Lo cierto es que las inclemencias del tiempo llevan a que estos docentes quizás estén más preparados para llevar adelante el Plan de Continuidad Pedagógica porque la metodología no difiere a la que ya vienen adoptando.

Juan Roa, vicedirector de la Secundaria Nº 20 (con sede en Escuela Moderna y Las Piedritas) explicó a El Popular que "hemos armado grupos de Whatsapp con padres y alumnos donde se manda material digitalizado. Además se les manda con respaldo en papel".

Al ser escuelas rurales, Roa comentó que las actividades que se preparan "son de todas las materias. Les pedimos a los profes que elaboren un plan de continuidad pedagógica".

Aunque aclara que el inconveniente que se les presenta es que "sólo tuvimos una semana de clases y es poco tiempo para conocer a los chicos por eso estamos haciendo recuperación de contenidos y diagnóstico, algunos profes trabajaron de modo coordinado. Se hace hincapié en la lecto-escritura, que hagan trabajos de análisis". Para quienes no cuentan con Internet, "me queda la tarea de llevar el material a la escuela en formato papel".

Otra de las docentes y directora de una escuela rural es Valentina Laddaga, de la Escuela Primaria Nº 62 del Paraje Campo Belgrano, quien dijo que el mayor problema es la conectividad por no contar con buena señal de Internet. "Les pasamos todos los días actividades para que vayan realizando, pero se me complica porque no tienen buena señal, entonces quizás tienen que esperar. Por ahora vamos bien. Por ejemplo, yo hoy les pasé material y aún no les llegó, pero sé que en el transcurso del día les llega", comentó.

Todas las actividades que se entregan "se retoman después del 31 de marzo como insumo para continuar trabajando", explicó Roa.

La "continuidad" habitual

El Estado provee a los docentes de cuadernillos para garantizar la Continuidad Pedagógica. En el caso de Rocío Ocampos, directora de la Escuela Primaria Nº 44 del Paraje San Antonio, explicó que en su caso se maneja con sus 9 alumnos con ese material: "Los cuadernillos los guardé para los días de lluvia o días que no concurren a clases y mandé actividades personalizadas con una nota de coronavirus".

Antes de que se suspendan las clases, Ocampos indicó que "trabajamos con TICS con las computadoras y analizamos medidas de prevención de coronavirus y de dengue porque -de este último- hay varios casos. Enfocamos en coronavirus porque sabíamos que se venía la suspensión". La cercanía con los más pequeños la sigue manteniendo: "les mandé una notita de aliento a los nenes porque algunos se asustaron con este tema, las familias están preocupadas y se asustan".

Durante estas dos mañanas que ya transcurrieron "se acercó un familiar de cada nene, y les di el cuadernillo que imprimí o bien se los mandé por foto", añadió.

Esta situación no resulta tan extraña para los docentes rurales porque "aplicamos la continuidad pedagógica todo el año, porque los nenes nuestros no asisten todo el año escolar, entonces se viene aplicando desde siempre. No es algo que nos complique". El hecho de contar con un cuadernillo, "para mí es mas práctico", señaló, y agregó que "los nenes no pierden ejercicio y continúan aprendiendo lectura y escritura".

En el caso de los establecimientos rurales que cuentan con JIRIM (Jardín de Infantes Rural de Matrícula Reducida) trabajan con el armado de actividades en bolsas que los docentes preparan y retiran las familias para que los pequeños sigan aprendiendo en sus hogares.

Sandra Miceli, inspectora de Escuelas Rurales, manifestó que en el campo "la coordinación es más fácil y está más aceitada, además de tener matrícula reducida", porque estos 15 días de resguardo ellos tendrán continuidad en el aprendizaje como cualquier día de lluvia.