Tendrán 90 minutos de duración, no habrá cambio de bandera ni abanderados y sólo podrán reunir a 100 participantes entre graduados, familiares, docentes y auxiliares al aire libre, en predios cerrados, aunque como último recurso, podrían ocupar la calle frente al establecimiento.

Se podrán realizar en diciembre con estrictos protocolos o demorarlos hasta el próximo ciclo lectivo, pero definitivamente los actos de colación del ciclo 2020 tendrán características de presencialidad para todos los niveles y modalidades de la educación bonaerense, en el marco de la emergencia sanitaria derivado de la pandemia de coronavirus.

Así lo ratificó ayer a este Diario el responsable de la Jefatura Distrital de Educación, Julio Benítez, quien analizó que la autorización de la Dirección General de Cultura y Educación y la difusión de los protocolos respectivos "es una buena noticia, porque era una demanda generalizada a partir de la gran expectativa generada por este momento que significa la terminalidad de un nivel".

"Es un rito de pasaje importante -continuó-; así que celebramos la iniciativa" a partir de la recepción del protocolo que inmediatamente fue socializado por los inspectores y las inspectoras con las distintas instituciones. Cada una de ellas trabajará ahora a partir de sus propias realidades y con la comunidad para definir si realiza el acto en diciembre próximo o lo posterga para el próximo ciclo lectivo, aun desconociendo las condiciones epidemiológicas a futuro.

Los servicios interesados en concretar las ceremonias el mes próximo tendrán tiempo hasta el viernes 4 para elevar un proyecto describiendo los detalles de esa fiesta a la Jefatura Distrital, que autorizará o sugerirá los cambios que considere pertinentes de cara a la seguridad biosanitaria. En este sentido, el profesor Benítez anticipó que "la mayoría de las escuelas secundarias han manifestado ya su decisión de organizar el acto de colación ahora".

En principio, las ceremonias "están pensadas para hacerse al aire libre en predios cerrados", por ejemplo un patio que permita recepcionar a un centenar de personas con las distancias indicadas. Si no dispusieran de ellos, podrían apelar a CECs, CEFs, clubes u organizaciones barriales y, en casos extremos, "estamos previendo una posible e hipotética realización en la calle, frente al edificio escolar". Para hacerlo posible, se requeriría de la colaboración de personal de Control Urbano Municipal, un detalla ya consensuado entre Benítez y el secretario de Desarrollo Humano, Diego Robbiani.

El protocolo se enmarca en el Plan provincial para el regreso seguro a las actividades presenciales. La presencia en los actos no podrá sumar más de 100 personas entre estudiantes, familias y el personal directivo, docente y auxiliar; cada egresado podrá estar acompañado por dos integrantes de su familia y con ello, al superarse ese número se impondrán tantos actos como sean necesarios.

"Si hay tres o cuatro secciones de egresados, seguramente habrán otros tantos actos", graficó Benítez. Cada uno de ellos se deberán planificar "en distintos momentos del día, preferentemente aquellos alejados de los momentos de mayor temperatura, aunque lo ideal sería en distintos días". Es que, necesariamente, habrá una duración de 90 minutos de ceremonia, separados por 90 minutos obligados de descanso y, obviamente, tareas de sanitización.

Como en otros casos, se cuidará acotar el ingreso y el egreso del edificio, con personal designado para tomar la temperatura de los participantes. Asimismo, se pedirá disponer en el ingreso, de alcohol en gel y trapos de piso o alfombras con alcohol o lavandina para sanitizar el calzado. En los sanitarios, se dispondrá personal auxiliar para extremar los cuidados de limpieza.

Todos deberán llevar tapabocas y no podrán concurrir aquellos que hayan tenido un contacto estrecho con un Covid positivo o que estén con síntomas y tampoco aquellos que se encuentran dentro de los grupos considerados de riesgo. Para quienes no puedan acceder al acto, "se pedirá planear una opción no presencial, o sea que esas personas puedan seguirlo desde la virtualidad".

La propuesta generada por la DGCyE "fue muy bien recibida por los equipos de gestión, porque era algo que estaban esperando y hay muchas escuelas, la mayoría de las secundarias, que ya anticiparon que lo van a hacer ahora. Aquellos que, atendiendo a la situación epidemiológica, no lo hagan ahora, lo tendrán que concretar en forma presencial en el próximo ciclo lectivo", destacó el jefe educativo distrital.

Lejos de lo clásico

La entrega de diplomas y medallas no será en el formato clásico. Y también tendrá contornos especiales el cambio de bandera. Es que, ante todo, se deberá preservar la distancia entre las personas ya desde el momento en que aguarden para ingresar al establecimiento.

Las sillas se dispondrán cuidando los dos metros de distancia entre personas o grupos familiares, con señales en el piso. No habrá abanderados portando enseñas ni cambios de estandarte entre los alumnos más destacados, sino que las banderas se exhibirán colgando. Los abanderados, en todo caso, serán mencionados por quien actúe como maestro de ceremonias, que seguramente también leerá el discurso de esa oportunidad, como para evitar que el micrófono pase de mano en mano.

Si las hubiera, las despedidas entre pares, esto es de los estudiantes que acceden al último año a los que se alejan del establecimiento, serán grabadas.

Las medallas y diplomas deberán estar sanitizados. En este sentido, Benítez imagina un espacio con esos elementos debidamente identificados, y a los egresados retirándolos sin que medien otras personas ni contactos personales. "Hay que pensarlo cuidadosamente para garantizar que no haya contacto cercano", delimitó Benítez.

También es impensado, en ese escenario, un fotógrafo tomando imágenes de grupos. Por un lado, porque no habrá aglomeraciones y por el otro, porque la limitación de participantes aleja esa posibilidad.

Serán, sin lugar a dudas, actos inusuales e inéditos. "Una nueva forma, un tipo de acto que va a quedar en la memoria de todos los presentes", finalizó Julio Benítez.