"Los trabajadores han perdido entre un 50 y un 60% del poder adquisitivo", dijo Mario Rodríguez, secretario general del sindicato.

Dejaron de trabajar el 20 de marzo del año pasado por una cuarentena prematura y demasiado prolongada puesto que, como dijo, "se podría haber esperado hasta mayo o junio porque no hubo hasta esos meses un solo caso de coronavirus en Olavarría", dijo el dirigente gremial.

Se llegó a tener el 60 por ciento de los hoteles y el 75 por ciento de los restoranes y bares sin trabajar. Es decir, más de medio millón de personas se quedaron de pronto sin trabajo y los negocios están muchos al borde de la quiebra.

Esto mismo fue lo que comunicó la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), hace un par de meses, pero para el titular del sindicato gastronómico, la causa de semejante desastre se debe no solo a la pandemia sino a la política nacional que se llevó frente a ella. "Se apuraron mucho con la cuarentena y había que haber esperado hasta por lo menos mayo para cerrar", dijo con un tono fuertemente crítico.

Con el nuevo decreto los bares y restoranes deben cerrar a la una de la mañana, lo que les permite fijar dos turnos de cena y, además de la recaudación, los mozos podrán hacerse de una segunda vuelta de propinas que tanto les ayuda a sus economías familiares.

Paritarias

Casi un 60 por ciento del personal se ha quedado sin trabajo, "y encima no cobramos el ATP desde diciembre, pero lo vamos a reclamar", anticipó Mario Rodríguez.

Las propinas son fundamentales y representan un 40 por ciento de sus ingresos. con la cuarentena existió una expectativa que luego resultó equivocada porque los propietarios suponían que iría a durarnos dos o tres meses y nada más, pero en ningún lugar se preocuparon por reforzar el sistema de salud y todo siguió igual solo que con todo el país encerrado.

Cuando se hablaba de que la Provincia iría a ordenar el cierre de bares y restoranes a las 23, llegó el decreto por el cual extendía ese horario hasta la una de la mañana. El tempor electoral lo pudo hacer. Los gobiernos saben que la gente se hartó de los confinamientos prolongados y ahora ya no lo pueden implementar más. La coyuntura ya no da para cierres ni cuarentenas. El gobierno nacional está pagando su desproporción anterior y hoy debe cuidarse mucho con estas medidas si es que no quiere pagar costos electorales.

"No se puede cerrar más y hasta las 23 no serviría de nada porque la gente no iría a cenar a las 20. No sería económicamente bueno. Las restricciones nos perjudican y no podés tener a la gente sin trabajar. Queremos paritarias pero los empleadores no se quieren sentar porque dicen que están al borde de la quiebra". Sin embargo, los precios aumentaron desproporcionadamente sin que ello signifique una mejora salarial de los trabajadores.

Los salarios "perdieron entre un 50 y un 60 por ciento de su poder adquisitivo, y si ya veníamos mal con el gobierno anterior, el año pasado fue mortal para nosotros".

La desocupación llega al 50 por ciento respecto del 2019 y "cuesta mucho sostener la obra social. Esperemos que vuelvan a pagar los ATP, porque la situación está muy dificil y por más que nos quieran ayudar, la gente se quiere ganar su plata con el trabajo. No quiere otra cosa que trabajar", remarcó.