Cincuenta y nueve años después, Corpi se ha transformado en una entidad referente a nivel rehabilitación psicofísica integral. Aunque había dado sus primeros pasos entre 1955 y 1956, nació formalmente como Centro Olavarriense de Rehabilitación de la Parálisis Infantil al obtener la personería jurídica en septiembre de 1961. Tenía un objetivo excluyente: hacer frente a la poliomielitis, la enfermedad mutada en epidemia que por entonces inmovilizaba a los más pequeños.

Fue un grupo de padres inquietos por aquellas circunstancias el que determinó su creación en un espacio del barrio Pueblo Nuevo, en coincidencias con impulsos asociativos que creaban movimientos hermanos en Mar del Plata o en Buenos Aires. Exactamente a mediados de la década del ´50, el poliovirus se expandía velozmente y generaba nuevos casos de parálisis infantil casi inmediata y de por vida: en 1956, tres años después de que el especialista norteamericano Jonas Salk descubriera la vacuna para detenerlo y a meses de que se iniciara su comercialización en el mundo, la Argentina contabilizaba 6.500 niños y adolescentes afectados.

Mientras que aquí la prevención se intensificaba de la mano de la pintura de veredas con cal y la multiplicación de la higiene a manos de detergentes y lavandinas, surgían determinados mitos como los acuñados en Alemania, donde los niños eran inmovilizados con mantas y frazadas, casi como momias, para evadir esa enfermedad que llamaban "la debilidad de las extremidades inferiores".

Hoy, este cuadro tan temido está prácticamente erradicado en el mundo, aunque aún restan vestigios de él en pueblos con escaso nivel de saneamiento y escenarios socioeconómicos muy comprometidos. Entre ellos, Afganistán, Nigeria y Paquistán en los primeros lugares y, un poco después, Kenia, Mozambique, Niger y Somalía. Nuestro país ha sido declarado libre de la enfermedad, junto a los restantes de la región.

A la integralidad

Ya con su propia sede, la misma que ocupa actualmente sobre la avenida Emiliozzi, y con aquella epidemia cediendo, Corpi iniciaría un proceso de reconversión que lo transformaría en lo que es hoy, el Centro Olavarriense de Rehabilitación Psicofísica Integral. Una institución que, en los hechos, se ha transformado en referente al ofrecer atención interdisciplinaria de calidad sin perder la calidez humana a pacientes con problemáticas y patologías crónicas y complejas.

"En los últimos años, hemos motorizado cambios muy fuertes, entre ellos la atención modular", asegura el ingeniero Horacio Balbiani, quien ha ocupado la presidencia de la institución en los últimos 15 años. Lo dice con el orgullo de conocer de memoria que hay pocos lugares en la provincia donde una persona con diferentes patologías pueda acceder a un abordaje terapéutico de cada una de ellas en el mismo espacio y sin contraposición ni desperdicios horarios.

No es cuento. Corpi nuclea diferentes especialidades entre kinesiólogos, profesores de Educación Física y especialistas en Psicología, Fisiatría, Fonoadiología y Terapia Ocupacional, además de gimnasio e hidroterapia, teniendo como premisas el orden, la atención personalizada y la optimización del tiempo del paciente y los profesionales. Todo, bajo la coordinación del médico fisiatra y director, Dr. Martín Borra.

La pandemia de coronavirus impuso, en marzo último, una estricta paralización de las actividades. Luego, en forma paulatina y tomando todos los recaudos biosanitarios, como la incorporación de camisolines, guantes de látex y barbijos y hasta un túnel sanitizante, el control de eventuales síntomas de Covid antes del ingreso y la prohibición de ingreso a los acompañantes, los pacientes comenzaron a regresar a la sede, no sin antes haber probado la virtualidad propuesta por los terapistas. "Hoy tenemos 85 pacientes -contabiliza Balbiani-: 37 siguen recibiendo atención virtual y 48 son presenciales".

Intercambio

En Corpi, el intercambio es una constante. Los terapistas se reúnen semanalmente los miércoles, para compartir sus visiones sobre los pacientes y sus adelantos o puntos débiles. Por su parte, la Comisión Directiva se encuentra virtualmente, cada 15 días, para tomar decisiones o comentarse novedades. "Tenemos una administración muy austera y muy cuidadosa", puntualiza el presidente, en obvia referencia a la cuestión económica.

En ese sentido, la entidad requiere de 1.200.000 pesos para abrir sus puertas todos los días y cumplir con proveedores y con los salarios de un plantel hecho de 20 personas: el 86% de esa cifra se destina a sueldos y el 14% restante, a la manutención de los 1.200 metros cuadrados del lugar. "Hoy logramos un equilibrio entre ingresos y egresos, que no necesariamente significa que no tengamos deudas -asume el directivo-, pero hemos ido logrando fortalecernos" a partir de la regularización de pagos de las obras sociales que no se cansan de alabar, y con la inestimable ayuda que suponen los cerca de 200 socios benefactores con que cuentan.

A la hora de los reconocimientos, Balbiani no duda en mencionar al Bingo, que aunque hoy no aporta por estar inactivo, en su momento marcó la diferencia entre la continuidad y el cierre de la institución; estudios contables que han aportado su apoyo incondicional; los establecimientos educativos que hacen realidad los sueños de los terapistas; la Municipalidad local y "todos los intendentes, porque cada uno con su impronta nos ha acompañado"; los pacientes, el periodismo, el Banco Provincia, Coopelectric y, básicamente, "nuestro equipo de trabajo, comprometido con su responsabilidad y con dos premisas que son nuestro sello: calidad en la atención y calidez humana".

Sueños hechos realidad

Si de algo están seguros los directivos de Corpi, es de que los sueños pueden ser posibles. "Si los terapistas nos presentan una inquietud, es muy raro que digamos que no. Aunque no haya fondos, siempre buscamos la forma de llevar ese proyecto a la práctica", puntualiza el ingeniero Balbiani.

Para ello, claro, requieren de personal especializado y de allí la asociación de Corpi con establecimientos educativos. La Escuela de Educación Técnica Nº 1 "René Favaloro" les ha aportado lo que llaman "equipo de paso", aun no presentado formalmente en sociedad. Se trata de un aparatito que, con la cadencia de una especie de "bip", le va indicando al paciente que vuelve a dar sus primeros pasos, la regularidad con la que debe hacerlo.

En el caso de la Escuela Técnica Nº 2 "Luciano Fortabat", aportó un auto que ha sido acondicionado exclusivamente en la zona de puertas laterales, para posibilitar la práctica de subir o bajar de un vehículo a quienes deben hacerlo desde una silla de ruedas, lo que sería la última parte de la rehabilitación.

Se suman además la Facultad de Ingeniería y la Escuela de Formación Profesional Nº 401.

Presidentes

Luis Dirazar fue el primer presidente de Corpi, en 1956. Lo siguieron Jorge Fraschetti, Arturo Rivara y Mario Lázaro, entre 1959 y 1960. Lorenzo Gallina ocuparía el cargo en 1961 y durante los 12 años siguientes, para ser sucedido por Raúl Rosales entre 1973 y 1985; Italo Mario Barone entre 1986 y 1989; Raúl Lindner en los dos años subsiguientes y Vicente Vitale de 1992 al 2000. Finalmente, entre 2001 y 2004, Fernando Erneta sería el antecesor de Balbiani, quien aún encabeza la CD de la institución.