Al menos una de las causas que investiga la Justicia tiene que ver con la usurpación de título y matrícula. Otra, con el ejercicio ilegal de la medicina.

"Yo llevo un perrito, a una ‘veterinaria’ -hizo el gesto de las comillas-, porque en realidad lo llevamos para lavar y que le cortara el pelo. Él era muy lanudito, entonces queríamos que lo dejara lindo para enfrentar el calor". Con este nivel de detalle y muy calmada, Corina contó a Amores Perros -y otros bichos-, cómo fue estafada por una mujer que dijo ser veterinaria y que "el 2 de enero teníamos a los dos perros muertos".

"Me atiende una señora que dice yo soy la veterinaria de este lugar" remarcó Corina. Y a pesar del relato, no se logra comprender el porqué y para qué una persona se haría pasar por veterinaria.

Cuando lo va a buscar, esta mujer le dijo: "lo bañé, le corté el pelo y descubrí que tenía gusanos en el ano. Dale esta medicación, yo ya lo inyecté y lo vemos en unos días". Es el día de hoy que Corina se lamenta cómo no advirtió la situación, cómo no se dio cuenta. Y lo cierto es que nadie desconfiaría de una persona que dice ser médico o veterinario, porque trata con vidas. Y porque muchas veces nos falta ser más desconfiados.

Cuando volvió al pet shop y veterinaria -como indica la página web del local- para controlar la evolución del animal, le dijo que estaba mejor, pero que debían continuar con el medicamento y agregar otro.

En esta segunda visita además llevaron para atender a una perra de casi 10 años, también rescatada por la hermana de Corina, que supo tener 24 perros. "La perra tenía una herida en la panza y dijo ‘esto es un tumor, hay que empezar a tratarlo, le vamos a dar esta medicación’" y como una película de terror todo avanzaba con medicación en animales.

Todo esto ocurrió en diciembre del 2020, en el período de la semana entre fiestas.

"Pasan dos días nomás y el perrito se nos moría, se nos moría" dijo y miró el piso. Porque uno no puede creer que en una ciudad como la nuestra ocurran estas cosas, o que pase tanto tiempo para que se sepan. O que siga atendiendo.

"Se lo llevamos por tercera vez y así muy simple le dijo a mi hija ‘este perro tiene un soplo, que hoy es un soplo, mañana es un soplón y este perro se te muere´. Ya por supuesto se imaginan la locura que nos agarró". Tristeza. Desesperación.

"Corrimos a una guardia veterinaria, nos dijeron que el perrito estaba tomando una medicación que es para convulsiones y nunca tuvo convulsiones, y esa sobremedicación lo mató". Con la otra perra pasó algo similar. Le indicó 8 medicamentos, ellos desconfiaron e hicieron una interconsulta. "Y nos dijeron exactamente lo mismo. Que por supuesto lo que estaba tomando no correspondía y la perrita también se nos murió". Dos perros sanos que hasta entonces estaban bien.

Sobre el lugar donde todo esto pasó, Corina indicó que se trata de "un pet shop donde siempre vendieron medicamentos, además de alimentos -para mascotas-. Yo no sabía que para que te vendan medicamentos tiene que haber un verdadero veterinario", se lamentó. Y es algo que quizás uno desconoce.

En este comercio ya se han realizado en oportunidades anteriores allanamientos y se han secuestrado elementos de veterinaria que no están autorizados en un pet shop. "Funciona en un gran hipermercado de Olavarría" agregó la vecina del barrio Isaura que actualmente se hizo cargo de los 18 perros que tenía su hermana que falleció.

"Ella se nos presenta como veterinaria y en realidad se nos mueren los dos perritos en cuestión de menos de una semana. El 2 de enero tenemos a los dos perritos muertos" remató.

Contó además de una vez que acudieron a la misma persona, quien las atendió en su casa particular: "Había muchísima medicación y un quirófano. Lo llevamos para pelar y bañar, termina con una medicación para convulsiones, con otra que no sabemos qué es que lo que le inyectó, y en término de cuatro días está muerto". Un cuento de terror todavía con final abierto.

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