En donación de órganos, Olavarría dobla la media nacional
"Es cierto que la promoción es fundamental en cualquier circunstancia sanitaria. Sin embargo, habría que desestigmatizar un poco la actividad (de procuración de organos) porque siempre se la ha visto como algo que no tiene que ver con los hospitales; como que es exclusivamente el Incucai el que tiene que intervenir para generar donantes. Y la realidad es que nuestro paradigma pasa por lo contrario: todos los hospitales deberían generar donantes: ese es el camino para bajar las listas de espera". La definición corresponde al Dr. Diego Bassano, cirujano ablacionista y coordinador del equipo de Procuración de Órganos y Tejidos del Hospital Municipal "Dr. Héctor M. Cura", de cara a las estadísticas que hablan de un récord de donantes en el país (ver aparte). En ese marco, se exhiben los datos locales, que llegan a duplicar los indicadores nacionales.
En Argentina, entre el 90 o el 95% de los donantes son cadavéricos, con lo cual el trabajo no puede terminar con la muerte. Hay que seguir para poder generar estos donantes.
En principio, el Dr. Bassano explicó que "entendemos que la donación tiene que seguir siendo promocionada, porque hoy más allá de los avances y de la conciencia social que hay sobre el tema, se puede decir que falta". Sin embargo, desestimó que la temática sea abordada "como algo especial", porque "buscamos que se vea como una actividad sanitaria más, algo propio del sistema y no una eventualidad para resaltar por afuera de él, sino como intervenciones que salvan vidas, ya que para nosotros tienen el mismo caracter. Ese es el espíritu: tratar de que esto sea visto como una actividad sanitaria más, de las tantas que tiene el sistema".
- A pesar de este concepto, existen días o semanas nacionales como un espacio de prevención o promoción de determinadas cuestiones de la salud...
- No se puede negar que la promoción siempre es justa y necesaria; todo lo que es promoción de la salud resulta fundamental en cualquier circunstancia sanitaria, porque tiende a evitar la enfermedad. Sin embargo, habría que desestigmatizar un poco la actividad (de procuración de organos) porque siempre se la ha visto como algo que no tiene que ver con los hospitales; como que es exclusivamente el Incucai el que tiene que intervenir para generar donantes. Y la realidad es que nuestro paradigma pasa por lo contrario: los hospitales son los que tienen que generar esta actividad y considerarla propia; de hecho, todos los hospitales deberían generar donantes: ese es el camino para bajar las listas de espera. Lamentablemente eso todavía no ocurre. Y podríamos decir que quizás estemos lejos de que todos los hospitales de nuestro país, todos los que al menos contengan la infraestructura necesaria para hacerlo, puedan generar donantes. Hoy estamos lejos de ese paradigma.
- ¿Esto también tiene que ver con una cuestión de conciencia entre los propios profesionales?
- Totalmente. El intrahospitalario es el trabajo más arduo: el de cambiar la forma de trabajo respecto de los pacientes que fallecen. La idiosincrasia médica pareciera determinar que el trabajo finaliza cuando un paciente fallece. Y la realidad es que los trasplantes se relacionan con la tarea posterior. Porque en Argentina, entre el 90 o el 95% de los donantes son cadavéricos, con lo cual el trabajo no puede terminar con la muerte. Hay que seguir para poder generar estos donantes.
- ¿Cuál es hoy la condición legal para ser donante? Se asegura que la Ley Justina es uno de los motores de los niveles de procuración de órganos...
- Hoy somos todos donantes. La realidad sobre la figura del donante presunto, esto que hoy se percibe como que fue un cambio a partir de la ley Justina , justamente no fue modificada por esta nueva ley. El artículo específico ya existía en la legislación 26.066 del año 2006, y dice que toda persona mayor de18 años que en vida no hubiera expresado su oposición a la donación, es donante. O sea, el que no dijo que no, es donante en la Argentina. Y en ese tramo la redacción es la misma en la llamada Ley Justina, la 27.477. Es cierto que desde lo que decía la ley, la familia no podía oponerse, pero en la práctica relativa, las jurisdiccionales y el Incucai seguían dando ese espacio de decisión a las familias, aun cuando la ley decía otra cosa. A partir de la sanción de la Ley Justina, se generó una percepción diferente en la sociedad respecto de la donación y hoy en día, entienden más que las personas son donantes si no se manifestaron en contra. Aun así, hoy en el país sigue habiendo un porcentaje, aunque mucho menor, de oposición familiar a la donación que al día de hoy no está bien resuelto cómo debería tratarse en todos los lugares.
Olavarría hoy tendría, por ejemplo, 40 donantes por millón, lo que para nosotros es un número excelente; el de la Capital Federal es de 39.8 y el de la provincia de Buenos Aires, de 16 donantes por millón.
- Si se presenta esa negativa, la respuesta seguramente no debe limitarse a mencionar los alcances de la ley. ¿Eso requiere un trabajo más complejo de parte de los profesionales?
- Exacto. La realidad es que para nosotros, el eje de los procedimientos de donación es el establecer una relación de apoyo, de ayuda y de acompañamiento para con la familia que acaba de perder a un ser querido. De esa manera, y a través de una comunicación eficiente que se conoce como "comunicación de malas noticias" y la implementa personal calificado, se apunta a que las familias entiendan la pérdida, la vayan asimilando con la ayuda de psicólogos. Así, el tema de la donación decanta solo. De hecho, nosotros tenemos una tasa baja de negativa: uno de un adulto y otro, un menor en cuyo caso los familiares siguen teniendo la potestad de decidir. Tengamos en cuenta que los donantes de órganos generalmente son personas fallecidas en situación no esperada. En esos términos es que nosotros trabajamos con las familias.
- ¿Cuáles son los números de la donación en Olavarría?
- Nosotros nos pusimos operativos el 1º de mayo de 2017, por lo que llevamos dos años y medio de trabajo. Al día de hoy hemos tenido 16 procedimientos, de los cuales solo dos fueron negativos, uno el menor ya mencionado y otro, un mayor en cuyo caso el familiar testificaba que la persona no era donante, que lo había manifestado en vida y la consideramos un testimonio del propio fallecido. Después tuvimos cuatro donantes de órganos efectivos el primer año, otros cuatro el segundo, y llevamos tres en este último año.
Eso nos coloca en un buen lugar respecto de la estadística argentina publicada por el Incucai, que habla de 20 donantes por millón de habitantes, la medida en la que en el mundo se mide la donación de órganos. Olavarría hoy tendría, por ejemplo, 40 donantes por millón, lo que para nosotros es un número excelente; el de la Capital Federal es de 39.8 y el de la provincia de Buenos Aires, de 16 donantes por millón.
Los niveles de donantes han crecido, básicamente, gracias a la disminución de la negativa hacia la donación. Tal vez los operativos sean los mismos, pero la gente se niega menos. Y entonces volvemos al principio: que en el sistema sanitario aun falta mucho camino por recorrer, para que esto crezca desde el sistema sanitario más que desde la población. O sea, falta más trabajo dentro de los hospitales. Alcanza con analizar la Región Sanitaria nuestra, que tiene diez ciudades: excepto Olavarría, ningún otro hospital, ni los provinciales ni los municipales, genera donantes. Ese es el cambio que tiene que hacerse desde el sistema sanitario. Es indispensable un trabajo en red, un trabajo descentralizado y enmarcado en una política sanitaria prolongada y consolidada a través de los años.
Procuración récord
Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires se registró en el mismo lapso un aumento del 60% en la procuración de órganos para trasplante y del 67% en los trasplantes concretados, según indicaron fuentes del Cucaiba. Sin embargo, la Provincia se ubica por debajo del promedio nacional, con un nivel de 16 donantes por millón de habitantes, tal vez a causa del elevado número de habitantes, y se espera llegar a 20 por millón en 2020.
Lo cierto es que la cifra de 20 donantes por millón de habitantes "se acerca por primera vez a la del promedio anual de donantes de los países de la Unión Europea (22,3) y de Australia (20,8)", resaltó el Incucai.
- La estadística nacional va del 24 de julio de 2018 al 23 de julio de este año, cuando se realizaron 888 procesos con donación de órganos que permitieron que 1.966 personas en lista de espera reciban un trasplante, señaló el organismo.
De ese total, 1.188 fueron renales, 487 hepáticos, 122 cardíacos, 85 renopancreáticos, 42 pulmonares, 25 hepatorrenales, 7 pancreáticos, 6 cardiorrenales, 2 hepatointestinales y 2 intestinales.
Además se concretaron 2.097 trasplantes de córneas, detalló el informe oficial.