Rodrigo Fernández / rfernandez@elpopular.com.ar

La tarde está en su hora mas apaciguada. Desde la ventana del primer piso nos llegan los sonidos amortiguados del Parque Mitre. Cada tanto un auto cruza Pueblo Nuevo intentando imponer un ritmo mas activo, pero el barrio parece ignorarlo. Las ventanas de los edificios de enfrente están casi todas abiertas y nos lleva el sonido leve de los movimientos de sus habitantes. Cuando Juan D. Fleitas se larga a hablar, el grabador se prende rápido y uno se concentra en esta sala donde todo está pensado a la imaginación y semejanza de su propietario. La música esta a un volumen bajo y él habla pausado y seguro. Piensa cada una de las respuestas y, cuando recuerda, deja la vista perdida y sonríe.

"Todo el tiempo hay cosas nuevas", dice, y señala que es por eso que "tenés que buscarle la vuelta para que lo de uno tenga un peso". 

"Creo que todo eso empieza por uno mismo. Ya hace cinco años desde que la música y todo lo de alrededor es mi vida. No tengo otro trabajo más allá de la música. Doy clases y toco mi música. Ese es mi trabajo", cuenta y el teclado, la batería y la guitarra que están en la sala apoyan sus palabras. 

Si bien conoce a artistas que tienen otros trabajos, "en mi caso tengo toda la mente enfocada en la música". Pero "a veces es medio un caos, otras más ordenado", confiesa.

Cuenta que "con los años pasaron muchas bandas", pero en la actualidad está desarrollando una carrera con su proyecto solista.

"Lo que me pasó es que hubo dos intentos muy grandes con mis canciones, donde con el tiempo no hubo las mismas metas, entonces se desintegraron. Volver a reunir eso con otra gente me hacía un poco de ruido en mi concepción musical del momento".

"Como siempre me mantuve en paralelo tocando solo, donde me invitan y si sé que la voy a pasar bien, voy a ir", y ese pase por diferentes escenarios reconoce que le sirvió un montón. 

"Juan D. Fleitas puede ser una banda de cuatro personas o puedo ser yo tocando acústico o podemos ser diez o tres. Pero siempre va a ser eso, y las canciones van a ser las que tenga y las que vayan surgiendo para ese proyecto más allá de los integrantes". Por eso va cambiando la gente con lo que se sube al escenario. "Tenía ganas de que eso empezara a pasar y está pasando", asegura.

"Más allá del éxito, de llegar a algo, es que uno disfrute. Lo que estoy haciendo lo tengo que disfrutar. Si la estoy pasando mal no es por ahí". Esa es su prioridad, aunque reconoce que en el camino puede haber subidas y bajadas porque "es inevitable".

Un camino con amigos 

"En el camino también me fui cruzando con amigos que ya conocía y que me ayudan a activar y mover los temas", dice, mientras los ruidos de una ciudad que va saliendo lentamente de su letargo entran por la ventana. Juan recuerda que tenía épocas en las que escribía hasta 20 canciones en un mes. 

"Tengo amigos que me dicen que todo eso en algún momento tiene que salir. Entonces de a poco van saliendo canciones", comenta. Las primeras dos ya se pueden escuchar desde el viernes en todas las plataformas. Se trata de un EP que lleva por nombre "Cerro secreto". También se publicó un video en YouTube.

"La idea es sacar un álbum más largo, ya más trabajado", explica, y cuenta que el EP lo graba íntegramente solo en el mismo lugar donde charlamos. La mezcla y la masterización estuvo a cargo de Santiago Fernández, con quien ya había trabajado en grabaciones anteriores. Por eso remarca la importancia de trabajar con alguien que conoce su sensibilidad musical.

Si bien le gusta compartir sus ideas y no tiene problemas en sumar los aportes de otros, prefiere mantener el control creativo para que lo suyo no se desdibuje.

"Siempre fui mucho de compartir. Desde el primero momento en el que tuve acceso a grabar mis canciones siempre compartí. También me gusta que sobre ciertas decisiones tener control", pero "trato de compartir porque es la manera".

Entrar en el juego

"Con la música empecé como un juego, como algo más que tenía en la vida", confiesa, y cuenta que "estudiaba mucho en la escuela secundaria, entonces tenía a la música como una distracción".  

Hasta que en un momento un primo apareció en su casa cuando tocaba la armónica y lo invitó a acercarse a un ensayo. 

"Ese fue el momento en que me crucé más de lleno con gente y entonces me dije que acá estaba la cosa. Ya venía escribiendo al estilo poesía, tenía 16 años, con un acorde que había aprendido por ahí. Empecé a ponerle música a eso que estaba escribiendo, y así se fue dando y me fui metiendo".

"El momento decisivo de saber que me quería dedicar a esto fue cuando me di cuenta de que no había otra cosa que me llenara tanto como la música. La música me daba la libertad que otras cosas no me daban. En ese momento en el escenario me sentía libre. No sentía esa sensación en otros ámbitos".  

"Siempre tuve una actitud muy reservada y eso también me jugaba en contra con las relaciones sociales, entonces la música me ayudó a conectarme con las personas.

"Tocaba, me movía y bailaba, y después bajaba del escenario y venía una persona y me decía algo, y para mí eso era zarpado. Ahí fue que me dije que era para mí".

Cuando terminó la escuela secundaria empezó a estudiar Comunicación Social, pero poco después se metió en el Conservatorio. "Mi viejo me dijo: '¿Vos estás convencido de lo que vas a hacer?' ". Juan le dijo que sí; su padre entonces le respondió que entonces no necesitaba más. "La familia es importante y a mí siempre me apoyaron", cuenta.

Hace una breve pausa y dice que encontró "esa libertad y esa posibilidad de expresarme, y desde ahí no la cambié más". 

Una música posible

"Los Reyes del Falsate fueron los primeros que me dijeron que podía hacer posible mi música", afirma. "Escuché el primer disco de ellos viniendo de la escuela y dije: 'Tremendo...'. Lo que estaba buscando de hacer era más o menos eso". Después se puso a terminar de componer canciones para lo que sería su primer proyecto. 

Cuando habla de otras influencias menciona a los proyectos musicales de Nekro, como Boom Boom Kid o Fun People, y Artic Monkeys, pero sobre todo The Beatles.

"Fue muy buena la experiencia de meterme en el mundo Beatle y consumir música de ellos todo el tiempo. Ver esa versatilidad que tenían los cuatro juntos, donde eran insuperables...", dice, y en la dicotomía entre Paul y John se inclina por este último.  

"Mis composiciones suelen tener una carga nostálgica, pero sí quiero transmitir un buen mensaje. Que a las personas que las escuchen le llega algún mensaje, algo tiene que resonar" explica. 

"Las canciones a veces surgen a veces de cosas que me suceden y otras que son imaginarias, que se disparan de otro lado. O también últimamente tengo canciones de cosas que pasan alrededor. Pero siempre hay un poco de lo que me pasa, pero a veces no es literal". Aunque señala que eso es difícil de diferenciar, pero él lo sabe "aunque la persona lo puede decodificar como quiera".

Al hablar de "Cerro secreto" comenta que "en estas dos canciones lo conceptual está concebido desde la instrumentación, del ambiente que se crea. La letra fue algo que se metió".

"Muchas veces me pasa que tengo una música y la letra va surgiendo en base a lo que tengo para decir y sale una historia. En este caso fue la música el hilo conductor entre las dos canciones".

El disco, que tiene ocho canciones, ya está en proceso. "Se grabó acá con las herramientas que tengo". Germán Godoy está encargado de la producción y las maquetas finales se grabaron en el estudio de Ernesto Carro. Juan espera que para mediados del año que viene esté listo para subir a las plataformas. 

"La autogestión es un camino que venimos haciendo y los tiempos son otros. Pero al final hay un buen resultado. Estoy contento con mis canciones, con los equipos que he trabajado. Siempre me tocó compartir con gente copada. Sí, los tiempos son diferentes a como uno los piensa...", reconoce. 

El disco todavía no tiene nombre pero eso no es una limitación. Quizás se desprenda de algunas de las paredes de la sala en la que conversamos o de la influencia de amigos y otros músicos. Porque la creatividad no se acaba nunca en esta casa de Pueblo Nuevo y es mucho todavía lo que Juan D. Fleitas está seguro de poder ofrecer. La música sana, salva y conecta y sin embargo ahí no se acaba su camino.