Barbijos, higiene y distanciamiento son las claves para un regreso lo más seguro posible; y suma un estricto protocolo que incluye toma de temperatura y la entrega de una declaración jurada, entre otros puntos.

Las aulas que eran de 30 alumnos pasaron ahora a recibir la mitad de la matrícula en el mejor de los casos y en aquellas instituciones caracterizadas por la amplitud de ambientes. Otras en cambio, teniendo en cuenta los parámetros de distancia obligatoria, apenas tienen capacidad para 10 ó 12, lo que llevó a que quienes integran las burbujas de 15 vayan rotando en la misma semana la concurrencia a la escuela en una metodolgía que se denomina asistencia programada. En tanto que muy pocas pueden implementar la presencialidad completa.

Filas ordenadas, pisos y veredas que delimitaban con claridad la distancia mínima obligada en tiempos de Covid e ingresos y egresos escalonados formaron parte de las postales del inicio de las clases presenciales en este 2021.

Más allá del protocolo que impide el contacto físico, la jornada se vivió con emoción, la alegría por el reencuentro aunque sin abrazos y las expectativas por estar con compañeros y maestros.

En lo pedagógico, el desafío es recuperar vínculos y contenidos después de un año en donde la virtualidad marcó el ritmo escolar.

Unas 43 escuelas primarias pudieron reabrir sus puertas el lunes y ayer se sumaron otras 18, después de que el Consejo Escolar recibiera las máscaras, cuya entrega estaba demorada (ver aparte).

La organización "estuvo muy bien hecha y la recepción fue impecable", sintetizó el Jefe Distrital de Educación, Julio Benítez, después de su recorrida por escuelas y jardines, ya que con la primaria reabrieron también jardines y escuelas especiales.

Postales

Aislados pero conectados, sin dudas la pandemia en esta era profundizó el uso de la tecnología. Whatsapp, zoom y otras plataformas digitales sirvieron para dar continuidad a la enseñanza. Sin embargo, "no es lo mismo", decía a este Diario una docente de escuela primaria.

En el plano personal y sobre todo en aquellos nativos digitales que ya manejan redes desde su propio celular, el contacto con amigos nunca se perdió, pero fue distinto.

Por eso, a la salida de la escuela de N° 17 un grupo de alumnas de 6° grado aprovechó hasta el último instante esta posibilidad que da la presencialidad de estar cara a cara después de largo tiempo.

¿Cómo estuvo el primer día de escuela? "Raro", contestaron al unísono y casi sin parpadear. El aula más vacía y ausencias que se notan remitieron a la nostalgia de aquellos que quedaron divididos y que tienen una semana más para imaginar el regreso.

Allí, en este sexto año de Primaria, de una burbuja de 15 alumnos "solamente nueve somos mujeres, el resto son varones", declararon quienes recorrerán los últimos meses en esas galerías amplias que ofrece la tradicional escuela ubicada en Alsina y Bolívar.

Una de ellas casi no pudo dormir durante la noche del domingo y madrugada del lunes pensando en el regreso, imaginando escenarios posibles y ese abrazo que se hubiese dado con sus compañeras pero que no pudo ser.

Al lado, una de sus amigas del cole confesó que a las 5 no tuvo más opción que abrir los ojos porque no pudo conciliar más el sueño. "Miré por la ventana para ver si ya era de día, pero no", contó con esa expresividad que todavía transmitía emoción y algunos rezagos de los nervios propios del primer día.

La maestra estaba con ellas, en la vereda y a la espera de finalizar una jornada que también se vivió de manera especial por parte de la comunidad docente. A todo aquello que le compete por estar al frente de una clase se suman ahora nuevos modos de enseñar, distintos a la normalidad pero también a la virtualidad.

Es que el respeto del protocolo es parte de los parámetros establecidos puertas adentro junto con aquellas normas de convivencia propias de la escuela y los contenidos que deben reforzarse para dar paso a nuevos aprendizajes.

Sensaciones

Patricia es mamá de Uma, la pequeña que reinició la presencialidad después de solo diez días de experiencia. Uma pasó a 2° grado, pero lleva apenas el recuerdo de su paso fugaz por esta nueva etapa que implica la escuela. Todo resulta nuevo, incluso muchos de sus compañeros a los que no pudo conocer en el marco de la pandemia que obligó a decretar la suspensión de clases presenciales el 16 de marzo del año pasado.

"Se despertó a las 6.30", contó su madre mientras aguardaba el turno de Uma para regresar a su hogar después de tres horas y media.

Orgullosa del logro de su hija en el aprendizaje desde la casa, destacó que "lee de corrido y no tuvo problemas en cuanto a lo pedagógico", mientras resaltó a la comunidad docente y directivos "de la 17" donde concurrieron en su momento sus hijos mayores.

A Uma "le gusta compartir y es muy cariñosa", contó con la expectativa por saber cómo vivió la pequeña el reencuentro.

Aunque un año más grande, Uma transitó en la primera jornada casi las mismas sensaciones que Vicente, quién empezó la Primaria en un 2021 muy particular. Con barbijo y ese guardapolvo blanco del primer día bajó los escalones con la ansiedad de contar a los demás sus primeras experiencias en un mundo todavía desconocido. "Me fue más que bien", dijo a este Diario en un alto que hizo de apenas unos segundos porque -calle por medio- sus abuelas esperaban para darle ese abrazo que reconforta después de una jornada de distancias.

En la Escuela N° 51 pasadas las 12 todavía quedaba una porción mínima de aquellas burbujas definidas con anterioridad.

En Rivadavia y Azopardo se organizaron ingresos y egresos de los grupos cada diez minutos. "Este regreso fue especial para todos", sintetizó la secretaria de esa escuela que durante la tarde se reencontraría con sus niños de 1° grado en otra institución.

La pandemia cambió las reglas de la escuela hace casi un año. De los juegos en el recreo, compartir la merienda o los abrazos del reencuentro, la presencialidad obligó a que impere la distancia y el cuidado. Quienes ya vienen transitando la Primaria atesoran los recuerdos de aquella normalidad perdida, pero aseguran que este regreso a clases -aún bajo estas condiciones- es mejor que aquel contacto hecho desde la virtualidad.