K arina Gastón

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"No se genera un proyecto virtuoso cerrando la ciudad y diciendo ´los dueños de los materiales somos nosotros ? y el Estado les paga. Hay que modelizar el sistema, generar inversión y cadenas productivas. El Estado no es el padre del universo, con una fuente infinita de recursos económicos", aclara Julio Valetutto, el secretario que maneja los asuntos económicos en la gestión de Ezequiel Galli.

Reniega del Boca-River aunque resulte inevitable hablar del GIRO (Gestión Integral de Residuos Olavarría) sin hacer escala en las críticas que genera el proyecto. ¿Qué hay en juego? Un mínimo de ciento veinte toneladas diarias de desechos domiciliarios que es necesario reducir, reutilizar, reciclar. De la mano de la fundación internacional Mc Kinsey, mirada de reojo, y con cartoneros preocupados por sus fuentes de trabajo.

Con Malvinas un año más y un Ejecutivo que habla de proyectos superadores "con todos los actores", más "inclusivo y más inteligente". En un año que abrió con déficit y en emergencia económica, ¿a qué costo será? El funcionario lo explica en detalle, en esta entrevista con EL POPULAR.

"Pudimos acceder a esta colaboración de una fundación internacional sin fines de lucro que nos aporta profesionales y colaboración para arrancar un programa más ambicioso para modelizar la ciudad, aggiornando el sistema a cuestiones en las que creemos como gestión municipal. El programa de 3 años tiene que ver con la gestión", observa Valetutto.

-Claro, el plazo se extiende a 3 años y coincide con el final del segundo mandato del Intendente.

Sí, coincide pero con éste u otro Intendente es generar un marco de trabajo para dejar de enterrar en el relleno y generar economías nuevas, incluir gente que está excluida del sistema formal de trabajo y participan todos los actores: la Universidad, cooperativas, inversores locales y nacionales, el Municipio y la fundación que ayuda con profesionales de diferentes especialidades. Eso enriquecerá el proyecto y es una oportunidad para cambiar de un modelo de recolección y relleno con estándar aceptable a un modelo superador.

-Este año vence la actual licitación de residuos. ¿Ya están analizando el nuevo pliego? ¿Cómo ensambla este proyecto incipiente con la nueva contratación?

Es un trabajo estratégico y para la nueva licitación lo ideal es tener modelización del sistema. En el pliego es importante esquematizar en base a nuevos objetivos.

-¿Cuándo vence el contrato de Malvinas?

Termina ahora, pero se renueva por un año y vamos a trabajar en el proyecto para sentar bases y mejorar el sistema de recolección. Es importante sumar a todos los actores para que sea lo más sustentable posible, que sea más eficiente la inversión, genere trabajo y el Estado con lo mismo o menos tenga un mejor sistema de recolección y manejo de materiales.

-¿Se apunta a una recolección domiciliaria diferenciada?

Sí. Estamos con encuestas y visitas puntuales para entender hábitos, necesidades. Vamos a estudiar, analizar y hacer pruebas piloto pequeñitas.

-A nivel social, se reclama una gestión integral pero eso demanda un cambio cultural. ¿Olavarría está preparada?

Hay gente que está sensibilizada y otra no. Hay que redoblar esfuerzos, fidelizar a los ya sensibilizados y sensibilizar a los que no lo están. Hay que incluir y empoderar a los ciudadanos para que entiendan cuál es la forma más virtuosa de manejarnos y eso se sostenga en el tiempo. Si hacemos pruebas pilotos con 50 hogares que separan en origen y funciona, avanzar en escala. Que nadie sienta que es un retroceso sino un avance en el servicio.

-Hoy se procesan alrededor de 120 toneladas diarias. ¿Es posible cuantificar los residuos que no llegan al relleno?

No. Hay que determinar cuál es el producto olavarriense, qué se recolecta, qué camino puede recorrer y cuánto queda afuera de eso para ver la logística más adecuada.

-¿El objetivo es reconvertir el 50%?

No sé si el 50% pero sí acercanos. Hay objetivos de mínima y de máxima. Esto no es sesgado: por un lado la empresa y por otra los recolectores o los ciudadanos. Debe ser inclusivo y el Estado hacer su parte para que eso ensamble.

"No es un paquete armado"

-El Intendente aseguró que serán contemplados diferentes actores sociales y vos apuntás a lo mismo. Sin embargo, la cooperativa Viento en Contra salió al cruce diciendo que no fueron convocados y que es un proyecto armado de la mano de una empresa disfrazada de fundación. ¿Por qué hay tanto rechazo si el proyecto es tan beneficioso para Olavarría como planteás?

Los grandes cambios generan grandes resistencias. Nos hemos juntado con otros actores y todo bien. Con Viento en Contra tenemos historia, los materiales de Ecopuntos y Puntos Verdes los reciben ellos. Hemos tratado de abarcar a todos los actores y seguimos con reuniones para explicar nuestra intención. No es una opción que alguien se quede afuera del proyecto, esto se sustenta empoderando a todos. No es un paquete armado sino un trabajo de la gestión municipal con la colaboración de una fundación internacional.

-¿Qué costo tiene para el Municipio esa "ayuda" para montar un proyecto tan ambicioso?

No tiene ninguno costo para el Municipio.

-Bueno, vamos a coincidir en que la basura es un gran negocio donde se cruzan muchos intereses...

Por supuesto y por eso hay tanto ruido con el proyecto. La fundación nos elige para replicar esto en ciudades de Latinoamérica. No nos cuesta inversión, no tenemos erogación, es una colaboración entre partes. Los proyectos asociados a mayores actores son los más exitosos. A futuro empresas locales o nacionales en un marco de transparencia y trabajo van a poder sumarse y licitar, generar nuevas economías, nuevos proyectos.

-El temor es que atentaría contra las fuentes de trabajo de los cartoneros, que se preguntan si un decreto va a prohibir la circulación de los carros que son fuente de ingreso para decenas de familias.

No, no. El objetivo es que esas familia no estén tan vulneradas. No excluir sino incluir. El Estado debe modelizar un sistema que los contenga y ayude a tener una vida mejor por eso se trata de cambiar la forma de gestiones los materiales.

-¿Cómo se sustenta en un año de enorme crisis, con un Municipio que cerró el año con déficit y abrió con emergencia económica y financiera? ¿Cómo se hace para pensar en un proyecto que demandará costos muy superiores al actual servicio de Malvinas?

Eso no es así. El Municipio no tiene que invertir más sino igual o menos.

-Pero el reciclaje tiene sus costos y una separación diferenciada también. Malvinas plantea un plan de recuperación de residuos con otros costos.

Es una visión parcial. Si el sistema genera sustentabilidad, con la separación se genera valor económico. El sistema general no va a costar más sino que aportará beneficios, generará empleo.

-¿Empleo de quién? ¿Quiénes se beneficiarían?

Las personas que están en el sistema informal que tenemos que modelizar. El sistema tiene que ser más inteligente y costar menos. Malvinas, el sistema de recolección, es una partecita. El sistema total de valor tiene que generar menos gasto.

Más eficiente, más inclusivo

-¿Al reinsertar los residuos se generan recursos para el Municipio?

Depende. El Municipio no tiene fines de lucro pero debe generar un marco económico para que eso se sostenga. El objetivo es incluir a quienes están en el sistema informal, sin herramientas y con riesgo sanitario.

-Viento en Contra plantea que el cortocircuito se produjo cuando empiezan a reclamar por el servicio que prestan al Municipio, al procesar 30 toneladas que no van a parar al relleno.

No es así. Los Puntos Verdes y Ecopuntos lo manejan ellos y lamentablemente no están pudiendo cumplir.

-¿Por qué no cumplen?

No sé, por problemas que tendrán, pero esto es justamente para ese trabajo informal. Esto intenta poner luz donde hay oscuridad y formalidad donde hay informalidad. Ese trabajo que decís que no se reconoce...

-No lo digo yo, ellos plantean que no se los reconoce.

Está bien. Sacan materiales y generan circuito con valor y procesamiento cada uno por separado. Para que sea reconocido debe formalizarse. No se genera un proyecto virtuoso cerrando la ciudad y diciendo ´los dueños de los materiales somos nosotros´ y el Estado les paga. Hay que modelizar el sistema, generar inversión y cadenas productivas. El Estado no es el padre del universo, con una fuente infinita de recursos económicos.

-¿Eso deriva en un aumento de tasas para el contribuyente?

No, será un sistema más eficiente con menos esfuerzo y menos exclusión. La idea no es cobrarle más al vecino. Dialogamos con cooperativas, asociaciones con conciencia ecologista, empresas, medios. También con Ingeniería, que son parte de la solución. Reconfigurar el sistema con las capacidades del Municipio no era posible, sí con profesionales de la fundación que ayudan en cuestiones técnicas.

-¿Y esa ayuda no la podía brindar la Universidad?

La facultad está involucrada, siempre le pedimos ayuda. Esto es un adicional.

-¿Por qué genera tanta desconfianza?

Porque es algo nuevo. Culturalmente en países como Argentina y Latinoamérica lo que sea colaboración internacional está cuestionado y sin conocer se supone que hay un negocio detrás. Como hay valor, hay alguien que se va a quedar con algo...

-¿No sería ingenuo pensar que no hay un negocio?

Cualquiera puede pensar lo que quiera. Soy un funcionario público. Vivo acá y el resto del equipo con Emilia Díaz también. Somos pocos, con recursos limitados. Olavarría es un caso testigo en Argentina para que tenga un sistema más inteligente en manejo de residuos. Decidimos hacer el esfuerzo, trabajando 24 horas, sumando a todos los actores activa y positivamente. El que quiera sumarse es bienvenido.