Las herramientas fueron conseguidas por el padre José y el proceso de elaboración lo realizan dos internos con harina 0000 de manera similar a un panqueque. La máquina posee una cortadora de dos medidas, hostias pequeñas y grandes que a medida que se cortan van cayendo en una caja de madera y luego son embolsadas y selladas con un elemento comprado por el sacerdote con ayuda de los catequistas.

Cada bolsa tiene 200 hostias aproximadamente y se calcula que con 3 kilos de harina se fabrica un promedio de 2000 hostias semanales que una vez consagradas por el sacerdote, pasan a ser el cuerpo de Cristo que se multiplica para todos.

"Es importante remarcar que esto es un servicio, para nosotros es una bendición poder hacerlo desde un contexto de encierro. Sabemos que las hostias son caras y esta actividad es voluntaria, nosotros estamos dispuestos a recibir harina o bolsitas por parte de la comunidad para continuar con el proceso" remarcó Borda.

Esta actividad cuenta con el acompañamiento de la Dirección de Promoción e Inclusión Laboral del SPB y prontamente formarán parte de las actividades de Capacitación No Formal.