Empezando por casa: la corriente que vincula el orden y la limpieza con las emociones
Es común vincular la limpieza con la cuestión física, con refregar superficies o eliminar polvos y gérmenes. Pero, existe aquello que se llama limpieza energética y va más allá. Ordenar, desprenderse de lo que ya no se usa o no sirve y liberar espacios: con el desapego, la salud mejora, la creatividad crece, las relaciones mejoran, hay mayor capacidad de raciocinio y mejora el humor.
En este camino, la cultura oriental es la primera en aplicar el minimalismo, tendencia moderna de decoración de interiores. Pero al margen de las modas, esta tendencia profesa en que menos es más. ¿Qué significa? Entre menos cosas la energía circula mejor porque no se estanca.
Para esta cultura, todo es energía, razón por la cual cuando se estanca se originan las toxinas del hogar que posteriormente generan malestares psicosomáticos. Quien haga la prueba verá que mientras ordena, algo va cambiando interiormente. Es que a medida que limpiamos nuestra casa física, también colocamos orden a nuestra mente y corazón.
¿Cómo hacerlo? Lo que aconsejan es practicar el desapego con cosas materiales que sólo llenen tu espacio y poco a poco, eso mismo sucederá con situaciones más trascendentales. Esto es lo que se denomina "limpieza energética" que consiste básicamente en eliminar las toxinas.
Las toxinas de la casa son aquellos objetos que ya no se utilizan, la ropa que no se usa desde hace tiempo, la ropa interior rota y las cosas rotas. También son toxinas las viejas cartas y notas, las plantas muertas o enfermas, recibos y revistas viejos, los zapatos estropeados, los cachivaches de todo tipo que llaman al pasado. Y si tenés hijos, aquellos juguetes que no se usan, que no funcionan o que están rotos.
Con el desapego la salud mejora, la creatividad crece, las relaciones mejoran, hay mayor capacidad de raciocinio y mejora el humor.
Liberar toxinas
En la vereda opuesta de quienes pregonan la limpieza energética están aquellos "acumuladores", personas a las que les cuesta desapegarse de las cosas, así sean viejas o nuevas, sirvan o no sirvan, se utilicen o no.
¿Cómo ayudar a desprenderse de aquello que ya no va más? A través de preguntarse a uno mismo por qué está guardando eso y qué sentirá al liberarse de ese objeto material.
En la mayoría de los casos, la monotonía y la acumulación de trabajo hacen que los objetos dentro de la casa vayan acumulándose paulatinamente al grado de generar un desorden permanente que libera "toxinas" para nuestra vida diaria.
Así es, nuestra casa genera toxinas cuando se convierte en un sitio de acumulación de muebles, artículos varios, ropa, electrodomésticos entre otras cosas, pero todo tiene solución, solo es cuestión de depurar y ordenar.
El orden genera bienestar y más cuando es aplicado al hogar, pues mientras más limpio, ordenado y tranquilo se encuentre será mejor la energía que fluya dentro.
Para lograrlo, lo primero que se aconseja es separar y clasificar: cosas "para donar", objetos "para tirar" y otras cosas "para vender". Pues, "la limpieza interior se refleja por fuera: evitar ruidos extremos, menos luces fuertes, menos colores saturados, menos olores químicos, menos recuerdos tristes, terminar proyectos inconclusos, cultivar energía positiva en tu casa.
¿Cómo empezar? Haciendo una limpieza general y utilizando cajas para organización. Empezar por cajones y armarios, y concluir cada pieza: Basura. Arreglos. Reciclaje. En duda. Regalos. Donación. Vender.
Una casa llena de productos químicos y otras toxinas seguramente crearán un impacto negativo en la salud, el bienestar mental y en las vibraciones que nos rodean.
Hay un método para esto y es el que dio a conocer Marie Kondo, una japonesa que se ha convertido en la gurú del orden y que asegura que la vida comienza después de poner tus espacios en orden.
Para ella, las claves están en desechar cosas y el primer paso antes de ordenar es deshacerse de lo que no uses o no quieras.
Marie Kondo escribió cuatro libros sobre el arte de organizar y lleva vendidos casi cuatro millones de copias en treinta y tres países, en los que es considerada un fenómeno de superventas. Ha sido traducida a múltiples idiomas entre ellos el coreano, chino, francés, alemán, inglés y español. Su libro, "La magia del orden" le ha abierto las puertas al mercado en lengua española. Su Método KonMari aúna la filosofía oriental, el feng shui y el coaching inspiracional.
Kondo se interesó desde los cinco años por las revistas de decoración que compraba su madre y por las acciones de limpiar y ordenar. Cuando fue al instituto le gustaba ordenar las estanterías mientras sus compañeros practicaban deporte y en los años de universidad poner las cosas en orden le ayudaba a superar la presión de los exámenes. Un día experimentó un estado de conciencia de orden perfecto y decidió hacer de su pasión su profesión.
Aquella remera que ya no entra en la talla actual, las botas que tanto nos gustan pero que nos incomodan, las cartas que recibíamos en épocas en las que el correo electrónico no existía o que el whatsapp era inimaginable, o ese vestido que ya pasó de moda… hay infinidad de objetos que se van guardando, ya sea por una cuestión sentimental o con la ilusión de volver a usar una prenda alguna vez. Lo cierto es que esta teoría propone empezar a deshacerse, a liberarse, a ordenar pero también las emociones. Practicar el desapego con aquello que solo llena espacios físicos. Quitar toxinas y limpiar las energías.