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Reflexivo, con comprensión y con balance general positivo. Ezequiel Galli habló con EL POPULAR para hacer un balance de este primer año de la pandemia. Decisiones acertadas y cuestionadas, el equilibrio de la economía y la salud. La relación con la Provincia. La mirada en la segunda ola.

El Intendente repitió la palabra "desafío" y subrayó: "siento orgullo del sistema de salud nuestro, no solo por el sistema, sino por el personal capacitado que tenemos, que es de excelencia. Realmente hace que tengamos una situación de privilegio en el interior de la provincia".

-¿Qué balance haces después de un año?

-Yo hago dos balances. Uno de lo político y la gestión, y por otro lado lo personal. Porque fue un año muy atípico para todos, y nos tocó encarar una situación que nadie conocía. Fue un desafío muy grande. A pesar de la tragedia que fue, de la pérdida de tantas vidas, en realidad el balance creo que es positivo porque pudimos encontrar de alguna manera ese equilibrio que buscamos siempre entre lo económico y lo sanitario, buscar el no colapso del sistema de salud. Pudimos lograrlo con decisiones que se fueron tomando como puede ser, una de las más acertadas la del Laboratorio (de Biología Molecular), el reacondicionar y reacomodar los distintos servicios del Hospital. De lo personal, rescato siempre el haber encontrado en lo cotidiano cosas muy importantes, como puede ser un abrazo, un almuerzo o una comida familiar, una reunión, o hacer deporte. Todas cosas que nos faltaron durante varios meses y que nos dimos cuenta la importancia que tenían.

-Hablaste de esto que no colapsó el sistema de salud. Estamos en un distrito con una estructura importante, pero aún así se reforzó. ¿Cómo fueron aquellos primeros días de plantearse qué hacer?

-Más que nada lo que buscamos siempre evitar fue lo que sucedió en otros países al principio de la pandemia. Era desconocido cómo iba a impactar en Argentina, veíamos que en Europa pegaba fuerte. Nuestra premisa era no llegar al punto de tener que elegir un paciente para ponerle un respirador. Eso hasta ahora -digo hasta ahora porque no sabemos qué sucederá con la segunda ola-, pudimos evitarlo. El trabajo fundamental fue primero el reacomodar los servicios propios, derivar los pacientes respiratorios por un lado y no respiratorios por otro, tratar de descentralizar el sistema de salud en los CAP, para que la gente no tenga que ir a Hospital donde estaban los pacientes Covid internados, y el trabajo también articulado con las clínicas. Fue todo un desafío. Y realmente creo que el equipo de salud estuvo a la altura de las circunatancias con cada decisión que fueron tomando. El compromiso fue admirable.

-Acá había cierta previsión, estos contactos con Loma Negra por la gente que venía de China. ¿Cuando fue el momento en que se decidieron a tomar medidas?

-En realidad en enero vimos los protocolos con la empresa por los que venían de China, no sabíamos si podían traer el virus como asintomáticos. Cuando vimos lo que sucedía, cómo habían llegado los primeros casos al país, y el intercambio que tiene Olavarría económico y social con la Capital por ejemplo, empezamos a pensar en medidas. Incluso una de las primeras fue suspender la Kreppelfest cuando todavía no había decreto presidencial. Con el decreto ya vimos que realmente podía suceder. Se cumple un año de los cierres con taludes de tierra que fue muy criticado en un principio, pero creo que fue acertado. Son cuestiones que fuimos viendo en el equipo, y vimos que tampoco era fácil sostener una ciudad sin casos Covid porque en algún momento iba a pasar.

-Con eso de los taludes, que lo adoptaron otros distritos después, hubo roces con los demás municipios. Ahora que ya pasó bastante tiempo, ¿cómo lo ves?

-A la distancia uno lo ve y creo que las decisiones que se tomaron de no dejar ingresar a los vecinos de Olavarría, sigo sosteniendo que fueron inconstitucionales. Más allá de que la Corte no nos dio lugar al planteo, no fue porque estaba mal. Si el mismo planteo lo hacía un grupo de vecinos perjudicados, la Corte le hubiera dado lugar porque era válido. No dejaban ingresar alimentos, trabajadores esenciales, trabajadores de la salud que no los dejaban salir de sus distritos para venir a trabajar a Olavarría. Cuestiones que después con el tiempo se fueron diluyendo, pero que hasta fueron dolorosas para nosotros. Pero todo también tiene que ver con la situación de cada uno de los distritos, de su sistema sanitario, y cada intendente fue tomando decisiones que uno mirándolas a la distancia, en algún punto las entiende.

-Un tema que se planteó el año pasado desde la política fue la compra de bolsas mortuorias por la pandemia. Se cuestionó decisión de la compra de 300 bolsas. Eso no se comunicó abiertamente. ¿Por qué fue y fue acertado?

-No me parece que sea para comunicar. Era prepararnos para lo peor ante lo que veíamos en países como Italia o en Nueva York cuando arrancó el pico de Estados Unidos, que era terrible. Nosotros teníamos la obligación de prepararnos para que pase lo peor. Después si lo peor no pasa, bienvenido sea y todos vamos a estar celebrándolo. Es una cuestión de previsibilidad.

-En este año, ¿cómo fue la relación de gestiones entre Olavarría y la Provincia?

-No fue sencillo. Incluso un colega me trató de "Bolsonaro" en algún momento. Yo quería buscar y encontrar ese equilibrio entre lo económico y lo sanitario. La gente necesitaba trabajar y el planteo nuestro era "queremos que trabajen con protocolos y cuidándose, pero que trabajen" porque no podemos seguir eternamente y sin saber hasta cuándo sosteniendo al sistema privado con recursos del Estado. La relación fue por momentos mejor o peor con idas y vueltas, pero siempre apelando al diálogo. Siempre respetamos las normativas que diseñó la Provincia. Tratamos de trasladar la realidad local a esas normativas porque no es lo mismo tomar decisiones para La Matanza o Tapalqué, como para Olavarría. A veces la normativa es muy macro y hay que llevarla más al terreno de local. Eso pretendíamos y en muchos puntos creo que se logró.

-¿Viste la cadena nacional de Alberto Fernández de esta semana?

-La verdad que no la vi. Estaba en la presentación del libro (de Macri). De todas maneras lo que pude repasar después en los distintos medios es que no hubo ningún anuncio de peso como para utilizar la cadena nacional. Todos conocemos la realidad de las vacunas, los problemas que hay lamentablemente en el mundo. Esperemos que podamos lograr revertir esa situación a corto plazo.

-¿No te pareció que fue una advertencia de esta segunda ola?

-No, no vi eso. Todos sabemos que estamos a la espera de la segunda hora pero muchos hablan de la utilización de la cadena nacional para bajar la espuma de la presentación del libro de Mauricio. Como estrategia no sé si fue esa, pero no fue buena. Si la estrategia fue comunicar la llegada de la segunda ola espero que la gente lo haya tomado de esa manera porque hay que cuidarse más que nunca. Están llegando los fríos y la verdad es que empiezan a llegar las enfermedades que van a complejizar más la situación. El año pasado la gente estaba adentro de su casa y no se enfermaba, entonces el sistema de salud tuvo una merma en la ocupación. Este año con esta nueva normalidad -no digo que haya que cerrar porque creo que no es oportuno, no va a ser bueno para nadie volver a fase 1-, tenemos que reforzar los cuidados.

-En la apertura de sesiones, anunciaste medidas para reforzar el sistema para la segunda ola. ¿Cómo va ese proceso?

-Estamos avanzando. La semana pasada visité la obra que hicimos en la Unidad Coronaria que va a ser muy importante porque modernizamos el área y podemos tener ahí mayor capacidad de recepción de pacientes Covid en caso de ser necesario. Es largo el proceso pero ya lo iniciamos hace tiempo cosa de poder llegar al invierno de la mejor manera posible.

-¿Cambio la ciudad en este año?

-Sí mucho. Cambió la dinámica y cambiamos todos. Lo que ahora llamamos la nueva normalidad. Tener una ciudad al inicio de la pandemia totalmente apagada con las actividades frenadas, no tenemos habilitados espectáculos públicos con masividad. Los espectáculos deportivos todavía no pueden recibir público como antes. La gente está distinta, con expectativa, en alerta de cuidarse para no contagiarse. Todos internamente sufrimos un cambio que en algunas cuestiones es muy positivo, porque también nos estamos cuidando más y tenemos mayores cuidados.

-¿Qué queda para Olavarría después de la pandemia?

-Un sistema de salud fortalecido descentralizado, aspiramos a modernizarlo y digitalizarlo aún más. Y con un equipo, factor humano, que es clave habiendo transitado una pandemia: está fortalecido desde la experiencia porque desde ahora en más todos también van a tener un aprendizaje muy fuerte que va a hacer que las situaciones que vengan pueden ser manejadas de la mejor manera y mejor que antes.

La vacunación y los municipios

-Hubo un punto clave que fue la organización de la vacunación. Lo que pasó en Olavarría con las vacunas que perdieron el frío en Oncología, a mi entender, fue un quiebre de la Provincia en la relación con los municipios para organizar la vacunación. Los municipios ya pedían participación. ¿Coincidís con esa mirada?

-La verdad que hubo un cambio, puede ser la palabra quiebre. Nosotros lo que reclamábamos no era participación sino que poníamos a disposición nuestro sistema sanitario y nuestro personal capacitado para vacunar, nuestros lugares de vacunación que ya estaban preparados para eso. Hubo no sé si un cambio de estrategia, pero nosotros a raíz de eso pudimos empezar a vacunar en el Hospital "Cura". Acompañamos y fuimos para adelante con eso. La intención nuestra no era que nuestro espacio político esté vacunando, sino que los vecinos puedan ser vacunados con la mayor celeridad posible. Y evitar esta segunda ola que lamentablemente estamos esperando. Después la vacuna no llegó como se pretendía o como pretendía el gobierno nacional. Hay un montón de cuestiones que están en juego y creo que hay que pensar que los municipios tenemos mucho para aportar en ese sentido. Siempre vamos a estar a disposición.