En Tornquist, esta vez fue nieve bendita
A diferencia de la recordada nevada de 2009, la del fin de semana pasado trajo más beneficios que complicaciones. Se concentró en la zona serrana y aportó más humedad para que rebroten los pastos naturales.
Con el recuerdo todavía fresco de lo ocurrido en 2009, era mucha la preocupación por la ola polar que invadió al país cuando comenzó la segunda quincena del mes. Pero esta vez, la nieve trajo más beneficios que complicaciones.
"En esta oportunidad fueron pocos centímetros de nieve los que se acumularon y si bien provoca ciertos problemas, no causó un efecto negativo tan marcado", explicó el veterinario Hugo Fritz, que vive en un campo ubicado en el partido de Coronel Pringles, a unos 50 kilómetros de la Sierra de la Ventana.
"Desde acá veo todas las sierras blancas", indicó mientras hablaba con Tranquera.
La nevada se concentró fundamentalmente en la zona serrana, en los sectores de los campos donde habita la vaca de cría. "Lo que es sierra se aprovecha con la cría. Hay una vaca cada 6 ó 7 hectáreas, y en algunos casos hasta cada 10. Los animales permanecen allí entre 6 y 8 meses, por eso este tipo de situaciones los ayuda, porque con esta nevada los pequeños bajos que tienen esas sierras se humedecen y rebrotan los yuyos. Y la hacienda, si la nieve no es tanta, busca su refugio y se defiende", comentó el ingeniero agrónomo Aníbal Fernández Mayer perteneciente al INTA Bordenave.
"El bovino está más preparado para el frío que para el calor. Por ejemplo, un animal sufre más los 35 grados que el 0 grado. La raza Hereford está en todo el Sur y ahí no son estas nevadas esporádicas, hay de las fuertes. Tal vez el Angus sea más sensible, pero igual también hay en la Patagonia. Entonces, si se mueven en el Sur, no tienen problemas con estas nevadas suaves", agregó Fernández Mayer.
Sobre llovido...
Tras haber pasado casi tres meses sin precipitaciones, julio trajo las lluvias necesarias como para recomponer el perfil del suelo. Por eso, en ese sentido, el beneficio de la nevada no es tan notorio como si se hubiera llegado al fenómeno climático con escasez hídrica.
"Antes de la nieve ya llevábamos 110 milímetros en el mes, y ahora con este temporal se le sumaron 25 milímetros más, porque después de la nevada siguió lloviznando varios días. Entonces el perfil está saturado de humedad", dijo Fritz.
En cuanto a las complicaciones que trajo la nueva nevada, el veterinario explicó que tienen que ver con la disponibilidad de alimento para la hacienda. "En partes de las sierras llegó a haber mucha cobertura de nieve y los animales no pueden aprovechar el pasto que está abajo. Ese forraje no lo van a poder comer hasta que no se derrita la nieve", mencionó. Y agregó: "El tener ahora el perfil saturado de humedad hace que ante cualquier chaparrón se haga un charco, y eso limita mucho para aprovechar algún verdeo porque no hay piso para que pueda ingresar la hacienda. Si uno mete los animales, con el pisoteo entierran el pasto en el barro".
Cultivos sin problemas
En lo que hace a la agricultura, en los sectores sembrados de los campos -ya no en la zona serrana- la nieve que cayó fue escasa y se escurrió rápidamente. En su mayoría se trata de lotes de trigo que por la etapa fenológica en la que se encuentra no sufren afectación ni con la nevada ni con las bajas temperaturas que se están registrando.
En un comunicado, técnicos de la Dirección de Economía Rural del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia explicaron que las heladas que mayor daño causan "no son las que se producen durante el período normal de ocurrencia de este fenómeno, sino las que aparecen fuera de ese término".
Centímetros versus milímetros
En cuanto al aprovechamiento de la nieve por el suelo, hay distintos criterios en cuanto a la cantidad de agua aportada. Pero en términos generales se puede decir que un centímetro de nieve equivale a un milímetro de lluvia. Así lo manifestó la ingeniera Marta Borda, encargada de la agrometeorología en la Chacra Experimental Integrada Barrow: "La nieve es una precipitación que después se transforma en líquido, y hay que calcular que 20 centímetros de nieve al licuarse se transforman prácticamente en 20 milímetros de agua".
Otros ingenieros consultados, destacaron que se puede considerar hasta más beneficiosa a la nevada que a la lluvia: la forma que entrega ese agua puede ser diferente, puesto que el derretimiento es un proceso más lento y eso permite que la infiltración en el suelo sea más eficiente.
Conclusión, tener una lluvia de un milimetraje similar a la cantidad de nieve caída probablemente no sería tan efectiva porque parte se escurriría. (Juan Berretta. DIB)