Cualquiera que haya leído cualquiera de sus libros sabe que Juan Dejean es, ante todo, un gran contador de historias. Un tipo de esos que uno se encuentra en la calle de pronto y cuando se quiere acordar ya han pasado tantas horas que es imposible recordar cuánto tiempo. Su charla, igual que su escritura fluctúa entre la "filosofía práctica, narrativa, solidaridad, humanismo, amor, surrealismo, magia, política, historia, ética, moral, absurdo, risa, sanación,elevación, hermandad y tal vez muchos ejes más"dijo en alguna vez. Ahora, más de 3500 ejemplares, es bueno recordar quién es el escritor olavarriense que viaja para llevar sus libros hasta sus lectores.

Primero fue"Hecho de palabras", después vino "Diario de viaje" y por último"Pura Vida. Un viaje ancestral", tres libros que permiten asomarse a un universo narrativo distinto, donde todo es posible para un lector atento y desprejuiciado. Dejean escribe desde las tripas y eso se nota. "Hay que laburar para escribir, que hay que leer y laburar para escribir" dice y describe que "el primer libro son cuentos, en el segundo libro también está trabajado con esa estética". Mientras que su tercer libro lo superó y "no lo podía contar de otra forma. Está lleno de gente que dice frases y nos las pone en práctica, lleno de falsos profetas".

Como el buen contador de historias que es, Juan Dejean dice que todavía una maestra que tuvo en Primer Grado tiene guardadas cosas que escribió en aquellos años. Aunque uno de sus padres asegura que "escribía antes de ir a la escuela". Él recuerda perfectamente que siendo un chico escribió "un ensayo para sobrevivir a la vida". Pero ya se sabe que lo suyo es la mística detrás de las historias, el instante en que todo se da vuelta y ganan los eternos vencidos.

Cuando llegó a los 900 ejemplares vendidos sintió que había cumplido con algo aunque nunca los pensó como un productor editorial. "Por lo pronto no está la necesidad de escribir para ganar dinero" dice y cuenta que ya trabajó de muchas cosas. Tantas que si las tiene que enumerar "vamos a estar hasta mañana".

"Estoy convencido de que escribir es un trabajo para mi" afirma y dice que suele ponerse serio "cuando me dicen que cuento mi vida. Estamos nuestros escritos pero aclaro que mi primer libro son mentiras, son invenciones para que algo te pase y relato cosas que quizás sucedieron, acomodadas para que algo le pase al lector".

"El libro de mi vida me trajo hasta acá, no sé bien porqué o quizás lo sepa y no es una sola cosa" dice y se esconde detrás de una incógnita. La escritura para él es una tarea que "muy poca gente entiende". "Que quede claro que me cansé de ser pobre" dice cuando se lo consulta acerca de los pro y los contra de ser su propio editor.

Su camino comenzó hace varios años atrás en nuestra ciudad. Con su primer libro bajo el brazo Juan Dejean recorrió a pie casi todas las calles para poder llegar a los lectores. Poco tiempo después "Hecho de palabras" viajó a Costa Rica y otra vez Dejean se puso al hombro la tarea de conseguir lectores. Entonces su libro se fue en las mochilas y valijas de los viajeros y llegó a buena parte de

Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa. Cuando regresó a Olavarría se sentó a escribir "Diario de viaje" y otra vez salió a las calles. Con "Pura Vida. Un viaje ancestral" ya tenía decidido que lo llevaría a recorrer el país y una vez en la frontera, pegó el saltó y llegó a Brasil, donde busca conectar sus relatos con otra lengua. Quizás porque Dejean sabe que ha llegado la hora de renovar no sólo a su público sino también las historias.