La frase más dramática escuchada dice que no hay camas UTI disponibles, que si se desocupan es por muerte y se vuelven a ocupar inmediatamente.

Los médicos están denunciando la falta de medicamentos para tratar a los pacientes de terapia intensiva, con escasez de la droga que necesitan para intubar.

Bahía venía de un promedio de 400 contagios diarios, y en los últimos días se amesetó en alrededor de 250.

Como se puede palpar en cada una de las ciudades, la campaña de vacunación también avanza a pasos acelerados.

Según un informe publicado por "La Nueva" en su versión online, el 93,43 % de la población objetivo inscripta en el Plan de Vacunación (constituida por los grupos de riesgo) ya recibió la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.

De acuerdo con los datos de Región Sanitaria I, si se tiene en cuenta el total de las personas anotadas en la campaña, la primera aplicación alcanza al 65,56 %.

En relación al total de la población bahiense, el 37,92 % ya recibió una dosis. Con respecto a los mayores de 60 años, el 97,36 % fue vacunado.

Más cerca, en los primeros meses de la cuarentena estricta Tandil era presentada como un ejemplo de control de la pandemia, por sus bajos números tanto en contagiados como en víctimas de la COVID-19.

Eran los tiempos que el intendente Lunghi desafiaba a las autoridades provinciales, se desentendía del sistema de fases para aplicar un esquema de semáforos y el jefe de infectología del Hospital Municipal participaba en marchas "anticuarentena", porque consideraba que estaban las "libertades en juego".

Hoy son 357 los tandilenses que no pueden pedir por el derecho a la libertad porque han perdido la vida por el coronavirus.

Su historial de positivos es de 17.805 de acuerdo con el parte sanitario del 24 de junio (contra casi 14.500 de Olavarría).

Por disposición provincial, Tandil ingresó en Fase III el pasado 23 de junio y formalizará el retorno a las clases presenciales en todos los niveles desde el próximo lunes 28 de junio.

En el oeste bonaerense, Junín se encuentra en Fase 2, pero el intendente Pablo Petrecca firmó un decreto para flexibilizar algunas actividades.

El texto fue avalado el jueves por mayoría en el Concejo Deliberante, con el acompañamiento de los concejales de Juntos por el Cambio y la negativa de los ediles del Frente de Todos.

Ese decreto habilitó a los comercios gastronómicos a atender en sus interiores con un aforo del 30 por ciento, cuestión que la normativa provincial no permite.

La ciudad tiene 1168 casos positivos activos y ha debido lamentar 351 fallecidos.

En lo que respecta a la campaña de vacunación, Junín tiene una población estimada en 100.000 habitantes. Al jueves se inscribieron para recibir la vacuna un total de 65.577 vecinos, de los cuales 51.158 recibieron la primera dosis y otros 13.911 las dos dosis.

En Azul alarma la cantidad de fallecidos en proporción a su densidad demográfica: son 192, de acuerdo con el parte oficial suministrado el jueves por la noche.

El partido, que está en Fase II, tiene 280 casos activos (227 en Azul, 25 en Chillar, 15 en Cacharí y 13 por criterio clínico) y se nota una disminución en función a la baja en la cantidad de contagiados.

Según dejaron trascender desde la Secretaría de Gobierno, por el nivel de contagios y la ocupación de camas en el Hospital "Pinto" la vecina ciudad estaría en condiciones de regresar a Fase III.

De lograr este salto, los estudiantes volverían a tener clases presenciales en Azul.

Los bares y las cervecerías están abiertos y lo controles no son demasiados estrictos.

Cuando Tandil desafió al gobierno provincial y abrió los locales gastronómicos (ambas ciudades en Fase II) sus pares azuleños intentaron imitar la rebeldía, pero fueron rápidamente disuadidos por efectivos policiales sin necesidad de labrar actuaciones.

"Vacunate" en Azul está cerca de los 42.000 vacunados, al menos con una dosis, sobre casi 47.000 inscriptos.

En Bolívar, el último informe de la Municipalidad deparó 131 fallecidos, 6.799 es el total de casos confirmados, de los cuales 329 permanecen activos.

La campaña de vacunación en Bolívar ha alcanzado hasta el momento a 15.919 personas, con al menos una dosis.