Como había afirmado Guillermo Draletti, vicepresidente de la Unión General de Tamberos, "en la provincia de Buenos Aires están cerrando dos tambos por día" , y esa afirmación fue corroborada en primera persona por un productor local, quien debió cerrar su tambo unos 8 meses atrás al verse imposibilitado de cubrir los costos insumidos por el emprendimiento.

Con evidente congoja, el productor en cuestión, Juan Dolagaray, explicó que "estamos trabajando en el tambo desde hace 40 años; somos una familia de tamberos, arrancó mi abuelo, siguió mi padre y ahora estamos nosotros".

Sin embargo, entrevistado en el programa Mejor de mañana (FM 98Pop), declaró que "hoy nuestro tambo está cerrado. No recuerdo el mes pero fue hace 7 u 8 meses. Ya vendimos todas las vacas; por suerte se pudieron sacar a otros lugares que son tambos grandes y todavía tienen la esperanza de otra rentabilidad".

Desde ese punto de vista, resumió que las expectativas hoy favorecen a ese tipo de emprendimientos: "Cuando los tambos son grandes, son grandes los gastos también pero son más fuertes para poder bancar una situación de hace ya varios años", enfatizó.

Frente a ese cuadro, "yo diría que el productor mediano y el chico venimos en decadencia desde hace no menos de 10 años o algo más". Entre las causas, justificó que "nos llevó a cerrar no poder perder más cuando la plata no alcanza; es muy simple. Cada uno en su rubro se tiene que ajustar a las consecuencias y antes de que esto nos tapara tomamos la determinación de cerrarlo".

Otra cuestión que empujó al cierre fue la desesperanza familiar. "Si bien mi hijo tiene mucho conocimiento, no era partidario del tambo, y mi hermano tampoco. Con mucha tristeza porque se hizo con mucho sacrificio, siempre digo que no se hizo el tambo porque a uno le sobra el dinero sino para generar" recursos.

En los momentos de mayor empuje "llegamos a tener 140 vacas, que es bastante", declaró Dolagaray y afirmó luego que en la región "tambos de chacra, esos tambos chiquitos, no quedan más". En la actualidad, "el tambo que produce 2.000 o 3.000 litros para arriba es el tambo que de alguna forma puede mantenerse, no ganar plata".

Asimismo, en la drástica decisión también intervinieron otras variables, ya que "el clima castiga cada día más y nosotros somos castigados directos. A eso hay que analizarlo porque uno tiene un capital importante pero producir es muy difícil", resaltó.

A diferencia de la lechería, "ahora la ganadería está mejor, pero se ha logrado luego de poner mucho el grito en el cielo. La exportación de hacienda hace que la carne tenga un precio más adecuado", mientras que "en el tambo nosotros ya habíamos perdido la relación entre los insumos y el valor de la leche".

En ese sentido, el productor se refirió a las exiguas ganancias percibidas. "En su momento nos llegaron a pagar 7 pesos por litro pero ahora el precio del litro en la tranquera está cerca de 10 pesos, cuando todo vale mucho más del doble".

Frente a las complicaciones económicas, "cada uno tendrá sus problemas pero nosotros somos generadores de producción, dependiendo en un gran porcentaje del clima. El clima no te perdona, viene un verano duro y no te perdona".

Esas limitaciones "se pueden sustituir con cosas que son caras para el valor de la leche. Por ejemplo, con silos, con alimento balanceado pero todo aumentó, la leche quedó cada día más lejos de esa realidad y uno no puede fundirse trabajando".

Cuando las condiciones son adversas, como quedó evidenciado en este caso "hay que saber manejarlo; si pudiste bancar el momento difícil. Pero acá lo que viene marcando es que los referentes de los gastos fijos año a año fueron teniendo mayor diferencia y vamos perdiendo la relación. Pero tenés mucho riesgo porque también tenés que darles de comer a las vacas, porque también hay que sembrar pasturas. Y para sembrar y que te reditúe también tenés que limpiar el campo; es decir que todo es problema", definió.

Luego de apuntar al elevado costo de la energía y a las dificultades de tomar un crédito debido a los altos intereses aplicados, estableció que en los momentos de auge de la actividad "en Olavarría llegó a haber 25 tambos".