Y se vino enseguida a Olavarría. No es que extrañara, sino que tiene un fuerte sentimiento localista, cree que en su pequeña tierra tiene que estar, y lo respeta sin condiciones. "Soy de mis raíces y siempre tuve claro que terminaba la carrera y me volvía. Sin nada, pero me vine. Tenía una propuesta para ir a trabajar a Buenos Aires, pero yo quería pegar la vuelta. Antes de recibirme comencé a trabajar en un estudio como para ver la actividad desde adentro, estuve un año y me salió en Olavarría un trabajo en relación de dependencia y ya comencé con la profesión. Mi idea siempre fue tener la actividad privada, ya que eso me gusta, tener un proyecto propio, era mi objetivo. Por supuesto, el inicio fue difícil como todo así que fue armando las cosas de a poco. De a poco fui sumando clientes y me fui armando el estudio. En el ´98 ya me puse una oficina, para tener un lugar fijo para atender a la gente aunque en realidad cambiaba el dinero pero al menos le daba más seriedad a lo que quería hacer" comenzó contando Fabio Yaben, quien hoy celebra el Día del Graduado en Ciencias Económicas y que ayer recibió una distinción en el Consejo por sus 25 años de profesión.

"Así que trabajaba hasta el mediodía en el sector público, que sigo estando (en el Hospital de Oncología, en la parte administrativa, obviamente), que me vino excelente para tener tranquilidad de tener un respaldo económico y tener las relaciones para lo que se venía, que era mi estudio. Luego me fui relacionando, fui haciendo las cosas bien porque si te equivocás la sociedad te condena. Y si bien no es de los estudios grandes de Olavarría, que son los que comenzaron 25 años antes que yo y que aún perduran porque vienen ya en una nueva generación con los hijos, al menos estoy conforme" agregó Fabio, nacido y criado en la Villa Alfredo Fortabat, y en el club Loma Negra jugó al fútbol y al básquetbol, como casi todos los lomanegrenses.

Pero tenía decidido que quería ser contador público. A pesar de que nadie en su familia se lo había inculcado. "Desde chico ya decía que quería ser contador. La escuela primaria la hice en la 12, en Loma Negra, y el secundario en Comercial. No sé por qué, pero venía orientado. Aunque los viejos siempre ayudaban a orientarnos, porque decían que al menos un trabajo de administrativo se podía tener, salvo que te gustaran los oficios y entonces había que ir a Industrial. Mi camada, la mayoría fue a Comercio. Batuque Mandrini (ahora reconocido representante de futbolistas, luego de haber jugado al fútbol profesionalmente en Ferro Carril Oeste) estudió conmigo, por ejemplo. Y ahí comencé a ver contabilidad todos los años y me resultaba muy fácil. Esto es lo mío dije, y encaré por ese lado" afirmó.

"Aunque dudé al principio. El primer cursé todo bien y en octubre me volví. Quizá me costó la adaptación, no la carrera. Me tomé un tiempo para ver qué hacía, pero me faltaban los finales. Para el hombre, a los 18 años irse a vivir solo es complicado; la mujer se desenvuelve mejor que el hombre y los demás amigos me contaban que la pasaban igual, es decir no muy bien. Es que no la tenés clara en ese aspecto. Mi viejo (Manuel, o Cacho para todos) tenía una chatarrería en la calle Independencia, junto con Batata Oviedo padre, y me puso a laburar en el verano, a darle una mano. Por supuesto, el tipo muy bicho, me puso a quemar cobre. Con 30 grados yo quemando cables, como para que vea que la vida no era fácil. Ese era un camino, por supuesto, pero más sacrificado. Así que en febrero le dije a mi papá y a mi mamá (Mirta Bibiloni) que me iba otra vez a La Plata. Me bancaron, claro. Empecé a dar finales, me fui bien, me encaminé, enganché la onda de la carrera y fundamentalmente de cómo dar examen, y me fue bien" recordó con cierta nostalgia y con la seguridad de que Cacho le había enseñado, con astucia, que tenía que volver a agarrar los libros.

"Creo que un gran déficit que tiene la educación secundaria es que no te dan técnicas de estudio. Salís del secundario estudiando tres hojitas y entrás a la facultad donde el profe te dicen que la bolilla uno tiene tres libros!. Todo eso te supera. ¿Cómo hago para solucionar eso, pensé?, es que no estamos preparados para ese cambio en la forma de estudiar. Creo que en quinto año debería haber un taller de técnicas de estudio, para saber resumir y saber estudiar, para que ayude cuando se entra a la facultad. Me pasó y lo sufrí. Me quería estudiar cinco libros en veinte días y era imposible. Me llevó dos años enganchar cómo encaminarme y después fui como por un tubo" siguió diciendo Fabio, padre de Manuel (20), casado desde marzo pasado con Carolina Belsito.

"¿Los 25 años en la profesión?...es algo increíble. Uno lo ve desde afuera que otros cumplen 25 años en la profesión, pero también me llegó" dice un poco sorprendido este lomanegrense que, como todos en la Villa, se pusieron los cortos para hacer fútbol y básquetbol. "Jugué desde chiquito. Hice inferiores en fútbol hasta sexta división con Raúl Moriones como técnico. Yo soy lomanegrense a muerte. Inclusive tengo una casa allí. Es que me gustan las raíces, como dije. Soy arraigado a mis orígenes. La casa de mis abuelos se iba a vender, hace unos cinco años, y se la compré a mi papá y a mi tío. La arreglé y la armé con pileta y parrilla para disfrutar allí los fines de semana" comentó, mientras que cuenta que su hermana (Andrea) está casada con un contador (Claudio "Chavy" Tambucci, también ex jugador de básquetbol, pero en San Martín de Sierras Bayas).

También tuvo un paso por la política, aunque no fue muy prolongado. "Si bien nunca fui un militante acérrimo, me gustó hacerlo. Más allá de que tengo mi pensamiento y mi postura, y siempre fui un tipo independiente. Yo conocía a Jorge Larreche, a quien conocí cuando estuve en Ceibo donde colaboré y me quedó una relación con él. Cuando Ezequiel (Galli) ganó la intendencia me llamó. Para mi fue un desafío, para ver desde adentro una gestión municipal ya que nunca había tenido la oportunidad de participar, aunque tenía conocimiento de la administración pública más allá de que sea distinto. Mi paso coincidió con el primer año de Ezequiel, que fue de aprendizaje y quizá no fue su mejor año, pero creo que en este momento está mucho más consolidado. Me tocó un momento distinto, donde veníamos de otra gestión, que hubo que acomodar muchas cosas y también los errores propios como todo aprendizaje, lo normal. Hoy Ezequiel está totalmente afirmado, sólido como intendente. Fue un año y cuatro meses aproximadamente. Entramos todos a ver de qué se trataba, pero no era fácil, pero haciendo un balance me gustó haber pasado por ese lugar" terminó diciendo el contador Fabio Yaben.