En busca de los bichos y los yuyos perdidos
Desde un proyecto de la Unicen junto a instituciones educativas y la comunidad buscan hacer un mapa de la biodiversidad en la región. Con testimonios de vecinos y vecinas. Y el impulso de la investigación sobre "Bichos, yuyos y otras yerbas".
Claudia Rafael - [email protected]
"La gran inundación" y la "larga seca" fueron modificando el mapa, cuenta un antiguo poblador de Colonia Hinojo. Décadas enteras de historia transcurrieron para transformar esa geografía que sabía diferente. Ya después, en los tiempos más recientes, los cambios tuvieron directa relación con los modos de producción y la eliminación y el desplazamiento de unas especies por otras. Algo de todo eso se intuye en el testimonio de Higinio Fischer, de Colonia Hinojo, cuando da cuenta de los avestruces y las cotorras que "se combaten mucho por las cosechas".
El testimonio de vecinos de la región habla de animales que ya no están y de yuyos que ya no son parte de estas tierras. Y porciones de todo eso están siendo rescatadas por dos proyectos que, de la mano de la Unicen, hurgan en esas vidas. Los saberes que comparte Chicha Steinbach Schulmeister hacen eje en las hierbas silvestres que aportan al bienestar a partir de sus usos medicinales. Desde las hojas de repollo, a las de eucaliptus o el ajenjo.
Durante tres meses de 2021 se concretó "Bichos, yuyos y otras yerbas. Biodiversidad en tiempos de pandemia Covid19", que permitió avanzar en la temática. Y por estos días se está concretando la segunda parte que busca construir colectivamente el primer mapa "visual y sonoro de la flora y fauna silvestre de la zona centro de la provincia de Buenos Aires". Se trata de detectar y advertir acerca de la pérdida de la biodiversidad en la región. En un proyecto que se pone delante de sí un gran desafío: entremezclar criterios científicos con prácticas y saberes populares.
Silvia Boggi, directora del proyecto que fue seleccionado en la segunda "Convocatoria Acciones de Extensión frente a la emergencia por Covid19, de la Unicen" decía un año atrás a este diario: "Es empezar a recuperar la visión de los pueblos originarios donde esta distinción no está presente y la tierra es incluso vista como sujeto de derecho".
Estos son tiempos en los que son muchos los que empiezan a replantearse el vínculo entre la humanidad y la naturaleza. Y se interpelan sobre los modos de vivir. De hecho la pandemia puso esto en relieve ya que, después de todo, tuvo y tiene un vínculo intrínseco con aquella relación. Pero la investigación universitaria en sí parte hoy del "mapeo que construimos en 2021", explica la antropóloga Silvia Boggi en el marco del segundo proyecto. "Las actividades que logramos desplegar con las instituciones participantes es el resultado del interés de la comunidad en abordar una temática que expresa la urgencia de conocer más sobre lo nuestro, sobre nuestra biodiversidad. Lo prueban los aportes de ciudadanos que fueron enviando fotos, audios, narrativas etnográficas y videos de plantas y animales que caracterizaron como "silvestres". La idea era lograr una primera aproximación a los imaginarios sociales referenciados en flora y fauna silvestre local". En ese camino se sumaron instituciones educativas, grupos comunitarios, colectivos artísticos y personas sin adscripción institucional que "manifestaron su interés en problemáticas relacionadas con la pérdida de biodiversidad y lo más interesante, en construir un espacio común de intercambio, discusión y construcción colaborativa de conocimiento".
En ese transcurso se fueron entrelazando saberes populares a partir de los hallazgos pero también –y fundamentalmente- a raíz de los aportes de vecinas y vecinos que volcaron testimonios sobre sus vidas cotidianas, en vínculo con la naturaleza y el entorno.
En el registro volcado en una web aún en construcción se puede acceder –como un pasaporte de ida a otros tiempos- el riquísimo relato de Higinio Fischer, de Colonia Hinojo que, a los 89 años, cincela una geografía y un territorio muy diverso del actual.
Habla en la entrevista para "Bichos, yuyos y otras yerbas" de "liebres, perdices, copetonas, coloradas, vizcachas, que comíamos en mi casa. Había zorrinos, comadrejas coloradas y comadrejas picazas. La colorada está desaparecida en la zona. Nunca más vi una. Anidaba mucho en los nidos de los pájaros y les comía los huevos. Era muy mala", cuenta Fischer. "Había hurones, que tienen unos colmillos impresionantes. Y matan ratones, ratas, lauchas. Y tienen una agilidad tremenda. Vos le ponés cuatro o cinco botellas y van a caminar entre medio sin voltear ninguna. En los boliches de campo los amansaban y andaban entre las botellas. Pero si se enojaban eran malísimos. Y a los zorrinos, los castraban y los domesticaban. Andaban con vos".
Las palabras del hombre, ya cercano a los 90, reflejan que "ya no hay copetonas", peludos y tampoco mulitas. Y lo adjudica "a las grandes secas y las grandes lluvias". Eran tiempos en los que había avestruces y cotorras "que se combaten mucho por las cosechas". "Los avestruces entran en la soja y te hacen una limpieza tremenda".
Los aportes de "Chicha" Steinbach Schulmeister, de Colonia Hinojo pincelan saberes y prácticas a las que muchos hoy están regresando: el de las hierbas y los yuyos utilizados para calmar dolores y con fines medicinales. En el video de la web del proyecto se la puede ver y escuchar contando acerca de las propiedades del ajenjo, "se hervía, se dejaba enfriar y se guardaba en la heladera y luego se la tomaba para la digestión"; el romero, que "es muy bueno para el hígado"; o las hojas de repollo que "se usan para el chucrut pero también se las utilizaba para curar el empacho". El universo que se abre desde sus ojos vuelve a poner sobre la mesa aquello que los pueblos a lo largo de la Historia han construido a partir de un vínculo amoroso con la naturaleza. Dice "Chicha" Steinbach Schulmeister: "las ramitas del laurel se ponen en el placard para ahuyentar la polilla. La hoja del eucaliptus plateado se usaba para los resfríos. En una latita de duraznos, se ponían unas cuantas hojas y el vapor ayudaba a descongestionar". Y "las hojas de cedrón o menta dicen que son buenas para el corazón y se las ponía secas en la yerba".
Hasta febrero de 2023, el proyecto dirigido por Silvia Boggi y codirigido por Inés Del Aguila estará abocado a observar "una multiplicidad de saberes, de prácticas, de recursos, de técnicas" que aportan "a las formas de cuidado y preservación de la biodiversidad". Boggi plantea que "muchos de estos saberes han sido desplazados, abandonados, silenciados, subordinados" a "racionalidades científicas, específicamente aquellas que tejen su andamiaje teórico-práctico en las lógicas del capitalismo global y sus correlatos de degradación y destrucción de nuestros entornos. Y resultan cruciales porque tienen en claro la innegable importancia de la biodiversidad para el mantenimiento de todos los procesos que hacen posible la vida".
Participan del proyecto Custodios del Territorio, de la facultad de Veterinaria (Tandil; Afro Callvú, (Azul); la Escuela Nacional Pérez Esquivel (Unicen), de Olavarría; Guardianes Ecológicos de Colonia Hinojo; Museo Municipal de Colonia Hinojo; Bioparque La Máxima (Olavarría); Aprender para ser (Olavarría); Guardianes y Guardianas de la Naturaleza (Olavarría); Escuela Fray Mamerto Esquiú (Olavarría) y la Escuela de Estética Juanito Laguna (Azul) y Proincomsci (Unicen).
Cuando dentro de ocho meses el proyecto vaya entrando en el tramo final habrá otros saberes sobre la mesa. Se podrán conocer otras causales para este presente y se podrán rescatar conocimientos que los nuevos modos de vivir fueron arrinconando en el pasado. Habrá porciones que estarán definitivamente perdidas por aquello que Silvia Boggi definió como "lógicas del capitalismo global". Pero también habrá otras a las que se podrá rescatar para convidarlas a ser parte de este presente.
Los senderos del bicherío
El proyecto "Bichos, yuyos y otras yerbas II" participará el próximo 8 de julio del 30 aniversario del jardín botánico de la facultad de Agronomía de Azul (Unicen). Se compartirán registros fotográficos que forman parte del mapa de la biodiversidad que se está construyendo. Las imágenes fueron enviadas por personas de las diferentes comunidades de la región, que se sumaron al proyecto con sus registros.
En tanto, el 23 de julio se realizará la jornada "Por los senderos del bicherío. Recorrida sensorial por un pastizal de Colonia Hinojo", abierto a toda la comunidad, libre y gratuito, que se organizó conjuntamente con el Museo Municipal de la localidad.