dlovano@elpopular.com.ar

Las familias se preparan para el regreso a clases en un contexto inédito desde que la educación pública, obligatoria y gratuita rige en la Argentina, no sólo porque los sorprende en un momento de pandemia, sino porque hay expectativas de retorno a las clases presenciales, pero sin saber cómo y hasta cuándo se podrán extender ante la siempre amenazante curva de contagios de la COVID-19.

Desde aquel 8 de julio de 1884, cuando bajo la presidencia de Julio A. Roca se promulgó la Ley Nº 1.420 de educación común, gratuita y obligatoria, sólo una vez se dio una situación análoga, entre 1918 y 1920 con la gripe española, aunque en muchos lugares del planeta ni se enteraron de su existencia.

Quizás por aquí tampoco.

Más allá de estas particularidades del momento, como siempre entrado el mes de febrero se impone empezar a mirar el bolsillo, ver presupuestos y evaluar lo que dice el mercado de útiles escolares, mochilas y libros de texto para afrontar el ciclo lectivo.

Los tres comerciantes del sector consultados coincidieron en que, aunque podría haber algún retoque más en las listas de precios, los valores están entre un 35 y un 40% por encima de los precios de 2020.

"Por el momento es muy poco lo que se puede comentar, porque apenas un colegio de la Ciudad se ha comunicado con nosotros para adelantarnos de qué modo van a trabajar este año" reveló Diego, de librería "El Faro", que atiende el nicho correspondiente a libros de texto, no así el de útiles escolares, ni papelería comercial.

Ese colegio es Fátima.

"El personal docente ya les ha dicho a los padres qué les van a pedir y nosotros sabemos lo que van a trabajar entre primero y cuarto grado. Pocos textos, tres materias, pero algo sabemos" dijo.

Sobre los valores de los libros de texto, Diego analizó que "el aumento no ha sido tanto con respecto a 2020, pero sabemos que antes de marzo algún subidón van a tener", y en ese sentido comentó que "los distribuidores tampoco sueltan demasiados datos sobre los libros, esperando que haya un aumento en marzo".

El costo de un libro de área (lengua, matemática, por ejemplo) rondaría los 1.000 pesos, un integrado de cuatro áreas oscilaría entre 1.500 y 2.000 pesos, y los textos para inglés presentan fluctuaciones importantes según sean importados o nacionales.

Los ejemplares para las lecturas complementarias que les dan a leer a los chicos a lo largo del año andan en 500 pesos, sin haber registrado aumentos desde 2020.

Librería "Aladino" cubre tanto la demanda de libros de texto como de útiles escolares y mochilas.

Ricardo De Beláustegui su titular, coincidió en un promedio de 1.000 pesos para los libros.

"El año pasado -recordó- libros para secundario no se vendió nada porque no arrancó; ahora las editoriales están proponiendo carpetas para trabajar más baratas que los libros, que andan alrededor de los 700/800 pesos" apuntó.

En cuanto a útiles escolares advirtió que "recién estamos armando las ofertas para este año".

"Una carpeta negra anda en menos de doscientos pesos; después están las otras, con distintos diseños, entre 500 y 600 pesos".

Un cuaderno universitario de 84 hojas está en los 190 pesos, pero los ejemplares de tapa dura llegan a los 790 pesos.

"Es como todo, hay precios y calidades para todos los mercados, aunque lo más caro a veces termina siendo barato. En artículos de librería se nota clarísimo lo que son artículos basura y los de buena calidad" alertó.

A modo de ejemplo comentó que "una bandita elástica nacional, que tiene caucho, dura un año; una que viene de China en la primera estirada se corta. Pero la relación de precio es tres a uno".

Hablar de cartucheras es empezar en 200 pesos una de tela hasta 1.300 pesos una de goma neoprene, con la última tecnología, de variados diseños y formas.

Un repuesto familiar de 500 hojas, buena calidad, 90 gramos, oscila los 1000 pesos y dependiendo el grado puede durar entre medio año y un año.

Las lapiceras arrancan en 50 pesos y trepan hasta los 150 pesos, las que están de moda y borran por fricción.

El rango de los lápices de colores arranca en 150 pesos y sube a tres ceros en un recorrido por 7 u 8 marcas, según el grosor de la mina y la calidad de la madera.

Los lápices de fibra arrancan en los 100 pesos y ascienden hasta 1.000 pesos.  "Las marcas más importantes en el mercado son Pizzini, Pelikan, Travi. Una firma tiene como marca líder ‘Sharpy’, y Sylvapen una segunda marca" describió De Beláustegui.

"Una mochila de lona buena y económica, estamos hablando desde 1.200 pesos hasta más de 10 mil pesos. La más económica es una mochila presentable como para un chico de secundaria, mientras que las más caras en realidad son porta-notebooks, y son indestructibles; caras que terminan siendo baratas" aclaró.

Mochilas con carritos, en "Aladino", van en un rango entre los 3.000 y los 10 mil pesos.

Otra referencia en el sector es la Librería Fidias (ex Atenea).  "Un libro de texto para primaria y secundaria anda en los 1.000 pesos y un libro de inglés en los 1.600" señaló Javier.

Los clásicos para las lecturas complementarias, tapa flexible y edición económica, se pueden conseguir entre los 400 y 500 pesos.

Javier entregó un amplio pantallazo de los valores que se manejan en útiles escolares.  "La canasta básica – básica, estamos hablando de 2.000 pesos, sin contar la mochila" anticipó.

Las carpetas clásicas de fibra negra en "Fidias" andan en los 170 pesos, y una carpeta línea "Mooving" con colecciones "47 Street", "Cómo querés que te quiera", "Fortnite", "Kevingston", "Golden Rainbow" rondan los 660 pesos.

En cuanto a las cartucheras, las económicas parten de los 400 pesos y las "Mooving"  superan los 1000 pesos; después aparecen las de doble piso, relieve y para acomodar lápices que llegan a los 3.000 pesos.

"Fidias" trabaja "Exito" y "Triunfante", una gama media con valores un 20% menores que los tradicionales cuadernos "Rivadavia".

"Exito" número 1 por 100 hojas aparecen en los estantes a 500 pesos; el de 50 hojas 280 pesos; el número 3 de 100 hojas tiene un valor de 620 pesos y de 50 hojas 390 pesos.

Los repuestos, para carpeta, con margen reforzado proponen un costo de 1.600 pesos las 500 hojas.

El cuaderno tapa flexible "América" de 50 hojas está en 60 pesos y un "Mooving" 170 pesos, mientras un cuaderno "Avon" con espiral de 50 hojas está 110 pesos y el "Mooving" de 80 hojas cuesta unos 600 pesos.

Un "Avon", tipo "Arte", larga en los 190 pesos y un Ledesma tapa plástica de 84 hojas alcanza los 450 pesos. Sin obviar que hay cuadernos que llegan hasta los 1.200 pesos.

Un paquete de folios A4, de diez unidades, tiene un valor de 100 pesos; el escolar de 10 unidades 70 pesos.

El viejo y glorioso lápiz "Faber" de colores (por 12 unidades, largos) cuesta 370 pesos, y el "Filgo" -una marca que entró muy bien en el mercado- baja a los 170 pesos.

La línea de lápices de fibra Pizzini, por 10 unidades, requieren de 200 pesos y los "Maped" 440 pesos las 12 unidades.

Para cerrar, los requerimientos para dibujo: una carpeta con elástico se maneja en un rango que va de los 140 a los 300 pesos, a los que se deben sumar los 50 pesos para el repuesto blanco.

"El libro de texto es indispensable"

"La reflexión, como siempre, el libro de texto es lo más barato y lo más importante de la canasta escolar. Porque se usa todo el año y es indispensable en tiempos de pandemia" enfatizó Ricardo De Beláustegui, titular de Librería "Aladino".

"Las diferencias de logros educativos son notables entre las escuelas donde se usan libros y donde no lo hacen. La van de muy modernas y se van a morir en el pasado. Ahora está volviendo porque se dieron cuenta de que es una herramienta que no tiene reemplazo" disparó.

El valor del libro de texto, según De Beláustegui, se realza ante la casi certeza de que habrá clases híbridas, parte presencial y parte virtual. "Va a ser obligatorio tener un libro de cabecera para poder justificar la clase" sostuvo.

"Estamos ante el desafío de saber si el libro de texto va a seguir siendo la herramienta que debe ser, o si queremos seguir pauperizando la educación y pirateando la industria editorial con PDF, fotocopias" alertó.

"Después, cuando desaparezcan las editoriales, no van a tener de dónde hacer los PDF o sacar las fotocopias" cuestionó.