Luego de la promulgación de la ley de cannabis medicinal y cáñamo industrial, referentes locales evaluaron como favorable su implementación, que prevé la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame), cuyo funcionamiento dependerá del Ministerio de Desarrollo Productivo y será la encargada de aprobar y administrar las licencias para la producción industrial del cultivo.

En principio, el doctor Gastón Barreto, profesor de la Facultad de Ingeniería local e investigador adjunto del Conicet, luego del anuncio consideró que la implementación de la ley "está súper interesante si se logra reglamentar en una clave madura está buenísimo".

En ese sentido, dejó entrever que existe cierto "riesgo en la reglamentación" en virtud de "cómo se legisla el límite de tetrahidrocannabinol (más conocido por su sigla, THC), que es la histórica discusión".

De ese modo, "si se legisla adultamente y con evidencia, no debería haber restricciones en función de cuál sea el foco en producción, pero permiten pensar estrategias de agregado de valor y le abren el juego tanto al privado como a las cuestiones públicas, cooperativas, asociativas". En cambio "si todo se va a restringir, como ha pasado en algunos países y como se ha hablado acá en algún momento, a cannabidiol" habría severas complicaciones.

Sin embargo, el profesional consideró que en la actualidad en la Argentina se cuenta con "mucho apoyo político y mucha gente actuando que conoce el tema". Desde ese punto de vista, Barreto intuyó que "va a ser suficientemente adulta la discusión como para no restringir el valor de la concentración, el contenido de THC a un valor que no tiene que ver con la realidad".

La ley dejó abierto en todo su articulado, que es súper amplio, el juego a que en la reglamentación se va a decidir ese límite de THC en los sistemas

Hoy en día, se permite un "límite de 0,3%" de ese concentrado "pero la ley dejó abierto en todo su articulado, que es súper amplio, el juego a que en la reglamentación se va a decidir ese límite de THC en los sistemas". Puso como ejemplo a Israel donde "hoy se están vendiendo flores para uso terapéutico que tienen 24% de THC, lo cual es tremendamente alto, pero también muchas veces es necesario si se quiere ir por combatir algún síntoma vinculado al dolor o alguna patología crónica compleja".

Pese a que en nuestro país sigue vigente "una pata totalmente puesta del prohibicionismo y del sesgo de pensar solamente en sistemas monocomponentes, confío bastante plenamente en que se va a ser adulto y maduro en la discusión y no se va a arriesgar solamente a CBD y a cannabis para uso industrial porque ahí salen de juego un montón de actores importantes".

Detrás de la potencial industria cannábica, "ya se está viendo un montón de privados inquietos, con esquemas de inversión sumamente pensados y estructurados como para salir a la cancha".

Con esa mirada, reiteró que la la ley implementada el pasado martes "me parece súper interesante como está de amplia, aunque todo ese articulado amplio siempre está condicionado y depende de la reglamentación que haga el Ejecutivo".

Para concretarlo, planteó sus expectativas de que el gobierno nacional "se nutra de evidencia para poder generar la reglamentación y no de prejuicios". Por ese motivo, interpretó a este momento como un punto de inflexión "para pensar en que los actores que puedan llegar a jugar, que no son aquellos que tienen los grandes capitales y las posibilidades de inversión, ver cuál es la estrategia para poder hacer que queden adentro".

En ese contexto, el docente apuntó a la posibilidad de "profesionalizar gente que sabe del tema empíricamente porque se ha formado culturalmente. Me parece que es un momento clave para que estén asociándose, pensando en estrategias cooperativas, asociándose inclusive al capital, al privado, a mí me parece que pensar que son rivales de alguna manera no sé si suma mucho, el desafío es definir estrategias conjuntas".

En ese marco, "aquellos que tienen el capital, la posibilidad de inversión y una oportunidad de rentabilidad, a ver cómo se equilibra con una clave más soberana y de acceso a la salud, me parece que son jugadores que tienen que ser complementarios".

En síntesis, el referente de la Facultad de Ingeniería consideró que "el desafío plenamente va a estar ahí". Asimismo, en el análisis de la nueva ley marco observó como "interesante que crea una agencia regulatoria, que fue un punto criticado de la ley en el momento de la discusión de la promulgación porque engordaba un poquito la cuestión estatal con cargos congestiones".

Es necesario regular todo aquello que hoy sabemos que sucede y no está regulado, y más ahora donde va a existir la posibilidad de exportación, de importación

Al respecto, evaluó a la iniciativa como "necesaria, me parece que es necesario regular todo aquello que hoy sabemos que sucede y no está regulado, y más ahora donde va a existir la posibilidad de exportación, de importación, de pensar en ingreso de divisas, de generar lugares de trabajo genuino".

Para concretar esa posibilidad, "hay que ser proactivo en este escenario, generar propuestas, hay que buscar los actores, hay que articular, hay que vincularse con el privado y hay que poner un poco a discusión y a disposición también, pero pensando en la retribución por alguna manera que no necesariamente monetaria no una retribución desde el lado de pensar proyectos en conjunto y demás creo que es el desafío central ahora me parece que se abre el juego para todas esas posibilidades. Ojalá, no se sea mezquino, ni se termine llevando como pasó muchísimas legislaciones de otros países, el monopolio unos pocos actores que tienen la capacidad de inversión".

En definitiva, "ahí nos cabe alguna responsabilidad a algunos de los que venimos laburando en el tema y no quedarnos esperando a que nos llamen para hacer sino generar cosas en conjunto y generar proyectos activos en conjunto. Pero ahí atrás y subyacente a todo esto hay una decisión política de los Estados provinciales, locales y demás, de decidir llevar adelante esto, no de pensar una estrategia meramente de que vengan a invertir, a producir para exportar, sino a ver cómo agregar valor y de ver cómo realmente contener la demanda social".

Expectativas

Por su parte, el doctor Enrique Bintana, director de la clínica María Auxiliadora, definió que la nueva legislación promulgada el martes pasado "apunta también un poco, en nuestro caso, a las pymes, al desarrollo de mano de obra y obviamente si esa pyme, como en nuestro caso, es una institución de salud y ya venimos caminando con el tema desde hace tres años conjuntamente, ahora con la Facultad de Medicina pero siempre con la Facultad de Ingeniería, puntualmente con Gastón Barreto, a modo de poder hablar siempre en miligramos y con bastante evidencia".

Por ese motivo, explicó que "para la institución, puntualmente para nosotros, específicamente tenemos el espacio como para iniciar una pequeña producción, siempre con la intención de abastecer a los pacientes de Olavarría y a 100 kilómetros a la redonda, como atiendo desde hace tres años, gente de Daireaux, Bolívar, hasta Laprida, La Madrid y Azul".

Desde esa perspectiva, el profesional estableció que "nuestro objetivo va por ese lado. Así que supongo que la ley se adapta tanto para la participación del Estado, si quiere producir, si quiere vender". En ese punto, Bintana sostuvo que "acá muchos me parece que sueñan con exportar".

Sin embargo, "yo no tengo la ambición de exportar, tengo la ambición de poder hacer a una escala un poco más mayor lo que hacemos ya, así que supongo que si permite trabajar en blanco son mayores ingresos para el Estado, obviamente". Asimismo, "me parece fundamental la participación del privado, así que en la medida que se adapta a todo eso bienvenido y es un acierto del gobierno, que es quien lo ha llevado adelante".

En qué consiste la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial

La Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial promulgada crea la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame), que funcionará dentro del Ministerio de Desarrollo Productivo, y será la encargada de aprobar y administrar las licencias para la producción industrial del cultivo.

El organismo público descentralizado tendrá como función regular la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición, por cualquier título de semillas de la planta de cannabis, del cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales.

El objetivo de la norma es brindar un marco legal para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementar la actual legislación, la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico del cannabis.

La industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial tiene un crecimiento exponencial a nivel mundial, con un volumen en el mercado internacional de 42.700 millones de dólares proyectado para 2024. En ese sentido, las previsiones de la cartera de Desarrollo Productivo para el año 2025 en la Argentina son de 500 millones en ventas al mercado interno anuales y 50 millones de exportación anual, sumado a un potencial de creación de 10.000 nuevos empleos.

El proyecto se convirtió en ley tras su aprobación en la Cámara de Diputados con 155 votos a favor, 56 en contra y 19 abstenciones. La normativa cuenta con el apoyo de gobernadores, que respaldan la iniciativa para potenciar sus economías regionales. Tal es el caso de Jujuy, Corrientes y La Rioja que ya cuentan con cultivos de cannabis medicinal.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, afirmó que la ley de cannabis medicinal y cáñamo industrial representa "una alternativa productiva", con la que se podrán generar "como mínimo" 10.000 puestos de trabajo en tres años.

Además, consideró una "gran noticia" su promulgación por su aporte a la atención de "un conjunto de enfermedades muy diversas". Filmus señaló que el cultivo e industrialización del cannabis "demanda mucha mano de obra y abre una variedad de servicios y usos muy diversos" para desarrollar.

"Un triunfo de la sociedad"

El presidente Alberto Fernández afirmó el martes último que la Ley de cannabis medicinal y cáñamo industrial "es un paso en el acceso al derecho a la salud" y, a la vez, "un triunfo de la sociedad contra la hipocresía", al anunciar la promulgación de la norma sancionada por el Congreso a comienzos de mayo que permitirá generar una nueva actividad productiva en muchas provincias.

Fernández encabezó esta tarde en el Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno el acto de presentación de la promulgación de la nueva ley, junto al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y a la fundadora de Mama Cultiva, Valeria Salech, la Organización No Gubernamental que llevó adelante el reclamo por la sanción legislativa del proyecto.

El Presidente aseguró que "el cannabis era para gran parte de la sociedad una palabra prohibida; pero las voces de unas madres llamaron la atención de muchos: podían resolver los problemas de la gente".

Fernández agregó que contar con esta nueva Ley "es otro triunfo de la sociedad contra la hipocresía", porque a pesar de los prejuicios permitirá "ayudar a resolver la salud de mucha gente que lo necesita y que probó que esos medicamentos le sirven y hacen más llevaderas sus vidas".

"Hoy damos un paso muy importante hacia una industria que de trabajo, que produzca, que exporte y genere divisas pero también en el ejercicio concreto de acceso al derecho de la salud", resaltó el jefe de Estado.