Un día después de ocurrido el hecho, aún no existen mayores precisiones acerca de los autores del asalto que sufrió una mujer en el barrio 10 de junio cuando dos delincuentes la ataron para posteriormente robarle dinero, cigarillos y un teléfono celular.

El Popular Medios dialogó con los investigadores para conocer más datos sobre el avance de la causa. Por ello, la víctima está citada para presentarse durante el transcurso de la presente jornada para ampliar su declaración testimonial ante la fiscal en turno, la doctora Susana Alonso, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 7.

Su declaración será clave para poder esclarecer el hecho ya que no se cuenta con mayores elementos de prueba debido a que el comercio no posee cámaras de seguridad y tampoco hay dispositivos en propiedades linderas, y pese a que los ladrones actuaron con el rostro descubierto.

Las cámaras más cercanas del Servicio de Monitoreo Municipal se encuentran a varias cuadras. También hay cierta expectativa en las pericias de rastros sobre distintos productos que los delincuentes tocaron simulando un interés de compra en el inicio del asalto.

El caso

Todo ocurrió en horas del mediodía el lunes, en un almacén ubicado sobre Amparo Castro al 1000. Dos jovenes ingresaron y en los primeros instantes todo transitó en sus carriles normales, como otra situación de compra más.

La empleada del lugar comenzó a mostrar distintos elementos ya que los presuntos clientes dijeron andar buscando un regalo. Segundos después todo cambió radicalmente, simulando estar armados, ya que la mujer no habría visto arma alguna pero sí ademanes que aparentaban tener, fue reducida y maniatada con hilos de nylon de bolsas que tomaron del mostrador.

"Si nos miras te matamos", habría sido una de las amenazas recibidas, según detalló Pablo Pereyra, un distribuidor que llegó minutos después del hecho y se topó con la víctima atada de pies y manos, sobre uno de los extremos del local. Los delincuentes lograron escapar con el teléfono celular de la comerciante, además de cigarrillos y una suma de dinero cercana a los mil pesos que sustrajeron de la caja registradora.