Pero en la práctica el sector laboral en muchos puntos del país comprende a una amplia gama de ocupaciones dentro de lo que es la elaboración de estos productos y de otros productos farináceos. Tal como lo establece el Código Alimentario Argentino, se denomina "pastas frescas" a "los productos no fermentados obtenidos por el empaste y amasado mecánico de sémola o semolín de trigo duro o pan, harinas o sus mezclas, con agua potable, con o sin adición de otros ingredientes alimenticios de uso permitido".

Además, se denominan "pastas frescas artesanales" únicamente "los productos que se elaboran en forma manual o semiautomática, y que se comercializan en el mismo sitio de su elaboración, sin obligación de envasado y rotulación".

Tal como se explica desde la Dirección Nacional de Alimentos, en la Argentina existen tres agentes productores de pastas frescas, además del comercio gastronómico. Estos son los comercios tradicionales que producen "pastas frescas artesanales", los industriales que producen "pastas frescas" y "pastas frescas larga duración" (o pastas secas), y los supermercados que producen "pastas frescas" de marcas propias.