En Olavarría, las bajas en los alquileres de locales comerciales no superan el 20 por ciento, a pesar de las dificultades que enfrenta el sector en el marco de la pandemia de Covid-19, con indicadores que se han desplomado de manera alarmante. Aunque en un contexto de normalidad esos datos resultarían más que preocupantes, bajo la realidad signada por el aislamiento social preventivo y obligatorio sus alcances se minimizan, ya que a nivel nacional, un sondeo difundido por Reporte Inmobiliario indica que "el 53% de los inquilinos prevén cerrar locales durante este año".

Aquí, de acuerdo con estimaciones del secretario del Centro de Martilleros local, Marcelo Corleto, "no se ha registrado una caída notable en la ocupación de locales: tal vez de cada diez locaciones, hubo dos que rescindieron el contrato y abandonaron el lugar". A partir de su propia experiencia, que suma a la de sus colegas, ello se debe básicamente a una postura que califica como "solidaria" de parte de los propietarios.

"En mi caso -aseguró-, muchos locadores mostraron comprensión ante la compleja situación" de inactividad que generó la pandemia. Así, se impuso "la concepción de que locadores y locatarios, en realidad, no dejan de ser socios: a uno le conviene que al otro le vaya bien para poder asegurarse esa mensualidad" que supone el alquiler, amplió Corleto.

Asimismo, "algunos dueños entendieron que si el comerciante abandona el local, las posibilidades de volver a ocuparlo son limitadas, porque probablemente éste no sea el momento indicado para iniciar un emprendimiento ni hacer un inversión de esta naturaleza", graficó, en referencia a un tiempo en el que ni siquiera quienes tienen comercios establecidos pueden saber con seguridad si la apertura que supone la fase actual se prolongará y avanzará o, por el contrario, se deberá volver a alguna instancia anterior.

A partir de la intermitencia de apertura de comercios que se dio en Olavarría, donde se regresó a la Fase 1 tras haber avanzado en el marco de la emergencia sanitaria, "los valores de los alquileres fueron consensuados, a la baja, entre ambas partes: algunos llegaron a conceder hasta un 50% de rebaja respecto de los importes pautados por contrato".

Otros comerciantes, que "ya venían de una situación complicada, y viéndose ante este difícil escenario económico, resolvieron cortar por lo sano: dejaron el local porque no les daba ni para alquileres ni para hacerle frente al pago de salarios de los empleados", analizó, evaluando que en estos días, entre sueldo, aguinaldo y cargas sociales, responder a un empleado en tiempo y forma insume "unos 85 mil pesos y el Estado no ayuda en nada".

A este marco de incertidumbre se debe anexar, a juicio del martillero local, que "hoy nosotros estamos en Fase 4, pero si hubiera un rebrote" ese escenario podría cambiar. Por eso, precisó, "para nosotros, el futuro no puede superar una semana: sabemos cómo estamos hoy, pero aunque la idea siempre es ir para adelante, todo puede cambiar de acá a cinco días".

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