Este es un país extraño, de eso no hay duda. La Vicepresidente, Cristina Kirchner se erige como abanderada de los humildes, como si fuese una reedición de "Evita" y percibe 3.200.000 pesos mensuales.

La dirigencia política, como la nobleza de la Francia del siglo 18, le pide esfuerzos al pueblo mientras ella vive en la más obsena abundancia. lo mismo ocurre con la dirigencia gremial nacional.

Por lo tanto, la verdadera grieta nacional no es entre "Juntos" y "Todos" sino entre dirigentes y ciudadanos de a pie o entre ricos y pobres. Ahí está la grieta que impide cualquier estabilidad política al país. La Justicia, como en la Francia de los Capetos se encarga de confirmar e incrementar esa desigualdad.

Lo más probable es que a la ley que prohibe la reelección indefinida de los cargos políticos se le haga la única modificación importante que sería de computar como primer período el que comienza en 2019 y Ezequiel Galli pueda volver a presentarse en 2023 para un nuevo mandato. El diputado Walter Abarca ya presentó un proyecto eliminando esa prohibición abriéndole las puertas a la reelección indefinida. Es decir, no presentó una modificación para interpretarla de otra manera sino que volvió todo para atrás.

Abarca obedeció a los barones del Conurbano y fue por más. Ahora quiere voltear la ley para darle una prueba de amor a los intendentes, a Alberto F y a Kicillof. Y,de prosperar el proyecto del saladillense concretaría su desquite con La Cámpora, que no quiere la reelección indefinida, y los pondría nuevamente en carrera a todos los intendentes en ejercicio.