Mientras se dispone a acomodar un canasto repleto de peras y manzanas y deja para más tarde las bolsas con ropa para clasificar, Hilda de los Santos admite que las necesidades van en aumento. Y el comedor "Rincón de Luz" es un termómetro social de la crisis con aumento de despidos, mayor costo de vida y subas tarifarias. Aún así sigue batallando, como lo hace desde 2001, gracias a las "muchas donaciones" de vecinos, comerciantes y empresarios. En sus planes, agenda la ampliación del garaje de su casa, donde funciona el comedor. No recibe ayuda del Municipio aunque "sé que si algún día necesito me darán una mano", dice. Cuestiona las ollas populares y cortes callejeros, a los que negó adherirse cuando fue invitada.

¿La demanda? "Se ha incrementado muchísimo. Tenemos 175 chiquitos y 45 mamás pero la gente nos apoya mucho, gracias a Dios. Nos llegan muchas donaciones de gente de afuera también", rescata con entusiasmo inalterable.

En crisis

En diálogo con "Mejor de Mañana", que se emite por 98POP, a través de EL POPULAR Medios, reconoce que no hay margen para bajar los brazos porque "la idea es salir adelante" siempre, desde que llegaron las primeras familias a golpear la puerta de su casa, hace diecisiete años.

Tres veces por semana, el comedor provee viandas de comida a unos 240 personas entre niños, madres adolescentes y adultos mayores, repitiendo una actividad que inició en marzo de 2001. Siempre hubo colaboradores que se sumaron a la tarea de manera pendular y actualmente "se ha bajado mucha gente, pero entendemos que es por la situación del país", donde hay otras urgencias.

Hay historias, relatos, situaciones que hablan de carencias, de necesidades no resueltas. "Han echado gente de las fábricas y hay gente con muchos chicos (a cuyas mamás) no les dan trabajo porque no tienen estudio y tienen que pagar mucho de salario. El Gobierno da una ayuda pero además todo aumenta: el gas, la luz, los alimentos. Es desesperante. Se está poniendo bastante fea la situación", asume Hilda de los Santos.

"Salir a buscar"

Lo cierto es que el comedor abre sus puertas y aliviana la mochila de los más vulnerables. "La gente recurre acá porque me conocen, saben que les damos una mano" y también están los que aportan su tiempo y esfuerzo para contribuir con esa misión. "Hay un papá que hace 6 años me ayuda y hay tres mamas que colaboran los lunes, miércoles y viernes, y los sábados con las actividades de 2 a 6 de la tarde y después servimos la merienda. Los chicos se van felices", destaca la responsable de Rincón de Luz.

Justamente por eso es que plantea que "me siento bien" y "no necesito ir a cortar una calle o hacer una olla popular o darle una carta y ponerle plazo al Intendente porque estoy bien con mi comedor". De este modo, la mujer sale al cruce de quienes la tentaron para visibilizar la necesidad social mediante acciones de protesta.

No reciben aportes desde la gestión municipal. Sin embargo, la responsable de este comedor ubicado en Celestino Muñoz 1024, es que "no tengo necesidad de ir a pedirle (al Intendente). Si algún día necesito me va a dar una mano".

Pedido y gratitud

El comedor asiste a vecinos de los barrios Martín Fierro, Coronel Dorrego, 10 de Junio, SCAC y Tiro Federal o aquel que requiera de ayuda. Por eso, ya planean ampliar las instalaciones. "La idea es tener el calefactor y estamos juntando para agrandar el comedor, Cerro Negro me dono pisos y la cuota de los socios nos ayuda un montón".

¿Qué pide? No demasiado, porque la solidaridad es una constante en ese rincón de la ciudad. "Necesitamos una pileta para 3 nenitos, que la mamá quedó solita" y también solicitaba juguetes para Papá Noel que ahora también serán bienvenidos para Reyes.

Quienes deseen sumarse a esta cadena solidaria pueden acercar donaciones a Muñoz 1204; contactarse al 15583455 para asociarse o a través de Facebook como "Comedor Rincón de Luz", donde además reflejan la tarea que realizan durante todo el año.

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