El grave momento que atraviesan los gimnasios de Olavarría
El colectivo de los profesionales de la actividad física, que agrupa a unos 80 miembros, planteó a través de seis representantes sus reclamos, y reveló las propuestas de regreso a la actividad que han sido desestimadas por autoridades políticas y sanitarias.
Daniel Lovano // dlovano@elpopular.com.ar
Se busque en el libro que se busque, se navegue en la web que se navegue, allí es donde aparece la estrecha relación entre el rol de los profesionales de la actividad física, ya no con el deporte y la recreación, sino con la atención primaria de la salud pública y su injerencia en las metas sanitarias desde la promoción, prevención y rehabilitación de la salud.
Paradojas de esta coyuntura donde la salud ha sido acorralada por la pandemia de coronavirus y la cuarentena llama a encerrarse entre cuatro paredes, los gimnasios olavarrienses y los profesores se encuentran en una encerrona de la que no han podido salir desde mediados de marzo.
El futuro laboral y profesional de la actividad ha sido puesto en cuestión, porque se suceden las flexibilizaciones, y los gimnasios permanecen cerrados desde entonces, y en lista de espera.
En el fondo de la fila.
"En una lista de 138 actividades, nuestra actividad aparece en el puesto 137 y le sigue el ítem ''varios'', con lo cual sentimos a nuestra profesión absolutamente subestimada y desvalorizada", coincidieron representantes de los gimnasios.
Apenas 6 de un total de 80 profesores de actividad física castigados como pocas profesiones en esta pandemia.
No están hablando con improvisados en la actividad
"Nos comenzamos a juntar a finales de marzo, todos los miércoles a las 20" contó la profesora Toledo.
El espectro es amplio, como amplia es la oferta para la actividad física: entrenamiento funcional, crossfit, yoga, pilates, natación, fitness grupal, spinning, salas de musculación, gimnasia infantil y adolescente, rehabilitación cardiovascular, entre otras.
"La paciencia se termina" enfatizó el profesor Notararigo, y Rodo Avila recordó que "el 16 de marzo nos ordenaron cerrar los gimnasios, así que vamos para cinco meses de inactividad".
Las primeras inquietudes fueron para adentro; el viernes santo se reunieron con el secretario de salud, doctor Germán Caputo; más tarde los recibió el intendente Galli, al tiempo que buscaban asesoramiento con sus pares de la Cámara Argentina de Gimnasios y la Cámara de Gimnasios de Córdoba. Las últimas gestiones fueron ante los concejales de la Ciudad.
¿Las respuestas? "Que desde Provincia bajaban ciertos lineamientos y ellos no podían cumplir con nosotros, porque hasta tal fase no se podían reabrir los gimnasios, natatorios y demás" contó Martín Notararigo.
El colectivo de gimnasios y profesionales de la actividad física no sólo se acercó a las autoridades para reclamar por la reapertura, sino que elaboró un protocolo para hacer viable la iniciativa.
"Hace tiempo que elevamos los protocolos y aún no sabemos si llegaron a Provincia. Se lo consultamos a los concejales, y no nos supieron responder si nuestra primera propuesta fue llevada a las autoridades provinciales" dijo Avila.
Entendemos de la salud de las personas y queremos hacerles entender a los funcionarios que somos parte de la solución
"No están hablando con improvisados en la actividad; somos todos profesionales de la actividad física y del entrenamiento. Tenemos una base como profesores de actividad física, pero también se trata de profesionales especializados" apuntó.
"Sabemos de lo que estamos hablando, de cómo funciona el cuerpo humano; entendemos de la salud de las personas y queremos hacerles entender a los funcionarios que somos parte de la solución, no del problema" opinó Avila, el más enfático del grupo.
"Nos hemos reunido para analizar cada protocolo. Armamos un protocolo general, e ítems específicos anexados para cada actividad, pero evidentemente eso no alcanzó" lamentó el profesor Avila.
Brian Leiva contó que en sucesivas reuniones fueron trabajando sobre un texto para la vuelta de los gimnasios.
"Tomamos protocolos hace unos meses de distintas ciudades donde los gimnasios están habilitados. Los estudiamos, los modificamos y los presentamos, pero fue rebotado" señaló.
"Nos pasaron las exigencias de Provincia. Hicimos lo mismo, justificamos como repercute la ausencia de actividad física en las personas, se hizo un trabajo perfecto en comisiones conformadas por especialistas en cada rubro para que no haya contagios, ni riesgos, y entregamos un trabajo de 60 páginas" recalcó.
Normas sanitizadas, desinfección, distanciamiento social fueron las premisas.
- "Nosotros propusimos una desinfección total de cada lugar, para que nuestros clientes se sientan seguros; bases de sanitización estables; reestructuramos los espacios, definimos un distanciamiento de las máquinas para dar esa confianza que la gente necesita para perder el miedo al contagio" sostuvo Soledad Toledo.
"Elaboramos una declaración jurada para que cada persona firme antes del comienzo de la actividad; haremos un test de olfato. Nuestro protocolo es tan riguroso y fue armado tan a conciencia que creemos imposible el contagio" agregó.
El profesor Corletto, en su doble oferta de entrenamiento físico y natación creyó oportuna una aclaración: "Nosotros vendemos una imagen tradicional de una sala llena de gente, divirtiéndose, pasándola lindo, y este es un caso especial".
"Acá estamos tratando de hacer todo lo opuesto y restringir la cantidad de gente al máximo, a no más de un 30% de la capacidad".
- La oferta del grupo de gimnasios de Olavarría es demarcar el espacio individual, y algunos hasta tienen la idea de poner boxes.
"La persona que va a entrenar no podrá moverse de su lugar, con lo cual no podrá compartir ni espacio, ni elemento con otros a lo largo de esa clase" precisó.
El protocolo impone la sanitización personal a la entrada y egreso del gimnasio, más un refuerzo del propio cuerpo de profesores entre turno un turno, no sólo en la sala de ejercicios físicos, sino en baños y otras dependencias.
Para una rama tan específica como la vinculada con los natatorios, Martín Notararigo explicó las propuestas.
"Nuestro protocolo es muy completo. Al ingresar las personas deberán dejar el calzado en estantes y tendrán que firmar una declaración jurada; colocarse alcohol en gel y se dirigirán a la pileta -sin pasar por el vestuario-, donde cada uno tendrá silla y espacio demarcado para ubicar sus pertenencias" aclaró.
Todo natatorio propondrá una ducha universal, y una vez en el agua habrá andariveles individuales que vetarán toda chance de contacto entre los participantes.
"Lo que antes eran duchas ahora serán cambiadores, y en ningún momento habrá cruces entre los que salen de un turno y los que ingresan al siguiente. Pensamos no más de 4/5 personas en cada clase de natación de 50'', en un ambiente sumamente clorado" subrayó.
Estos cuatro meses y medio sombríos se hacen más duros con la incertidumbre.
"También nos tiene mal que no hay respuestas oficiales. En algún momento nos hablaron del 3 de agosto, todos pusimos el norte en esa fecha, la fecha está llegando y nada" lamentó Soledad.
El profesor Corletto desnudó que las propuestas oficiales son "todas en base a expectativas. Voces de apoyo, nos dan la razón pero, a la hora de los bifes, no se ve nada en lo inmediato. Es desesperante esto".
"Estamos analizando las resoluciones para averiguar cómo sigue lo nuestro" cerró el profesor Miguel Gómez.
Las preguntas, las comparaciones y las broncas
A medida que fue avanzando la charla con los profesionales de la educación física, fue creciendo su indignación, sobre todo cuando apareció en escena la comparación con otras ramas de la actividad económica.
"Los fundamentos teóricos no aplican a cómo funcionan los gimnasios. De la manera que han hecho los análisis, nos tratan como si fuéramos centros de propagación del virus. Y es terrible, porque ni siquiera nos han preguntado nada", disparó Avila.
"Uno ve en la calle las cosas que están pasando, lo que se ve en supermercados, bancos y ahora en los bares, y nosotros, que estamos formados para hacer las cosas no mejor, sino muchísimo mejor, tenemos vedada la posibilidad de trabajar. ¿Dónde estamos parados?" se preguntó Corletto.
"Mientras sigan habilitando rubros, más circulación, más propagación, más posibilidad de contagio, más lejos estaremos nosotros de reabrir" ironizó el profesor Avila.
"A nosotros no nos habilitan trabajar el personalizado, profesor con alumno, ni al aire libre, cuando el Parque está lleno de gente dando vueltas" dijo Corletto.
Avila opinó que el rubro "está padeciendo el egoísmo de una buena parte de la sociedad. El martes fui a una pinturería, donde no había trapo de piso, alcohol en gel y los empleados atendían sin barbijos".
"Al entrar sólo había una señora, cuando me fui éramos siete. Ellos, que pueden, no hacen las cosas bien y nos perjudican a los que aún no podemos trabajar. Y una pregunta: habilitan rubros ¿y nadie controla?" se interrogó.
Piden la "reapertura de gimnasios y centros de actividad y salud"
Avila anticipó que "va a pasar mucho tiempo con este virus dando vueltas, vamos a tener que acostumbrarnos, y necesitamos que atiendan nuestra emergencia económica".
Pronosticó que "vamos a tener que aprender a trabajar con este ambiente, todos, porque el coronavirus no se va a terminar mañana porque en Oxford hayan anunciado una vacuna. ¿Y qué, nos van a dejar esperando hasta que nos vacunen a todos?".
En un estado de emergencia
Entre los titulares de gimnasios hay profesores que son propietarios de los inmuebles donde desempeña su profesión y otros que alquilan el local.
La pandemia frenó la actividad, pero los medidores siguen activos y cada locador tiene distintas posturas.
"Conozco el caso de un colega que sigue pagando el alquiler, pero no tiene otros gastos porque no está al frente de una familia, pero sé de casos que deben afrontar el alquiler de sus casas y los gimnasios, doble tarifa de luz, doble tarifa de gas y doble factura del cable" denunció el profesor Martín Notararigo.
"Calculo que cada uno debe tener su arreglo personal con el propietario, pero se les hace muy cuesta arriba" agregó.
Rodo Avila fue crudo y apuntó: "Nosotros estamos ahora en un estado de emergencia, por eso sería muy importante que de esta nota queden muy claras las refutaciones que podemos hacer a los argumentos por los cuales se sostiene que los gimnasios de Olavarría no pueden reanudar su actividad".
"A veces nos preguntan hasta cuándo se podrá seguir tirando de esta soga, y yo pensaba que a esta altura no íbamos a estar tirando de nada. Ya cerraron cinco o seis gimnasios de mucha tradición, hay compañeros que están vendiendo elementos para poder subsistir, hay gente que ha vuelto a vivir con sus padres. O sea, estamos en una emergencia económica" remarcó.
El profesor Braian Leiva destacó que en esta situación límite que atraviesan profesionales y gimnasios, el martes "hubo entrega de insumos a gimnasios que más lo necesitaban logrado a través de un profe del grupo, Julio González. Federico Aguilera y Ramiro Borzi se acercaron a nosotros, y le entregamos el protocolo en mano a Federico Aguilera, quien se comprometió a elevarlo a las autoridades de Provincia".