Historia de los refranes: "Zapatero a tus zapatos"
¿Podríamos hablar en la vida cotidiana sin usar refranes? El refranelero de la casa, Hugo Paredero, cree que no. Que así como no hay día en que uno no duerma o no vaya al baño, no hay día sin refrán. O lo decimos, o lo escuchamos, o lo pensamos.
"Zapatero a tus zapatos". Atenti a esta recomendación: significa que cada cual se ocupe en las cosas que sabe y le interesan, y nadie se meta en asuntos que desconoce o de los cuales es ajeno... ¡Hmm, difícil de obedecer para nosotros los argentinos!
Cuenta la leyenda que este refrán viene del siglo IV AC, y se lo debemos al pintor griego Apeles, uno de los más afamados de la Edad Antigua. ¡El fue el elegido por Alejandro Magno para perpetuar su imagen, pavada de curriculum!
Un día, Apeles pintó un retrato y lo expuso en la plaza pública. Un zapatero pasó por allí, lo miró, y criticó duramente la forma de las sandalias en la pintura. "¡En tu cara te lo digo, Apeles!". Y se lo dijo. Al reconocer su error, el pintor, genio humilde, volvió a su estudio con el retrato, y corrigió el detalle de las sandalias... Luego, Apeles lo instaló de nuevo en la plaza.
El zapatero volvió a pasar, vio que se le había hecho caso, y eso lo envalentonó, al punto de creerse con autoridad para criticar otros aspectos de la obra. ¡Y entró a hacerlo!... Como ignoraba por completo el arte de la pintura, el tipo sólo decía burradas al artista, pero, no se iba a quedar callado... Hasta que Apeles, ya harto, lo frenó, aconsejándole:
-"Zapatero, no juzgues más allá de tus zapatos..."
"¿Zapatos? ¡Se llaman sandalias, ignorante!" - seguramente le gritó el zapatero sabihondo al pintor genial. Y debe haber seguido criticándolo en voz alta, para que lo escucharan los demás.
¿Y Apeles? A uno se le hace que volvió a su estudio y siguió pintando, tranquilo. Ignorante de que acababa de dar a luz... un refrán.