El estacionamiento medido volvió tres semanas en mayo y la primera de junio."Esto tiene un efecto dominó", explicitó ayer el referente de Soluparking, Pablo Koerner, al ser consultado sobre el parate que volvió a afectar a la actividad local y, en ese marco, también al estacionamiento medido. E indicó que la Asociación Bomberos Voluntarios es el último eslabón de una cadena que comienza con la concesionaria del Estacionamiento Medido Municipal (SEMM) en las calles céntricas, percibiendo ese servicio de los automovilistas.

En respuesta a la emergencia sanitaria y el aislamiento social preventivo y obligatorio surgido de la pandemia de Coronavirus, Soluparking suspendió sus actividades el 20 de marzo. Hasta entonces, sus empleados atendían y supervisaban a unos 7 mil usuarios por día. A mediados de abril y ante la extensión de la cuarentena por parte del gobierno nacional, desde la empresa argumentaban que "nuestra actividad no va a volver hasta que el gobierno decrete la liberación por sectores y creo que no va a ser hasta mediados del mes de mayo", decía Koerner.

"El panorama es muy complicado, hoy por hoy se está sustentando el gasto con la otra parte de la empresa ya que el Estacionamiento Medido genera sólo egresos y no ingresos", planteaba el empresario entonces, refiriéndose a Tandil, donde la firma posee no ya el control del estaciobnamiento, sino exclsuivamente su recarga.

El lunes 11 de mayo, la empresa volvió a la calle. En su fase inicial, durante las primeras dos semanas, fue en el horario de 9 a 16. Tras el feriado de la Revolución de Mayo, el martes 26, extendieron ese lapso horario hasta las 18. Fueron apenas las dos semanas siguientes las que los 20 empleados cumplieron ese tramo ampliado. Y la ciudad volvió a caer en la Fase 1 el lunes 8 de ese mes, con lo que el servicio municipal volvió a inactivarse.

En ese lapso, el pago de estacionamiento cayó por debajo del 50%. "Si en la previa a la pandemia estábamos más o menos en 7 mil usuarios diarios, después nos ubicamos en los 2 mil, 3 mil como mucho", analizó Koerner, convencido con números a la vista de que el regreso parcial al cobro en ambos sectores fue un reflejo fiel de lo que pasaba en Olavarría. "Si no hay mucha actividad en la ciudad, tampoco hay actividad para nosotros. Desde que volvimos, tras el primer parate, no se recuperaron los niveles previos: trabajamos a un 50% de lo que veníamos haciéndolo. Verdaderamente los números son preocupantes".

Tres semanas (una abreviada por un feriado) en mayo y una cuarta en junio: los ingresos sobre los que Bomberos Voluntarios perciben el canon que la Municipalidad de Olavarría le cede íntegramente, no llegaron a "cerrar" un mes completo, con la consecuente caída de la demanda. De allí que para Bomberos, el panorama tampoco resulte esperanzados. "Me imagino que para ellos debe ser terrible, porque la institución depende mucho de este ingreso".

A nivel interno, Soluparking completó los sueldos de sus 20 empleados, a los que desde el 1 de junio sumó otros 4 para reemplazar a quienes no trabajan por distintas razones. "En nuestro plantel tenemos un grupo de personas de riesgo, algunos porque son mayores de 60 años y otros por dolencias consideradas de riesgo que no pueden ir a trabajar".

Claro que a nivel empresa, "estamos esperanzados, por supuesto, con volver a trabajar. Pero también hay que extremar los cuidados, porque estás con el corazón en la boca permanentemente, más que nada por quienes cobran en la calle. Hay que extremar las precauciones, ser consciente y respetar todas las medidas de bioseguridad. Porque si no nos cuidamos, perjudicamos a todos los demás", finalizó Koerner.