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La pelea electoral se fue simplificando en los últimos días, y, como lo predicen el oficialismo y el macrismo, quedarán sólo dos polos en disputa. Sergio Massa, ganador cómodo de las últimas elecciones hace apenas dos años, no sabe qué hacer con su destino. José Eseverri, Sandro Guzmán y otros intendentes creyeron verlo desde hace tiempo y acabaron enganchándose en lo que se considera una inminente e ineludible polarización y cada uno fue ocupando el espacio que considera afín a su ideología o directamente conveniente.

En realidad, la política siempre se debatió entre la convicción y la conveniencia. Max Weber hablaba de dos tipos de éticas que se debaten en esta actividad íntimamente relacionada con el poder: la ética de la convicción y la de la responsabilidad, esto es, o los valores o el cálculo racional de posibilidades. Bueno, en este caso, cada uno sabrá por qué dio el salto. Lo cierto es que, sin Massa en el escenario electoral (Macri, por consejo de su gurú Jaime Durán Barba, ya le anticipó un "no" y no quiere ni que lo llame por teléfono), el peronismo del Conurbano que jugó en 2013 con el tigrense tiene dos alternativas: la de jugar con Scioli - Randazzo o con Macri. O con ambos, como históricamente lo han hecho.

Pero es verdad lo que piensan el jefe del Pro y su asesor de confianza: ¿para qué arriesgar la "pureza" y la imagen de "diferente" aliándose con Massa si lo mismo pueden tener a sus intendentes? Con o sin Massa, los intendentes massistas harán su propio juego. Algunos lo anticiparon, como lo hizo Eseverri, y otros elegirán la técnica histórica para salvarse, que es la de hacer que juegan para uno y lo hacen para el oponente, o para ambos. Así fue siempre y ningún intendente se va a inmolar por nadie.

Con Eseverri adentro del Frente para la Victoria, el escenario olavarriense es otro. El Intendente se fotografió con Scioli y quiso dar un mensaje al santellanismo. Los peronistas K, como Guillermo Santellán, Gonzalo Bagú, César Valicenti y José Gervasio González Hueso, ya se juntaron para ir rumiando algunas cuestiones estratégicas con vistas a las elecciones PASO o a la generales de octubre.

El mayor interrogante es qué se va a hacer con el eseverrismo. ¿Irá como lista oficial o con colectora? ¿Dispondrá de un lugar entrable en la lista seccional? ¿Ya está hablado eso con Wado De Pedro? ¿Su lista distrital irá pegada a cada una de las de los precandidatos a gobernador y a presidente bajo la metodología de la lista-espejo o tendrá que optar por una sola?

El PJ espera un castigo

Son las mismas preguntas que se habrían hecho el jueves de esta semana el peronismo local buscando la estrategia ideal para enfrentar al intendente Eseverri.

En principio, todo parece indicar que se repetiría el escenario de 2011. En esa oportunidad, el eseverrismo fue quien llevó la lista oficial y el Partido Justicialista fue con el Frente Social de la Provincia de Buenos Aires. Aquella vez, Eseverri sacó el 51% de los votos y el pejotismo el 12,51%. Pero ha pasado mucha agua bajo el puente.

En 2013, Eseverri fue con el Frente Renovador y su lista ganó con el 45,97%, mientras que el Frente para la Victoria, que había logrado un acuerdo general de todas las líneas, se llevó el 24,43%, lo que quiere decir que, si bien fue una elección legislativa, y por ello singular como todas las de término medio, el eseverrismo sufrió una mengua de 5 puntos que se le añadieron rápidamente al PJ. Y se podría interpretar que eso fue kirchnerismo puro y que habría quedado cristalizado en ese casi 25% que se llevó el FPV. ¿Es el piso o el techo? Esta es la gran pregunta que se hacen muchos. Hay quienes lo conciben como un piso y que daría la esperanza de sumar algo más, y eso los alienta a pelear con Eseverri por la hegemonía K en el distrito.

Es posible que la dicotomía local se yerga sobre la nacional y muestre por lo tanto alguna particularidad decisiva. Así lo hizo Helios Eseverri y nunca le fue mal. Eso también hay que decirlo. La diferencia es que el padre no tuvo ningún prurito para jugar como vecinalismo de hecho, pero el hijo prefiere una política intra y extramuros, y le imprime un sesgo algo ideológico a su discurso. Basta observar sus últimas expresiones públicas alentando a ir contra el "antiperonismo" y la "vuelta de los noventa".

De todos modos, el peronismo vernáculo supone que el eseverrismo puede tener un castigo y que "el kirchnerista puro se va a inclinar por la otra lista".

El monitoreo

Después de la reunión del jueves, cada uno salió con diferentes percepciones o conjeturas. Hay quienes dicen que no habrá más de dos listas y que ambas competirán en las elecciones PASO. El esquema se repetiría en todos los distritos de la Séptima Sección Electoral. Pero otros suponen que se buscará una salida "salomónica", similar a la de 2011 y que alguien irá con una colectora.

Se da por hecho que Eseverri dispondrá de plenas facultades para armar su propia lista de concejales, pero "se va a controlar muy bien el perfil de los candidatos" al Concejo Deliberante. Esa sería una condición, pero de muy difícil implementación porque no se supo decir cuáles serían las consecuencias en caso de que el Intendente no la contemplara. "El perfil K que pretende mostrar José se tiene que ver reflejado en la lista para comprobar si es cierto que quiere construir hacia delante y que este pase no fue por una cuestión de mera conveniencia coyuntural", dijo la fuente. Aseguró que "José le admitió a Wado De Pedro que su fuerza se había desinflado y que su intención era la de seguir construyendo dentro del modelo".

El tema es que si no existe ninguna posibilidad de veto a la lista, ¿cuál sería la sanción si no cumple? ¿Condicionará la relación posterior? "No lo sabemos, pero se lo va a observar", completó.

Las listas de legisladores nacionales y provinciales se continuarán armando en Olivos y serán únicas para las distintas propuestas de candidatos a presidente y gobernadores. Los habilitados en la Provincia son Julián Domínguez, Aníbal Fernández y Fernando Espinoza, y a nivel nacional tanto Randazzo como Scioli son los que continúan en carrera. Pero en los distritos, todas las listas que participen de las internas (y no deben ser más que dos) podrán llevar a todas las ofertas a modo de listas-espejo.

Una antinomia cultural

El kirchnerismo pudo ver por la experiencia de lo que pasó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde demasiadas propuestas terminan fragmentando y atomizando el espacio. Por lo tanto, no van a permitir que esto pase en los distritos bonaerenses. "A lo sumo, dos listas y no más", dijo una fuente importante del espacio. Lo van aplicar en Olavarría y en Azul, por tomar otro ejemplo, jugarán la lista del intendente, José Inza y el resto del peronismo deberá buscar la unidad. "Se van a tener que poner de acuerdo, porque más de dos listas nunca más", subrayó.

De todos modos, y mucho más en Olavarría, la antinomia eseverrismo - antieseverrismo ya es irreductible, compartan o no el mismo. La interna municipal es cultural y menos racional que emocional.

Seguramente, a partir del 10 de diciembre el Frente para la Victoria tendrá dos bloques de concejales profundamente enfrentados como si fueran enemigos. Bueno, tal como lo es hasta ahora.

El otro tema es la Séptima Sección Electoral. La versión es que Eseverri le habría reclamado al Secretario General de la Presidencia un lugar para uno de los suyos en la lista de diputados provinciales. Aquí existen versiones encontradas: hay quienes dicen que "esto no se negocia. Además, José ya tiene dos en el Senado, que es donde es más decisivo. Uno solo en Diputados no tiene ninguna importancia", pero por otro lado hay quienes aseguran que "José ya tiene el tercer lugar". Entonces, no quedaría más remedio que esperar hasta el 20 de junio.